Vientos del este. España ante la ampliación de la Unión Europea

28 mar 2014

Alejados histórica y geográficamente, España y los diez nuevos países miembros de la UE apenas se han relacionado. Dos extremos de un mismo continente que se han rozado en contadas ocasiones. Lituania, Letonia, Estonia, Malta, Chipre, Eslovenia y, en menor medida, Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia son, como muestran las balanzas comerciales y los datos de inversión, mercados casi exóticos para las empresas españolas. Desde mayo de 2004, esa realidad debe empezar a cambiar.

Polonia es el mayor socio económico de España en la Europa Central y del Este, y el decimonoveno a escala mundial. El intercambio comercial entre Polonia y nuestro país crece de manera sistemática y en el año 2002 su valor alcanzó la cifra de 2.176 millones de euros. En estos momentos, la balanza es positiva para España que vende a Polonia más de lo que compra. La, en principio, privilegiada relación entre ambos países es una clave esclarecedora para conocer la posición española ante sus nuevos socios. Una postura que se mueve entre la indiferencia y el deseo.

El ejemplo polaco

Desde la firma del Tratado de Amistad y Cooperación en 1992, las relaciones hispano-polacas se han extendido significativamente, según afirman ambas partes. Y la economía no ha permanecido ajena a este proceso, aunque su desarrollo tampoco ha sido todo lo rápido que algunos esperaban.

Las últimas estadísticas muestran a España en la décima posición del ranking de los países compradores de la UE-15 (denominación oficial de la Unión Europea hasta el 1 de mayo de 2004). El valor de las exportaciones polacas a España representa el 2,6%, unos 719 millones de euros, mientras que las importaciones españolas alcanzan el 4,3% del conjunto de las compras de la UE, aproximadamente 1.400 millones de euros. Nuestro país compra a Polonia maquinaria, aparatos mecánicos y electrotécnicos, vehículos, unidades flotantes, productos plásticos, productos de caucho, piedra, yeso, cemento, asbesto, mica, madera, productos minerales y metales no preciosos. Por su parte, España vende al Estado polaco maquinaria, aparatos mecánicos y eléctricos, vehículos, unidades flotantes, productos vegetales, productos químicos, plásticos, piedra, metales no preciosos y productos textiles.

La participación del capital español en Polonia es relativamente baja. Según las estimaciones de la PAIIZ (Agencia Polaca de Información e Inversión Extranjera), en diciembre de 2002 las inversiones en este país ascendieron a 592 millones de euros, un 0,8% del conjunto del valor de inversiones extranjeras en Polonia. La mayoría son inversiones bursátiles, sobre todo en los sectores de la construcción, de la alimentación, el metalúrgico y el mecánico.

Caminos por recorrer

Si Polonia es el mayor socio español entre los nuevos Estados miembros, vistos los datos de las relaciones comerciales hispano-polacas es fácil deducir cómo pueden ser el resto. Uno de los principales escollos para el desarrollo de estos intercambios tiene su eje en la falta de unas rutas asentadas de distribución.

La distancia, el escaso volumen de comercio, que hace difícil la localización de retornos, y la inexistencia de una adecuada articulación entre el empleo mixto de compañías nacionales y españolas han dado lugar a unas dificultades en el transporte que, en opinión de los distribuidores, justifican las bajas cifras. Algunos operadores españoles, como Transportes Hermanos Laredo, ya han anunciado su intención de superar estos obstáculos. Santiago Laredo, director general de esta empresa ubicada en Torrelavega (Cantabria), ha declarado que “nos planteamos aumentar nuestra actividad internacional en los países de la Europa del Este porque allí se están instalando muchas industrias y se está estableciendo un interesante tejido empresarial”. Lo importante, añade, es conseguir un buen servicio y “para eso hay que ir configurando nuevas formas y rutas de distribución”.

