Al hilo del cobre

27 mar 2014

En el mes de enero de 2006, la tonelada de cobre en la Bolsa de Metales de Londres (LME) se cotizaba a 4.733 dólares. En abril, la misma tonelada se valoraba a 6.384 y la media de mayo (al cierre de esta edición) superaba ya los 8.000 dólares.

La razón básica para este comportamiento es que “la producción de esta materia no admite flexibilidad en la respuesta a la demanda, y si desciende el stock hasta el punto de no ser suficiente para el consumo mundial a tres semanas vista, entonces saltan las alarmas y esto provoca que el mercado acapare valor y aumente el precio de esa materia prima”, describe José Ramón Morales, director general del CEDIC (Centro Español de Información del Cobre).

La causa del repunte de la demanda que fagocita los stocks hay que buscarla, como en tantas ocasiones cuando se habla del mercado de metales, en el crecimiento chino e indio, cuyas economías lo usan profusamente en la creación de infraestructuras y en producción de elementos eléctricos y electrónicos.

Según José Ramón Morales, existe un segundo factor que provoca la subida de los precios. Es el que produce el capital especulativo, como los fondos de inversión y los hedge funds (instrumentos compuestos por valores muy volátiles de alto riesgo), que invierten en futuros. En particular, estos contratos, que manejan un volumen de capital considerable, no están respaldados por producto físico (es meramente especulativo).

 

Reciclaje del 100%

No obstante, para Morales, esta situación no se espera que se prolongue por mucho más tiempo, dado que durante 2006 deben engrosarse los stocks hasta alcanzar de nuevo una considerable reserva a principios de 2007, lo que haría enfriar el precio.

Por otra parte, el reciclado representa un porcentaje muy alto del consumo mundial (un 30% a nivel global y el 41% en Europa) debido a que el cobre es continuamente recuperable sin que se produzca pérdida de sus propiedades o prestaciones, y es de esperar que se podrá reciclar más cantidad si se tiene en cuenta que la Agencia Europea del Medio Ambiente opina que en los próximos 12 años los europeos duplicaremos la generación de residuos eléctricos y electrónicos.

El valor del cobre, como se ve, depende mucho del fundamental; es decir, del comportamiento de la oferta y la demanda de la materia prima. Una demanda que lejos de ralentizarse irá a más. Y en este aspecto, China e India marcan la pauta. Según los datos del CEDIC, el consumo de cobre por ciudadano en China no llega a los 3 kg al año.

Si se tiene en cuenta que para alcanzar los niveles de Europa esa cifra debería llegar a los 9 ó 10 kg por habitante y año y se multiplica por los 1.300 millones de ciudadanos chinos, la perspectiva en el consumo por parte del gigante asiático es abrumadora. Pero el empleo del cobre seguirá aumentando no sólo a raíz del crecimiento asiático.

El Instituto Europeo del Cobre, en su memoria anual de 2005,indica las tendencias y nuevas oportunidades que están surgiendo. De esta forma, dos tercios del cobre a nivel mundial se destinan a la generación, distribución y uso de la electricidad, por lo que su comportamiento está muy ligado a la inversión en infraestructuras, manufacturas y construcción, en este último caso tanto comercial e industrial como residencial.

Teniendo esta cuestión en cuenta, la previsión del Instituto es que haya un aumento de la demanda proveniente de Europa del Este a medio plazo. En definitiva, aunque el precio del cobre está en alza –una tendencia generalizada en todos los metales –, su perspectiva, dado que no es un metal que escasee, es positiva.

Todavía resulta necesario un descenso de su cotización para superar un cierto riesgo de sustitución por otros materiales en determinadas utilizaciones, pero al poseer un elevado grado de valor residual (por su alta capacidad de reciclado) y con unas propiedades naturales difícilmente superables (conductividad en electricidad, inocuidad en la canalización de agua, etc.), puede decirse que el cobre y su industria asociada gozan de buena salud.

 

Cunect lidera los transformadores

Entre los productores españoles de cobre transformado destaca Cunext Cooper Industries, una empresa cordobesa dedicada a la elaboración de cobre, alambre y cable. Su nacimiento data de 2004, cuando Atlantic Cooper, sociedad dedicada a la producción de este metal –la más importante de Europa en esta actividad–, vendió su división de producto de cobre.

La operación, efectuada a través de dos fondos de capital riesgo gestionados por Corpfin Capital, y en menor medida por directivos de Atlantic Cooper, tuvo un montante de unos 100 millones de euros, con los que se compraron las dos plantas de esta firma situadas en Córdoba y Barcelona.

 

600 millones de euros

El traspaso del negocio convirtió a Cunext en la primera compañía española en su actividad, una ventaja que ha servido como acicate para obtener unos excelentes resultados en 2005, con una facturación de 600 millones de euros, un 20% más que durante 2004. La previsión para 2006 indica un crecimiento del 30%, para lo cual la empresa invertirá en mejorar sus procesos con el objetivo de pasar de una producción de 185.000 a 200.000 t anuales.

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ENTREVISTA

José Ramon Morales, director general del Centro Español para la Investigación del Cobre

La minería está incrementando la producción de cobre

 

El precio del cobre está por las nubes, ¿es normal este comportamiento?

Sí y no. Aunque los ciclos al alza en los metales son bastante corrientes, nunca han sido tan pronunciados y largos.

¿Continuará esta tendencia?

Este año empieza a aumentar el stock y las previsiones señalan que a principios de 2007 habrá 150.000 t almacenadas. Puede parecer poca cantidad, pero para hacernos una idea debemos tener en cuenta que 200.000 t de más o de menos pueden desequilibrar el mercado.

¿A qué es debido el aumento de stocks?

No se debe, ni mucho menos, a que la demanda se haya retraído, sino a que la minería está aumentando la producción. En el cobre no hay escasez de recursos y esto estimula la puesta en marcha de nuevas plantas de producción. El cuello de botella puede estar en los refinadores, pero para evitarlo también se están acometiendo inversiones en ese sentido, como por ejemplo la nueva planta en la provincia de Sevilla, que empezará a producir unas 60.000 t de cobre refinado a finales de 2007.