
‘Greenfield’ vs. ‘brownfield’ en proyectos logísticos
Greenfield y brownfield son dos conceptos clave en la planificación de proyectos logísticos. Ambos definen el punto de partida de una inversión: en el caso de greenfield, se construye un almacén en un terreno virgen; en el de brownfield, se desarrolla un centro sobre un terreno previamente edificado. En el contexto actual de la logística, en el que las empresas buscan optimizar recursos y costes, entender la diferencia entre greenfield y brownfield resulta esencial tanto para proyectos de almacenes automáticos como para la implantación de un software.
En este post analizamos qué diferencia un proyecto greenfield de uno brownfield, con ejemplos prácticos y consejos para elegir el enfoque más adecuado en función de los costes, plazos y objetivos de inversión.
Qué es un proyecto ‘greenfield’
Un proyecto greenfield (o greenfield project) consiste en diseñar e implementar desde cero una instalación nueva, en un lugar donde nunca antes se había edificado. Este tipo de proyecto se desarrolla sobre un terreno virgen, sin infraestructuras previas, por lo que los sistemas eléctricos y comunicaciones suelen planificarse e implantarse desde la fase inicial. La consultora Deloitte señala que la ejecución de un proyecto greenfield puede requerir entre tres y cinco años, abarcando fases que van desde la planificación y obtención de permisos hasta la construcción y la puesta en marcha. Sin embargo, estos plazos corresponden principalmente a fábricas, puesto que la construcción de un almacén autoportante suele ser más rápida, lo que representa una gran ventaja en logística.
En este sentido, un proyecto greenfield aplicado a un almacén automático permite definir desde el inicio la capacidad, la altura (ya sea autoportante o dentro de una nave), los flujos internos de mercancías y la integración completa con los sistemas de gestión logística, asegurando eficiencia operativa y escalabilidad futura.
Por lo que se refiere al software logístico, un proyecto greenfield supone implementar por primera vez un sistema de gestión de almacenes. La empresa puede configurar los procesos de recepción, almacenaje y expedición según su estrategia, e integrar el sistema con un ERP (por ejemplo, SAP) desde la fase de diseño. De este modo, se pueden establecer flujos operativos optimizados, garantizar la trazabilidad de los productos desde el primer día y aprovechar al máximo las funcionalidades del software sin restricciones derivadas de sistemas previos.
‘Greenfield’: ejemplos en logística
Aunque el concepto greenfield se asocia tradicionalmente a la construcción de un edificio en un terreno virgen, en el ámbito logístico el término se utiliza para describir un proyecto desarrollado desde el arranque, con un diseño y una ejecución nuevos, incluso cuando el terreno ya estaba urbanizado o había albergado otras construcciones. Un ejemplo de ello es el de Lantmännen Unibake, uno de los principales proveedores de masas, tanto frescas como congeladas, para la elaboración de panadería y bollería en Europa. Concebido como un proyecto llave en mano, el almacén en Nowa Sól (Polonia) integra dos sistemas automáticos —uno para productos congelados y otro para refrigerados—, cuenta con una capacidad de 15.920 palets y está conectado con la producción, lo cual asegura una expedición de cerca de 100 palets/hora.
“El almacén automático autoportante se diseñó de forma modular, es decir, podremos ampliar el almacén cuando nuestro ritmo de producción aumente, añadiendo más pasillos a los cinco actuales”, explica Jerzy Sobieszczuk, director de la cadena de suministro en Polonia y Hungría de Lantmännen Unibake.
A nivel digital, un ejemplo de proyecto greenfield sería la implantación inicial de un SGA en una nueva plataforma logística. El software se diseña sin limitaciones previas, lo que favorece su integración con otros sistemas y garantiza la trazabilidad completa desde el primer día. Es el caso de la empresa alemana de servicios industriales WISAG, que ha inaugurado en Fráncfort un nuevo almacén digitalizado con el software Easy WMS de Mecalux. La compañía gestiona 10.000 referencias con total precisión gracias a este sistema. Michael Lederer, director general de WISAG Logistics Solutions, destaca: “Ya conocíamos las funcionalidades y ventajas de Easy WMS, lo que facilitó su implementación en este nuevo centro”.

Qué es un proyecto ‘brownfield’
Un proyecto brownfield se basa en modernizar o rehabilitar una instalación situada en un terreno previamente edificado, aprovechando las infraestructuras existentes y reduciendo el impacto ambiental. Según CBRE, este modelo gana terreno frente a los proyectos greenfield, pues contribuye al uso eficiente del suelo (net land take targets), a la disminución de costes y a revitalizar áreas industriales o urbanas.
A diferencia de lo que ocurre en el sector inmobiliario, en logística, los términos brownfield y retrofit suelen emplearse indistintamente. Ambos aluden a la modernización de una instalación operativa o a la actualización de sus tecnologías con miras a prolongar su vida útil y mejorar el rendimiento sin necesidad de construir un nuevo edificio. Diversos análisis del sector ─como el publicado por Forbes sobre los almacenes brownfield ─ señalan que modernizar centros en activo permite aprovechar ubicaciones estratégicas, si bien plantea dificultades técnicas como adaptar la automatización a estructuras ya existentes y seguir con la operativa durante las obras.
En este escenario, un proyecto brownfield para almacenes automáticos ofrece la posibilidad de transformar un centro que opera de manera manual, incorporando transelevadores trilaterales, solución ideal para automatizar rápida y económicamente una amplia variedad de almacenes convencionales.