Por eso, la noticia de que una alternativa, la de combinar transporte por carretera y ferrocarril, está tomando forma alegra a los distribuidores y transportistas españoles que como Transportes Laredo quieren entrar en los países del este. Es más, el sector logístico español tiene claro que más allá de las actuales fronteras de la UE está el gigante ruso. Y una puerta de entrada privilegiada se encuentra en los países bálticos. “Esa cercanía fue el motivo por el que nos decidimos nosotros”, explica Javier Jiménez Ortíz de Artiñano, de la consultora de comercio exterior Foreign Trade Consultants, quien tras un viaje turístico a Tallinn (capital de Estonia), decidió instalarse en este país. Un verdadero pionero porque su presencia y la de Uralita son casi la única huella española que existe en estos momentos.

Los intercambios con Lituania y Letonia ofrecen una foto similar. El dominio nórdico —Noruega, Finlandia y Suecia tienen en la región gran influencia— y el escaso tamaño están detrás de las reticencias españolas a penetrar en las antiguas repúblicas bálticas. Una oportunidad que algunos no quieren considerar perdida: el asentarse en unos mercados jóvenes, dinámicos pero serenos y muy cercanos a Rusia.

Algo parecido puede decirse de las relaciones con la República Checa y Eslovaquia, en donde dominan las inversiones germanas, y con Eslovenia, sin hablar de las islas de Chipre y de Malta, mercados verdaderamente desconocidos para la mayoría de las empresas españolas. Sin embargo, los expertos en comercio exterior afirman que “aunque algo tarde, empiezan a vislumbrarse cambios, como por ejemplo el incipiente interés de las pymes en los últimos meses por conocer un poco mejor a los países protagonistas de la ampliación”.

La oficina Euro Info Centro del IMADE (Instituto Madrileño de Desarrollo) comenzó en 2003 una campaña de información y sensibilización sobre los nuevos Estados miembros. Sus objetivos: paliar el tradicional desconocimiento de los empresarios sobre su realidad, económica y social, así como mostrar las oportunidades de negocio que las compañías españolas pueden encontrar en estos países. Carlos Martins, director de esta oficina, reconoce que “al principio nos encontramos con que mayoritariamente las empresas ignoraban el proceso y las repercusiones de esta ampliación. Sin embargo, en los últimos meses nos está sorprendiendo gratamente su respuesta”. Tal y como sostiene Martins, los efectos negativos de “esta lentitud de reflejos” han provocado que ciertas sociedades que podrían haberse beneficiado de este mercado más amplio hayan perdido ventaja frente a “muchas pymes, por no mencionar a las grandes compañías, de otros países del entorno europeo que se han adelantado. Y, aunque ciertamente siguen existiendo interesantes posibilidades de inversión, la tardanza a la hora de tomar decisiones va a conllevar más tiempo y recursos si se quiere estar en primera línea en los nuevos Estados miembros”.

Los temores

Uno de los efectos de la ampliación del que sin embargo sí han tomado buena cuenta las empresas españolas es el de la reestructuración de los fondos comunitarios. La entrada de países esencialmente agrícolas y con rentas per cápita inferiores a la media, ha obligado a un replanteamiento del presupuesto. Como consecuencia, España sufrirá directamente la reestructuración de las ayudas regionales, que suponen el 70% de las recibidas a través del Fondo de Cohesión. En total, unos 11.100 millones de euros a los que no podrá acceder en el periodo 2007-2013.

Recientemente, las Cámaras de Comercio españolas han analizado estos efectos y han estudiado también las diferentes oportunidades de negocio. En cuanto a lo primero, han señalado que “no debe extrañar que la ampliación suscite el temor legítimo de algunas naciones, entre ellas España, a perder recursos que tan necesarios son para modernizar economías y garantizar la convergencia real. Por ello, la solidaridad no debe impedir que el resto de países con una renta per cápita actual inferior a la media comunitaria, España incluida, siga beneficiándose de los fondos europeos con objeto de no detener el proceso de acercamiento real”.

Por otra parte, las Cámaras de Comercio consideran que la adhesión de diez nuevos miembros aumentará el comercio de bienes y servicios y dará más crecimiento y peso económico al Viejo Continente, lo que beneficiará a las empresas españolas siempre que se apliquen políticas flexibles y competitivas para afrontar los nuevos retos. Según su análisis, “los efectos favorables no se distribuirán homogéneamente, sino que los mayores beneficios serán para aquellos que sepan tomar el reto de la productividad y la flexibilidad de sus estructuras y empresas”. Con todo, tales entidades consideran que España no ha aprovechado el acercamiento que estos países están realizando, “de ahí que sólo el 3,2% de las exportaciones se dirijan a los nuevos socios”.

