Logística de la automoción: sus desafíos y cómo gestionarlos

La logística de la automoción es un mundo en constante evolución, un engranaje complejo que sostiene a los fabricantes de automóviles. Este sector, impulsado por la innovación tecnológica, requiere de procesos altamente eficientes, precisos y rápidos para hacer funcionar una industria dinámica y exigente.

En este artículo conoceremos en qué consiste la logística de la automoción, qué procesos intervienen detrás de cada vehículo y cuál es el rol del almacén cuando se trata de alcanzar la máxima competitividad.

¿En qué consiste la logística de la automoción?

La logística automotriz abarca la planificación, gestión y ejecución del flujo de materiales desde los proveedores hasta las plantas de producción, así como el transporte de los coches fabricados hasta los concesionarios o, en algunos casos, directamente a los clientes finales. 

Cada coche es el resultado de un proceso logístico complejo, riguroso y bien planificado. Desde las piezas y componentes hasta el vehículo terminado, la logística de la automoción se encarga de que cada elemento llegue a tiempo al lugar correcto para que todo funcione como un reloj. Sin una coordinación adecuada, la industria del vehículo simplemente se detendría.

Desafíos de la logística de la automoción

La industria de la automoción exige altos niveles de eficiencia y puntualidad. En un contexto marcado por la globalización, la transformación tecnológica y la transición energética, las empresas del sector deben ser cada vez más ágiles y flexibles para adecuarse con rapidez a entornos complejos.

Algunos de los principales desafíos que enfrenta la logística de la automoción son:

• Globalización. Las empresas deben coordinarse con proveedores y fabricantes globales, lo que supone riesgos como retrasos o desajustes en la planificación de recursos.
• Escasez de componentes. La falta de ciertos materiales, como microchips o baterías, puede repercutir en la producción de vehículos llegando, en ocasiones, a paralizar cadenas de montaje o a provocar retrasos.
• Fabricación just-in-time. Cada componente debe llegar a las líneas de producción en el momento exacto. Cualquier desviación puede afectar al proceso y generar costes adicionales.
• Adopción de nuevas tecnologías. La automatización, el análisis predictivo o el uso de inteligencia artificial son cada vez más necesarios para mejorar la eficiencia, limitar errores y anticipar posibles incidencias.
• Falta de visibilidad. Un vehículo puede estar compuesto por más de 30.000 piezas. Sin visibilidad en tiempo real sobre el estado de cada componente, es muy difícil prevenir incidencias, reaccionar con agilidad a imprevistos o garantizar la trazabilidad. 
• Transición hacia la movilidad eléctrica. La implantación del coche eléctrico plantea nuevos retos, especialmente en el transporte, almacenamiento y manipulación segura de baterías y otros componentes.
• Sostenibilidad y disminución de emisiones. La preocupación por el medio ambiente y las regulaciones cada vez más estrictas obligan a las empresas a optimizar sus procesos logísticos para reducir su huella de carbono.

¿Cómo funciona la logística de automoción?

La cadena logística de automoción comienza con proveedores de materias primas y finaliza con la entrega del vehículo al cliente. Incluye:

• Aprovisionamiento de materias primas.
• Fabricación de las piezas y componentes.
• Ensamblaje.
• Almacenaje de los vehículos terminados.
• Distribución de los automóviles.
• Entrega a los concesionarios.

Todo comienza con los proveedores de tercer nivel, que suministran materiales básicos, como acero o aluminio, a proveedores de segundo nivel. Estos se ocupan de fabricar piezas como sensores o conectores que, a su vez, forman parte de los componentes principales que producen los proveedores de primer nivel (motores, transmisores o sistemas electrónicos avanzados).

Una vez listos, los componentes llegan a las plantas de los fabricantes de automóviles, donde se ensamblan los vehículos. Para asegurar la producción continua, es habitual contar con una logística just-in-time, que garantice el suministro de materiales en la cantidad oportuna, evitando tanto excesos de inventario como cuellos de botella.

Pero la logística automotriz no termina con la producción. También abarca la distribución de piezas de repuesto a talleres y centros de mantenimiento, que necesitan estos componentes para reparar vehículos.

Una vez ensamblados, los coches se transportan a los concesionarios, donde se ponen a la venta para llegar, finalmente, a manos de los clientes. Y cuando los vehículos alcanzan el final de su vida útil, la logística asume una última función: la recogida, desmontaje y reciclaje de sus materiales, fomentando una economía circular cada vez más imprescindible en el sector.

