
Metodología ‘lean’: principios y ejemplos para la empresa
La metodología lean demuestra que, para prosperar, no siempre hay que incorporar más recursos o capas de complejidad a los procesos de una empresa. Se centra en eliminar todo aquello que no resulta necesario aplicando técnicas de mejora continua. En este artículo, explicaremos qué es y cómo funciona la metodología lean y analizaremos algunas de sus aplicaciones en logística.
¿Qué es la metodología ‘lean’?
La metodología lean es un conjunto de métodos ideado para optimizar la organización, producción y logística de las empresas. Su objetivo es reducir los recursos, el tiempo y el esfuerzo dedicados haciendo que los procesos sean más eficientes.
Esta serie de prácticas y principios busca generar el mayor valor posible para el cliente final mediante la entrega de productos y servicios de alta calidad, en el momento preciso y con el coste más competitivo. Lo consigue gracias a la creación de un flujo de valor continuo, sin interrupciones, y a la búsqueda constante de la perfección. Todo ello, al tiempo que fomenta un ambiente donde se incentiva el trabajo en equipo y el respeto mutuo.
Origen de la metodología ‘lean’
Pese a que la metodología lean es aplicable a todo tipo de sectores, inicialmente estuvo muy ligada a la automoción. Sus raíces se remontan al momento en que el fundador de Toyota, Kiichiro Toyoda, decidió crear una nueva división en su empresa textil y consagrarla a la producción de automóviles.
Inspirado en el sistema Ford y en la rápida expansión del automóvil en Estados Unidos, Toyoda comenzó a fabricar sus propios coches. No obstante, acontecimientos como la Segunda Guerra Mundial hicieron descender la demanda y obligaron a Toyota a adoptar un modelo de producción flexible. Dadas las circunstancias, ingenieros de la compañía como Taiichi Ohno buscaron formas de recortar los procesos a su mínima esencia para operar de manera eficiente, conformando los principios de Toyota. Sin embargo, la metodología lean no ganó popularidad entre las empresas japonesas y americanas hasta los setenta y principios de los ochenta.

Los tres ideales del método ‘lean’
La metodología lean se cimenta sobre tres fundamentos principales que no son otros que la mejora continua, la generación de valor y la eliminación de los desperdicios. Aplicarlos correctamente y respetar a las personas que integran los equipos fomenta una toma de decisiones más inteligente y hace que las organizaciones sean más saludables y productivas.
- Eliminación de los desperdicios. Se trata de dejar de lado todo aquello que no contribuya a crear un producto final que resulte de interés para el público.
- Mejora continua. Consiste en identificar oportunidades para simplificar el trabajo y disminuir los desperdicios. Para ello, pueden emplearse varias técnicas y sistemas, tales como Six Sigma o el modelo Shingo.
- Aportar valor. Las organizaciones lean ponen a sus clientes en el centro y establecen un diálogo con ellos a fin de encontrar la forma adecuada de mejorar sus productos y servicios. Igualmente, empoderan a sus empleados para que sean capaces de resolver problemas y tomar decisiones brindándoles la autonomía, el dominio y el propósito para rendir al máximo.
Los 5 principios de la metodología ‘lean’
La metodología lean se divide en cinco principios que rigen cómo conseguir una gestión eficaz:
- Identificar el valor. La metodología lean comienza por eliminar aquello que no aporta ningún beneficio a los clientes para, así, identificar las partes del producto o servicio que sí son merecedoras de esfuerzo y volcarse en ellas.
- Analizar el flujo de materiales o de información. Tras detectar lo que cada parte del equipo puede aportar, es conveniente elaborar un mapa de flujos de valor o value stream mapping para visualizar cómo serán los procesos. Un modo de hacerlo es mediante tableros kanban.
- Establecer un flujo de trabajo óptimo. Se trata de diseñar una nueva metodología laboral que sea más efectiva en su ejecución, pero también en la excelencia del producto o servicio que se obtiene. En consecuencia, se descartan las tareas redundantes y se buscan tecnologías y herramientas o sistemas que se encarguen de quehaceres que, de otra manera, consumirían demasiado tiempo.
- Utilizar el sistema pull. La gestión de inventario tiene un impacto considerable en los gastos logísticos. A diferencia de las estrategias push, que producen con antelación según previsiones, los sistemas pull promueven la eficiencia respondiendo a la demanda real y atrayendo ventas para, después, suministrar los productos cuando se precisan.
- Buscar el progreso. En línea con su compromiso con la mejora continua, los profesionales que adoptan prácticas lean tratan de alcanzar la perfección en los procesos. A fin de lograrlo, investigan las causas de los problemas, recogen mediciones y aplican cambios cuando es necesario, por ejemplo, luchando contra los desperdicios lean.