Por este motivo, durante 2004, las Cámaras van a dedicar un 18% de sus recursos al fomento de las exportaciones a estos países. “Además —sostienen—, tenemos el firme propósito de crear comités de cooperación con todos ellos con el fin de establecer una mayor colaboración entre empresas de ambas zonas. Estamos convencidos de que la ampliación es una gran ocasión para el conjunto de la UE pero mucho más para España”.


El puzzle europeo se completa
 

Con la incorporación de Polonia, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, Chipre y Malta, la logística y el transporte de la Unión Europea se escoran hacía el Este. Se abren así nuevas fronteras, nuevas rutas comerciales y nuevos canales de distribución dentro de un gigante económico formado por 25 países, 450 millones de ciudadanos y un Producto Interior Bruto que ronda los 8,5 billones de euros.

Hace poco más de 15 años que Europa aún se levantaba con un muro para dividir en dos al Viejo Continente. Un día una de las partes que sostenía el muro se tambaleó y cayó. Entonces, las que durante más de medio siglo habían sido diferencias insalvables en la concepción económica y social del mundo comenzaron a diluirse y el llamado libre mercado sopló del Oeste al Este. La historia, que había tenido su principio con el fin de la Segunda Guerra Mundial y el inicio de la era de los dos bloques, escribía su último capítulo. Al epílogo pertenece lo ocurrido el 1 de mayo de 2004.

Un 23% más de territorio. Una perceptible bajada en la media del nivel de vida. Un mercado interior de 450 millones de consumidores potenciales. La reducción proporcional del coste de la mano de obra. Aproximadamente, un 20% más de población dedicada al sector primario. Y la creación de una nueva superpotencia económica, que no renuncia a ser también social y política. Estas son algunas de las principales consecuencias de la ampliación de la Unión Europea que ha entrado en vigor el primero de mayo. Polonia, Hungría, República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Letonia, Lituania, más las mencionadas Chipre y Malta, ya son Estados miembros de la Unión de pleno derecho.

Ancha es Europa

El mapa de la UE ya no es el mismo. A las nuevas fronteras con Rusia, Bielorrusia y Ucrania hay que sumar que Chipre, a menos de 200 km de Siria, pasa a ser el extremo oriental de la Unión. De esta forma, Asia queda ahora más cerca de la península Ibérica y el área centroeuropea se convierte de facto en el centro real de un mercado de enormes dimensiones. Con todo, aún son importantes las diferencias entre la Europa de los Quince, que ya es historia, y la de los Veinticinco.

Por ejemplo, con la ampliación el nivel medio de vida en la Unión Europea pasa de los aproximadamente 23.500 euros de la UE-15 a los 20.836 euros en la UE-25. A esto hay que añadir que, según datos de la Oficina Estadística de la UE (Eurostat), el coste medio de la mano de obra en estos países es siete veces menor que en la Europa de los Quince y casi cuatro veces más bajo que en España. Una mano de obra en algunos casos especialmente cualificada, un 83% de la población de los Estados del este habría acabado al menos la educación secundaria frente al 66% de la Unión. Por este motivo, y como medida para proteger sus mercados laborales, algunos de los países de la UE-15 harán uso de una prerrogativa que figura en el Tratado de Adhesión y que permite restringir, durante los próximos dos años, la libre circulación de trabajadores provenientes de los nuevos miembros, con la excepción de Chipre y Malta.

Cuestión logística

Por su parte, tanto el mercado logístico como el sector del transporte notan ya los efectos de la ampliación. La tradicional “centralidad” del negocio de distribución se escora más hacia Oriente. Según los expertos, los inversores tienen allí un mercado en potencia, cuya punta de lanza pueden ser los metros cuadrados de naves industriales. En el informe “El mercado logístico europeo” elaborado, entre otros, por la consultora DTZ Ibérica, se recoge la previsión según la cual “se espera que en los próximos 12 meses las empresas de fabricación trasladen parte de su producción hacia Europa del Este para aprovechar el menor coste laboral y la mejor ubicación geográfica respecto al resto del continente”. En este sentido, Javier Ruescas, director del departamento de research de DTZ Ibérica, ha asegurado que, entre otros indicadores, “en la mayoría de los mercados emergentes del Este, se ha detectado un aumento de la promoción de centros de distribución, por la demanda de parques logísticos”.