El rol del almacén en la logística de automoción

En la logística de automoción, el almacén ejerce un papel fundamental como centro de organización y distribución de componentes, tanto para la fabricación de vehículos como para su posterior mantenimiento.

Una gestión correcta del almacén contribuye a que las piezas lleguen en el momento oportuno y en la secuencia requerida, en particular en entornos just-in-time. Muchas empresas recurren a soluciones avanzadas de automatización y gestión de almacenes como las desarrolladas por Mecalux, porque optimizan el flujo de materiales, mejoran la trazabilidad y acortan los tiempos de respuesta.

En este tipo de instalaciones, se llevan a cabo distintas operativas destinadas a asegurar que cada componente esté disponible cuando y donde se necesita:

Recepción y clasificación de materiales

Los componentes que han enviado los proveedores deben inspeccionarse, registrarse y organizarse estratégicamente para su localización y posterior envío. 

Un ejemplo de este proceso se encuentra en el almacén automático de Schaeffler Iberia en Elgoibar (España), donde las agujas de rodamiento —indispensables para fabricar motores— superan un arco de lectura que identifica cada unidad y facilita su entrada en el sistema logístico. Este almacén ha sido diseñado específicamente para manejar cajas tipo KLT, un formato de carga común en la industria automotriz. Toda la infraestructura, desde las estanterías hasta los transportadores y transelevadores, está adaptada a estas cajas, que se emplean de manera uniforme en todas las plantas del grupo Schaeffler.

Gestión de stock y trazabilidad

Controlar los niveles de inventario, evitar roturas de stock y garantizar la trazabilidad de los componentes son tareas clave en cualquier almacén logístico del sector de la automoción. Para lograrlo, numerosas empresas apuestan por soluciones digitales que permiten seguir en tiempo real el movimiento de cada pieza.

Es el caso de Distrimotos e Integrando, distribuidoras colombianas de recambios para talleres, gasolineras e industria automotriz, que utilizan el software de gestión de almacenes Easy WMS de Mecalux para identificar cada artículo. Gracias al uso de terminales de radiofrecuencia, los operarios escanean los productos y registran su ubicación exacta, lo que posibilita un control riguroso del inventario y maximiza todas las operaciones logísticas.

Preparación de pedidos

Una vez almacenados los componentes, el siguiente paso es reunirlos y acondicionarlos según las necesidades de producción. Se trata de una tarea que exige rapidez y exactitud, por lo que cada vez más negocios adoptan tecnologías como un software de gestión para minimizar errores y respetar el cumplimiento de los plazos. 

La empresa líder en la reparación, sustitución y recalibración de lunas de vehículos Carglass emplea Easy WMS de Mecalux para prevenir errores en las tareas de picking. En Celje (Eslovenia), la compañía gestiona parabrisas que se envían a talleres de reparación. La dificultad radica en que los parabrisas son muy similares entre sí. Para racionalizar la preparación de pedidos y evitar devoluciones ni retrasos, el sistema incluye instrucciones detalladas a los operarios a través de terminales de radiofrecuencia.

Abastecimiento a las líneas de producción

Una vez listos, los componentes deben trasladarse a las líneas de ensamblaje. Multitud de empresas optan por automatizar este proceso, ya sea mediante robots móviles autónomos (AMR) o sistemas de transportadores, con el objeto de garantizar un suministro continuo de materiales y mejorar los tiempos de entrega. 

Un ejemplo es Renault, que en su planta de Sevilla (España) utiliza vehículos guiados automáticamente (AGV) para alimentar las líneas encargadas del montaje de cajas de velocidades con piñones. Para coordinar el almacén con estos procesos y prevenir errores que puedan interrumpir la producción y generar sobrecostes, la compañía ha implantado el software Easy WMS de Mecalux.

Logística de automoción: automatización para una mayor fiabilidad

La logística de automoción es tan exigente que no deja margen a errores. Cada eslabón de la cadena debe estar perfectamente sincronizado. En este contexto, los almacenes desempeñan una función central como organizadores del stock para que la industria opere sin interrupciones.

La automatización y el uso de software de gestión avanzado optimizan los flujos de materiales, además de responder con agilidad a los retos del sector, como la escasez de componentes o la transición hacia una movilidad más sostenible.