¿Cuántos desperdicios contempla la metodología ‘lean’?
En la metodología lean, se denomina desperdicios o mudas a aquellas actividades que no contribuyen al valor del producto o servicio. Son el resultado de deficiencias en la producción o la gestión que podrían haberse evitado.
A continuación, se describen los ocho desperdicios o ineficiencias que, según el método lean, pueden darse en fábricas, almacenes, centros de distribución u oficinas cuando el trabajo no se organiza correctamente. Una forma sencilla de recordarlas es el acrónimo timwoods:
- Transporte. La falta de planificación en el movimiento de productos dentro del almacén y su traslado injustificado ocasiona una utilización ineficiente del tiempo y los recursos.
- Inventario. Un exceso de materias primas, productos en curso o terminados inmoviliza espacio y capital, afectando la rentabilidad.
- Movimiento. El movimiento ineficiente de máquinas o vehículos causa un desgaste innecesario en los productos, los operarios y los equipos de manipulación de materiales, incluyendo las carretillas. La automatización de almacenes contribuye a minimizar el double handling en empresas lean.
- Espera. Los tiempos de espera prolongados reducen la productividad de las empresas. Algunos ejemplos son plazos largos para recibir materiales, información o revisar tareas. Si se extienden demasiado y afectan al consumidor final, las esperas y la falta de disponibilidad de productos o de materias primas pueden dañar la imagen de los negocios.
- Sobreprocesamiento. Realizar tareas que no añaden valor al producto final y complican el flujo de trabajo es un desperdicio.
- Sobreproducción. Fabricar más de lo demandado provoca sobrestock. Para impedirlo se requiere una buena previsión, métodos optimizados y herramientas de gestión de almacén.
- Defectos. La fabricación de productos defectuosos repercute negativamente en la satisfacción del cliente y origina costes adicionales de logística inversa y sustituciones.
- Habilidades. No aprovechar el conocimiento, la creatividad y el talento de los empleados es un desperdicio de capital humano que puede prevenirse involucrando al personal en la mejora continua.
Metodología ‘lean’ en logística
Las máximas lean también pueden aplicarse en el mundo de la logística. Esta estrategia conocida como lean logistics se refleja en los siguientes aspectos:
- Automatización de almacenes. Automatizar el manejo de cargas es crucial para la logística interna. De este modo, se acorta el tiempo de transporte intralogístico y se incrementa la seguridad. La automatización es especialmente efectiva en tareas repetitivas como los desplazamientos, donde soluciones como los transelevadores optimizan cada movimiento.
- Preparación de pedidos. Una buena planificación del picking también contribuye a minimizar los desplazamientos innecesarios. Un software de gestión de almacenes (SGA) facilita la organización de rutas de picking eficientes, fomentando la agrupación de mercancías desde las tareas en estantería hasta el etiquetado y empaquetado de los productos.
- Logística inversa. Los errores en la preparación de pedidos pueden estar detrás de un alto volumen de devoluciones. La implementación de un SGA puede disminuir significativamente estos fallos mejorando la calidad general del servicio.
En definitiva, la metodología lean facilita el intercambio de información e ideas entre los miembros de un equipo. Las culturas que la dominan integran la eliminación de los desperdicios y la efectividad como una parte natural de sus procesos, y los niveles de eficiencia e innovación de la organización crecen.
La metodología ‘lean’ resumida en 5 preguntas
¿En qué consiste la metodología ‘lean’?
La metodología lean optimiza la organización, producción y logística empresarial, reduciendo inversiones, tiempo y esfuerzo para lograr procesos más eficientes. Busca maximizar el valor para el cliente.
¿Cuáles son los ideales del método ‘lean’?
La metodología lean se basa en la mejora continua para simplificar el trabajo y rebajar desperdicios. Conduce a decisiones más inteligentes y organizaciones más sanas y productivas.
¿Cuáles son los principios del método ‘lean’?
La metodología lean se guía por cinco principios: identificar el valor, visualizar el flujo, simplificar el trabajo, usar el sistema pull y buscar la mejora constante. Estos principios persiguen eliminar lo innecesario, maximizar procesos y responder a la demanda real para alcanzar la perfección.
¿Cuáles son los desperdicios ‘lean’?
Lean identifica ocho desperdicios en la organización del trabajo: transporte, inventario, movimiento, espera, sobreprocesamiento, sobreproducción, defectos y habilidades no aprovechadas. Minimizar estos desperdicios optimiza recursos y mejora la productividad y satisfacción del cliente.
¿Cómo se aplica la metodología ‘lean’ en la logística?
Los métodos lean se aplican a la cadena de suministro mediante tecnología como la automatización de almacenes, la planificación eficiente y la minimización de errores con el uso de un software de gestión de almacenes.