En cuanto a las carencias de los nuevos mercados, en el citado informe se señala, principalmente, la ausencia de infraestructuras de calidad que interconecten los centros logísticos. En general, el sector comercial en estos países se encuentra aún demasiado fragmentado y la distribución mayorista está en fase de desarrollo. Con todo, los analistas están convencidos de que este progreso se realizará a “marchas forzadas” ante el creciente interés de los grandes operadores. El proveedor logístico internacional Schenker AG es uno de ellos. Thomas Held, presidente del Consejo de Administración de esta compañía, ha mostrado su convencimiento de que la ampliación hacia Europa del Este genera un alto potencial para la logística: “Nuestros grandes clientes de la industria ya operan desde hace mucho tiempo en los nuevos países miembros y viceversa, como por ejemplo para el sector de la automoción. Contamos con que nuestros clientes de las pymes aprovechan cada vez más las oportunidades ofrecidas por la ampliación de la UE”. Schenker ya es el primer proveedor de logística en Polonia. Otro ejemplo de este interés es el protagonizado por Teleroute, compañía fundada en 1985 y una de las líderes en el mercado europeo en soluciones B2B de comercio electrónico para el sector de la logística y el transporte, la cual ha anunciado recientemente la apertura de sus operaciones hacía Europa del Este.

Por otra parte, los diez nuevos países miembros presentan unas estructuras productivas en la que existe una fuerte participación del sector primario, lejos todavía de una “terciarización” de la economía. Las principales deficiencias de la industria son: poca especialización, falta de una red de producción, ausencia de know-how empresarial, tanto organizativo como tecnológico, y dedicación mayoritaria a los sectores tecnológicos menos innovadores. Además, mantienen una alta dependencia del ámbito agrícola. Según datos de Eurostat, en ellos la agricultura representa el 8% del PIB (Producto Interior Bruto) frente al 2,5% en la UE-15. Con todo, los expertos apuntan el potencial económico de estos países que en los últimos años han recibido un volumen de inversión directa exterior muy significativo. Ahí están, por ejemplo, su importante capacidad exportadora y su joven población con experiencia industrial y un alto grado de utilización de las nuevas tecnologías.


POLONIA

Territorio: 312.683 km2.
Población: 38,6 millones de habitantes (2002).
Capital: Varsovia.
Ciudades importantes: Lodz, Cracovia y Gdarisk.
Datos económicos
PIB: 306.940 millones de euros (2003).
PIB per cápita: 5.110 euros (2003).
Exportaciones: 43.915 millones de euros (2003).
Importaciones: 58.569 millones de euros (2003).
Inflación: 2% (2003).
Paro: 17,9% (2003).

Materias primas y actividades económicas
Agricultura : patata, remolacha, azúcar y trigo. Es líder en exportación de concentrado de manzana y se encuentra entre los mayores productores mundiales de cerezas, coles y zanahorias.
Industria: producción de hierro y acero, minería de carbón, productos químicos, astilleros e industria de alimentos.
Minerales y recursos: carbón de piedra y lignito, cobre, gas natural, azufre, zinc, plomo y plata.
Infraestructuras
  • De los 242.000 km de carreteras, sólo el 1% cumple con las exigencias de la UE. Hay aprobado un plan para la construcción de unos 2.300 km de autopistas de peaje en los próximos 20 años.
  • 23.500 km de red ferroviaria.
  • Para cumplir con los requisitos del acuerdo de Schengen ya han comenzado las obras de ampliación en el Aeropuerto Internacional Balice de Cracovia, el segundo más importante del país tras el de la capital.
  • Está prevista la construcción de un Centro Internacional de Logística en Gliwice, que congregará, entre otros, un puerto fluvial, una terminal ferroviaria y rutera de transbordo, depósitos y agencias de consignación, además de otras dos plataformas logísticas en Silesia.


