La consultora Capgemini defiende que las compañías deberían contar con agentes de IA, ya que esta tecnología pronto estará disponible en todas las funciones empresariales donde sea factible aplicarla. Según sus estudios, el 82% de los negocios espera integrarlos en sus operaciones antes de 2027.
En su informe Multi-agent AI ─ 21st century automation revolution, los expertos de Capgemini aconsejan combinar la empatía humana y la eficiencia tecnológica para sobresalir en áreas como la atención al cliente, añadiendo distintos canales de comunicación y estilos que atraigan a consumidores específicos. Todo esto sería posible gracias a los agentes de IA, que pueden redactar respuestas automáticas a las consultas de los usuarios basándose en datos históricos de sus interacciones.
Un agente de inteligencia artificial es un software que interactúa con su entorno, recopila datos y los usa de manera autónoma. Los agentes de IA son una evolución de tecnologías como la automatización robótica de procesos (RPA) y el machine learning (ML). Pueden percibir, razonar y actuar en entornos cambiantes para lograr objetivos predeterminados. decidiendo cómo alcanzarlos de manera relativamente autónoma.
A fin de interactuar con los usuarios y completar tareas con independencia y eficacia, los agentes de IA suelen usar modelos de lenguaje de gran tamaño (LLM, de sus siglas en inglés) como interfaz. Estos LLM se entrenan con grandes volúmenes de datos y codifican el conocimiento mediante el reconocimiento de patrones, lo que permite a los agentes de IA razonar, elegir acciones y comunicarse.
Los agentes de IA son:
- Autónomos.
- Orientados a objetivos.
- Conscientes del contexto en que se encuentran, utilizan la información disponible para tomar decisiones.
- Cambian sus respuestas y su comportamiento en función de datos e interacciones.
- Inician acciones de modo independiente, sin indicaciones de un usuario.
- Capaces de procesar el lenguaje, interpretan y responden simulando la interacción humana.
Algunos de los entornos de aplicación más habituales para los agentes de IA son los relacionados con las labores de atención al cliente, el análisis predictivo, la monitorización en tiempo real, la gestión de inventarios y tareas, la programación, la orquestación de la fabricación, la recomendación de contenidos y la detección del fraude.
Autonomía en la resolución de incidencias
Los avances en este campo han hecho posible que los agentes de IA gestionen incluso incidencias. Antes, si alguien pedía un reembolso a través de un chatbot, el caso se derivaba a un responsable de atención al cliente. Ahora, un agente de IA puede solicitar un comprobante de compra o una fotografía de un artículo, analizar la consulta y ofrecer una solución sin intervención humana.