En el campo de la digitalización, un proyecto brownfield de software puede conllevar el sustituir o actualizar una tecnología existente ─por ejemplo, migrar de un SGA antiguo a Easy WMS─ preservando los datos y manteniendo la compatibilidad con el ERP o el sistema de producción. Con este tipo de proyectos se moderniza la infraestructura digital sin interrumpir la operativa diaria, se aprovecha la experiencia de los usuarios con los sistemas anteriores y se acortan los tiempos de implantación frente a una implementación del todo nueva.
‘Brownfield’: ejemplos en logística
Un caso representativo de proyecto brownfield en logística es el de IKEA Components en Eslovaquia, donde se transformó un almacén manual ya existente en un almacén automatizado sin interrumpir la operativa. Frantisek Stora, director general de IKEA Components Eslovaquia, explica: “Teníamos experiencia en la automatización de almacenes pero, sobre todo, en proyectos greenfield, es decir, concebidos desde cero. Con la ayuda de Mecalux, logramos transformar una instalación existente aprovechando la estructura del almacén y las estanterías. El proyecto supuso un desafío más complejo que en otras ocasiones pero, ahora que ya está finalizado, puedo confirmar que su ejecución ha sido un éxito para nosotros”.
En cuanto al software logístico, un caso ilustrativo de proyecto brownfield es el del líder mundial en electrodomésticos Electrolux y su almacén en Cali (Colombia). Antes de la implementación de Easy WMS, la multinacional empleaba un software de gestión de almacenes que se estaba quedando desactualizado. “Con una cadena de suministro tan dinámica como la de Electrolux, necesitábamos un programa más avanzado y con más funcionalidades. Cuando el número de productos empezó a aumentar, nos dimos cuenta de que debíamos llevar un control más estricto de la mercancía”, comenta Jeison Saavedra, analista de inventario de Electrolux. Hoy en día, con la ayuda de Easy WMS, la compañía controla la trazabilidad de 250.000 productos en tiempo real.

‘Greenfield’ vs. ‘brownfield’: ¿cuál elegir?
La elección entre un proyecto greenfield y uno brownfield en logística depende de la situación de cada empresa y de sus objetivos de inversión:
- Espacio y localización. Si la compañía dispone de terreno y busca un diseño nuevo, el enfoque greenfield resulta más conveniente , ya que con él se optimiza la distribución y la infraestructura desde el arranque.
- Continuidad operativa. Cuando mantener la actividad sin interrupciones es prioritario, un proyecto brownfield permite modernizar la instalación de forma progresiva, minimizando el impacto sobre el flujo de mercancías.
- Presupuesto. Los proyectos greenfield suelen acarrear una inversión inicial mayor, mientras que los brownfield aprovechan parte de la infraestructura logística existente, rebajando costes y plazos de ejecución.
- Tecnología y escalabilidad. Los proyectos greenfield facilitan la implantación de soluciones totalmente integradas y escalables, mientras que con los brownfield se avanza hacia la digitalización y la automatización sin reemplazar del todo los sistemas actuales.
- Riesgos y complejidad. Los greenfield ofrecen un control absoluto sobre el diseño y la operativa, pero implican mayores escollos en las fases de planificación y construcción. Los brownfield requieren una planificación más detallada para ajustarse a las limitaciones existentes, aunque su ejecución puede ser más veloz y sostenible.
El camino adecuado para modernizar la logística
La decisión entre greenfield y brownfield marca el inicio de cualquier estrategia de modernización logística. Mientras que los proyectos greenfield conciben la instalación ideal desde cero, los brownfield demuestran que es posible automatizar y digitalizar almacenes existentes con un impacto mínimo en la operativa.
En ambos casos, contar con un socio tecnológico especializado en soluciones llave en mano ─capaz de integrar equipos automáticos y software logístico─ es primordial para garantizar una inversión eficiente, escalable y alineada con los objetivos estratégicos de la empresa.
Los proyectos ‘greenfield’ y ‘brownfield’, en 5 preguntas
¿Qué es ‘greenfield’?
Un proyecto greenfield se desarrolla desde cero sobre un terreno virgen, sin limitaciones de infraestructuras o sistemas existentes. Su propósito es diseñar la instalación ideal y aplicar tecnología de forma integrada.
¿Qué es ‘brownfield’?
Un proyecto brownfield consiste en construir en un terreno previamente edificado, aprovechando infraestructuras existentes y reduciendo el impacto ambiental. En logística, también se refiere a la modernización de un almacén mediante automatización y digitalización sin detener la operativa.
¿Cuál es la diferencia entre ‘greenfield’ y ‘brownfield’?
La diferencia radica en la infraestructura: los greenfield parten de cero, mientras que los brownfield reutilizan y adaptan instalaciones existentes. Los greenfield ofrecen máxima flexibilidad de diseño; los brownfield permiten una modernización más rápida y con menor inversión inicial.
¿Qué ejemplos hay de inversiones ‘greenfield’ y ‘brownfield’?
Un proyecto greenfield es la construcción de un almacén autoportante diseñado e instalado sobre un terreno sin desarrollo previo. Un proyecto brownfield es la transformación de un almacén manual en automático mediante la incorporación de transelevadores trilaterales u otros sistemas de automatización.
¿Es viable un almacén automático ‘brownfield’?
Sí, viable. Un almacén automático brownfield puede modernizarse de forma progresiva, incorporando transelevadores, transportadores y software avanzado, siempre que se planifique para mantener la operativa y ajustarse a las limitaciones físicas existentes.