REPÚBLICA DE HUNGRÍA

Territorio: 93.030 km2.
Población: 10,2 millones de habitantes (2001).
Capital: Budapest.
Datos económicos
PIB: 67.979 millones de euros (2002).
PIB per cápita: 6.900 euros (2002).
Exportaciones: 33.474 millones de euros (2002).
Importaciones: 36.094 millones de euros (2002).
Inflación: 5,3% (2002).
Paro: 5,8% (2002).
Materias primas y principales actividades
Agricultura: minería, metalurgia, materiales de construcción, industria de alimentos, telas y tejidos, productos químicos y vehículos motorizados.
Industria: trigo, maíz, semillas de girasol, patata, remolacha para azúcar, cerdos, ganado, avicultura y productos lácteos.
Minerales y recursos: bauxita, carbón, gas natural, suelos fértiles y tierra de labranza.
Infraestructuras
  • Dispone de 30.267 km de red viaria, de los que 448 km son autopistas y autovías. El 52% del tráfico total de mercancías se realiza por carretera.
  • Cuenta con 7.685 km de vía férrea. El 29,9% del transporte de mercancías se lleva a cabo por ferrocarril.
  • El tráfico aéreo se desarrolla a partir de dos aeropuertos internacionales cerca de Budapest: Ferihegy 1 y Ferihegy 2.
  • Los ríos Danubio y Tisza, que atraviesan el país de norte a sur, son vías fundamentales en el transporte de mercancías.


REPÚBLICA CHECA

Territorio: 78.703 km2.
Población: 10,3 millones de habitantes (2002).
Capital: Praga.
Datos económicos
PIB: 77.355 millones de euros (2002).
PIB per cápita: 7.200 euros (2002).
Exportaciones: 39.520 millones de euros (2002).
Importaciones: 43.390 millones de euros (2002).
Inflación: 1,8% (2002).
Paro: 8,5% (2002).
Actividades económicas
Agricultura y ganadería: trigo, patata, remolacha, fruta, cerdos y avicultura.
Industria: metalurgia, maquinaria y equipo industrial, vehículos, vidrio y armamento.
Minerales y recursos: carbón de piedra, carbón blando, arcilla, grafito y recursos forestales.
Infraestructuras
  • Se ha avanzado en la integración de la República Checa en la red transeuropea, gracias a la aceleración de las obras de construcción de la autopista D5 (de Praga a Nuremberg) y de la autopista D8 (que enlaza Praga con Dresde y Berlín). La principal autopista es la que cruza el país de este a oeste, uniendo Praga con Rozvadov.
  • La red ferroviaria tiene una gran importancia en el transporte de mercancías.
  • Existen cinco aeropuertos internacionales: Karlovy Vary, Brno, Ostrava, Pardubice y Praga, el principal es este último.


CHIPRE

Territorio: 9.250 km2.
Población: 689.565 habitantes (2001).
Capital: Nicosia.
Idioma: griego, turco e inglés.
Datos económicos
PIB: 4.000 millones de euros (2001).
PIB per cápita: 10.000 euros (2001).
Exportaciones: 2.000 millones de euros (2001).
Importaciones: 2.800 millones de euros (2001).
Inflación: 2,2% (2002).
Paro: 6,9% (2002).
Actividades económicas
Agricultura: Patata, cítricos, verduras, cebada y uva.
Industria: alimentos y bebidas, telas y tejidos, productos químicos, siderurgia, turismo y madera.
Minerales y recursos: cobre, pirita, asbesto, yeso, recursos forestales, sal, mármol y arcilla.
Infraestructuras
  • Las principales autovías unen las ciudades de Nicosia, Larnaca y Limassol.
  • No hay vía férrea.
  • Los puertos son muy utilizados para el transbordo de cargas, sobre todo hacía puertos más pequeños en Oriente Medio. El mayor es el de Limassol aunque el de Larnaca es el principal para la exportación de productos agrícolas y la importación de vehículos.
  • El mayor aeropuerto se encuentra en Larnaca. No existe conexión directa entre Chipre y España.
  • La Unión Europea ha dispuesto un total de 300 millones de euros para impulsar el desarrollo de infraestructuras y la modernización de Chipre en el período 2004-2005, en el caso de que se consume la reunificación de las dos partes de la isla.


