El almacén central, además de alojar los productos terminados que se han obtenido en uno o varios procesos industriales y que, por lo tanto, proceden de uno o varios orígenes, actúa también como centro de distribución de los mismos.
A diferencia de otros tipos de centros dedicados a la distribución, el almacén central expide los productos que aloja para su uso, casi exclusivamente, como abastecimiento de otros almacenes de tipo regional o local y son éstos los encargados de llevar a cabo la distribución final hasta el consumidor.
En consecuencia, el almacén central hace las veces de reserva, aunque no siempre es necesario cumplir con la estrategia que se acaba de explicar, depende del producto y de la rapidez de entrega. Si se dispone o se puede acceder a un buen servicio de reparto a un precio competitivo, desde un almacén central debidamente dimensionado se puede suministrar cualquier artículo a cualquier cliente.
Por todo lo dicho, el almacén central es una de las partes cruciales de una red de distribución, por lo que es conveniente ampliar la explicación de las cuestiones de tipo estratégico, operativo y funcional de un centro de este tipo, que es de lo que vamos a hablar a continuación.
Factores para la elección de la ubicación de un almacén central
Uno de los puntos más importantes en la instalación de un centro de este tipo es, precisamente, la elección de su localización.
Ésta debe basarse en un equilibrio entre la ubicación de las fuentes de suministro de materiales o productos y la posición territorial de los centros de distribución o de los clientes a los que van destinadas las mercancías.
Influencia de la localización de las fuentes de suministro
La ubicación de un almacén central se debe definir dependiendo de su fuente de suministros:
- Si la fuente de suministros es única (como por ejemplo una instalación dedicada a la expedición de productos lácteos producidos por una factoría concreta) lo lógico es colocar el almacén integrado en la fábrica o muy cerca de esta.
- Si las fuentes de suministros son varias (como por ejemplo el almacén central de una cadena de tiendas de ropa que recibe artículos de distintos fabricantes) la opción más conveniente es localizarlo en un punto estratégico en función de la ubicación de estas.
Influencia de la situación de los puntos de destino
La situación de los puntos de distribución a los cuales está destinada la mercancía gestionada por un almacén central tiene una menor influencia sobre la elección de la ubicación de éste que en el caso de la de las fuentes de suministro.
Por lo general, una de las misiones que debe de realizar un almacén central es acondicionar el producto y prepararlo para el paso siguiente en la cadena de distribución. Como consecuencia, el tránsito a otro centro de distribución resulta siempre menos traumático para el producto que el que se realiza desde el punto de producción. De ahí la menor importancia que la ubicación de los centros secundarios tienen en la del propio almacén principal.
El único aspecto que será necesario cuidar es, por lo tanto, el de la elección de un punto convenientemente comunicado con el resto del territorio y accesible para los medios de transporte que se utilicen.
El almacén central actúa también como centro de distribución de los productos a otros almacenes de tipo regional o local