MALTA

Territorio: 320 km2.
Población: 381.603 habitantes (2002). Capital: La Valleta.
Ciudades importantes: Sliema, Birkirkara y Qurmi.
Idioma: maltés e inglés.
Datos económicos
PIB: 4.600 millones de euros (2001).
PIB per cápita: 10.300 euros (2001).
Exportaciones: 1.100 millones de euros (2001).
Importaciones: 1.800 millones de euros (2001).
Inflación: 2,64% (2002).
Paro: 7,1% (2002).
Materias primas y principales actividades
Agricultura y ganadería: patata, coliflor, uva, trigo, cebada, tomate, cítricos, flores, pimiento verde, carne de cerdo, leche, avicultura y huevos.
Industria: turismo, electrónica, astilleros para reparaciones, construcción, calzado, ropa y tabaco.
Minerales y recursos: piedra caliza, sal y tierras de labranza.
Infraestructuras
  • El archipiélago de Malta está compuesto por tres islas: Malta, Gozo y Comino. La primera es la más grande.
  • Las carreteras suelen ser de un solo carril y no están muy bien asfaltadas.
  • El aeropuerto está ubicado en la isla de Malta.


LITUANIA

Territorio: 65.200 km2.
Población: 3.584.966 habitantes (2002).
Capital: Vilna.
Ciudades importantes: Kaunas, Klaipeda y Siavliat.
Datos económicos
PIB: 14.813 millones de euros (2002).
PIB per cápita: 4.200 euros (2002).
Exportaciones: 5.732 millones de euros (2002).
Importaciones: 7.339 millones de euros (2002).
Inflación: 0,3% (2002).
Paro: 13,1% (2001).
Materias primas y principales actividades
Agricultura y ganadería: grano, patata, remolachas, lino, verduras, carne y pesca.
Industria: herramientas mecanizadas para cortar metales, motores eléctricos, televisores, petróleo refinado, astilleros, muebles, tejidos, fertilizantes y ordenadores.
Minerales y recursos: turba y tierra de labranza.
Infraestructuras
  • La UE ha reconocido a Lituania como el primer centro neurálgico de transporte y logística en la región báltica. La Comisión de Transporte de la Unión ha designado dos rutas que atraviesan el país entre las diez más neurálgicas de Europa: la carretera Norte-Sur y la ruta de ferrocarril que une Escandinavia con Europa Central, así como la ruta Este-Oeste que enlaza los mercados del este con el resto del Viejo Continente.
  • La situación de sus 71.375 km de carreteras ha mejorado mucho en los últimos años.
  • Dispone de una ruta marítima que conecta Bielorrusia con Lituania y con el Mar Báltico.


LETONIA

Territorio: 45.226 km2.
Población: 2.408.523 habitantes (2002).
Capital: Riga.
Idioma: letón, ruso y lituano.
Datos económicos
PIB: 8.630 millones de euros (2002).
PIB per cápita: 3.575 euros (2002).
Exportaciones: 2.467 millones de euros (2002).
Importaciones: 4.060 millones de euros (2002).
Inflación: 1,9% (2002).
Paro: 12,8% (2002).
Materias primas y principales actividades
Agricultura y ganadería: grano, remolacha, patata, verdura, carne y pesca.
Industria: vehículos para transporte, fibras sintéticas, maquinaria agrícola, fertilizantes, equipos electrónicos comerciales, productos farmacéuticos, telas y tejidos.
Minerales y recursos: ámbar, turba, piedra caliza, hidroelectricidad y tierra de labranza.
Infraestructuras
  • Dispone de 12.076 km de vías asfaltadas. El corredor más transitado es el que une Helsinki, Riga y Varsovia de un lado y Riga y Gdansk de otro.
  • Su red ferroviaria tiene el mismo ancho de vía que la rusa, lo que no ocurre con otros países de la Europa Central.
  • Riga es el puerto de Europa del Este con mayor tránsito de contenedores y se ha convertido en la puerta principal de acceso a Rusia.
  • Cuenta con el sistema de telecomunicaciones más desarrollado de la Europa del Este.


ESTONIA

Territorio: 45.226 km2.
Población: 1.408.523 habitantes (2000).
Capital: Tallinn.
Idioma: Estonio, ruso, ucraniano, inglés y finés.
Datos Económicos PIB: 5.000 millones de euros (2002).
PIB per cápita: 4.562 euros (2001).
Exportaciones: 2.473 millones de euros (2001).
Importaciones: 3.609 millones de euros (2002).
Inflación: 4,3% (2002).
Paro: 9,1% (2002).
Materias primas y principales actividades
Agricultura: patata, fruta, verdura, ganado, productos lácteos y pesca.
Industria: petróleo de arcillas, astilleros, fosfatos, motores eléctricos, excavadoras, cemento, muebles, textil y calzado.
Minerales y recursos: arcillas petroleras, turba, ámbar y piedra caliza.
Infraestructuras
  • La nueva ley sobre los transportes por carretera, adoptada en junio de 2000, regula el transporte nacional e internacional de mercancías e introduce por primera vez en Estonia el concepto de transporte combinado. Existe un plan de desarrollo del corredor de transporte para el período comprendido entre 2001 y 2005, y un primer proyecto de rehabilitación de la Vía Báltica (autopista que enlaza las principales capitales bálticas por la costa) que se inició en el año 2002.
  • En 2001 concluyó el proceso de privatización de los ferrocarriles de Estonia. Las principales líneas van de este a oeste y unen los puertos estonios con Rusia.
  • Cuenta con seis puertos, tres de los cuales, los más grandes, se sitúan en los alrededores de Tallinn. El de Muuga, a 20 km de la capital, es el más moderno.
  • La actividad aeroportuaria se centra en Tallinn.


REPÚBLICA DE ESLOVENIA

Territorio: 20.256 km2.
Población: 1.970.570 habitantes (2000).
Capital: Lubliana.
Idioma: esloveno y serbio-croata.
Datos económicos
PIB: 20.888 millones de euros (2001)
PIB per cápita: 10.496 euros (2001).
Exportaciones: 6.567 millones de euros (2002).
Importaciones: 7.869 millones de euros (2002).
Inflación: 7,5% (2002).
Paro: 6% (2002).
Materias primas y principales actividades
Agricultura y ganadería: patata, trigo, remolacha, maíz, ovejas y avicultura.
Industria: metalurgia a base de hierro forjado, productos de acero rodado, productos electrónicos, madera, textil y productos químicos.
Minerales y recursos: carbón-lignito, plomo, cinc, mercurio, uranio, plata y recursos forestales.
Infraestructuras
  • Un total de 1.202 km de red ferroviaria conectan las principales ciudades.
  • El transporte marítimo se centra en el puerto de Koper (cinco millones de toneladas al año).


REPÚBLICA DE ESLOVAQUIA

Territorio: 48.845 km2.
Población: 5.396.193 habitantes (2001).
Capital: Bratislava.
Idioma: eslovaco y húngaro.
Datos económicos
PIB: 25.122 millones de euros (2002).
PIB per cápita: 4.700 euros (2002).
Exportaciones: 15.200 millones de euros (2002).
Importaciones: 17.500 millones de euros (2002).
Inflación: 3,3% (2002).
Paro: 14% (2002).
Materias primas y principales actividades
Agricultura y ganadería: grano, patata, remolacha para azúcar, lúpulo, fruta, ganado porcino, ganado vacuno y avicultura.
Industria: hierro forjado y productos metalúrgicos, industria de alimentos y bebidas, gas, petróleo refinado, combustible nuclear, productos químicos, fibras sintéticas, vehículos para transportes y tejidos, instrumentos ópticos y productos de caucho.
Minerales y recursos: carbón pardo, lignito, cobre, mineral de manganeso, sal y tierra de labranza.
Infraestructuras
  • El Aeropuerto de Bratislava está situado a 10 km del centro de la ciudad y el de Viena (Austria) a sólo 50 km.
  • El Danubio permite más de 300 km de rutas fluviales, con conexiones internacionales con Austria y Hungría. Los principales puertos son Bratislava y Komarno.
  • La red ferroviaria conecta con Austria, Alemania, República Checa, Polonia, Hungría, Rumania, Rusia y los países bálticos.