La dinámica economía china: una gran oportunidad logística

20 mar 2002

China se ha convertido en un interesante destino para las inversiones económicas. La integración de este país en las cadenas globales de suministro ofrece múltiples oportunidades a los operadores logísticos internacionales que sepan aprovecharlas.

China se ha incorporado recientemente a la Organización Mundial del Comercio. Éste es un paso más en el proceso de apertura de la economía china a la economía de mercado. Cuando Estados Unidos, Europa y Japón se resienten de una desaceleración económica acentuada por el impacto de los tristes acontecimientos del 11 de septiembre, China en cambio mantiene su optimismo.

Un estudio de AT Kearney, publicado tras los ataques terroristas, pone de manifiesto que una muestra de altos directivos mejora en un 15% su interés por invertir en China, mientras este interés desciende para cualquier otro destino de las inversiones.

La entrada en la OMC, los Juegos Olímpicos de Beijing en el 2008, la aproximación entre los Estados Unidos y China propiciada por la participación del presidente Bush en la reunión de APEC en octubre pasado, el compromiso del gobierno chino para mantener el crecimiento económico próximo al 8% en 2002, el avance de las reformas, e incluso la posible regularización de relaciones con el Vaticano que se espera que ocurra próximamente, son noticias positivas que estimulan una fuerte corriente de inversión hacia China.

En los diez primeros meses de 2001 las inversiones comprometidas superaron los 50.000 millones de dólares, un récord extraordinario en un mundo que entra en recesión. Otro factor a tener en cuenta es que el desarrollo de China lleva aparejado la aparición de multinacionales chinas. Empresas como Haier (primer fabricante de electrodomésticos en China) están estableciendo filiales en Europa para fabricar y distribuir sus productos.

Si este proceso macroeconómico se analiza con un poco más de profundidad aparecen montones de problemas que constituyen ineficiencias y cuellos de botella que han de resolverse. Por eso muchas de estas inversiones no producen resultados en sus etapas iniciales. Incluso en algunos casos, producen pérdidas importantes. La logística es una de las áreas que presenta, por un lado, mayores problemas y, por otro, como consecuencia, mejores oportunidades.

Imaginemos lo que representa para una empresa de automoción, por ejemplo, que su cliente alemán le pida suministrar just-in-time a su planta en China mediante la adquisición de una empresa local o el establecimiento de una joint-venture y la combinación de esto con un flujo de exportación de ciertos componentes o subconjuntos que habrá que integrar allí.

Es posible que al estudiar la implantación en China y dados los volúmenes que se pueden contemplar en aquel país a medio plazo, tenga sentido plantearle la exportación a Europa de parte de la producción que se produzca allí.

En el pasado, una parte destacada del comercio con China se refería a productos terminados sin una presión excesivamente grande en cuanto a cumplir plazos de entrega. Podrían citarse casos de compañías como Inditex que fabrica en España, lo que requiere el cumplimiento riguroso de un corto plazo de entrega, pero importa de China productos con menos presión de plazo, menos intensidad de diseño y coste más bajo.

Muchas empresas recurrían a intermediarios de Hong Kong para resolver los problemas logísticos de conectar un suministrador chino con la planta europea. Pero a medida que China se integra en la economía mundial, el tráfico de productos en ambas direcciones se produce en distintos niveles de la cadena de valor. Cada vez tiene menos sentido utilizar intermediarios de Hong Kong (aunque hacen un esfuerzo por mantener su negocio).

Lo lógico y eficiente es evitar intermediaciones innecesarias y costosas que hoy en día no es preciso mantener. La oportunidad no ha pasado desapercibida para los grandes operadores logísticos internacionales, aunque el desarrollo sorprendente del fenómeno de integración de China en las cadenas globales de suministro ofrece todavía muchas oportunidades.

España es aún muy poco relevante como inversor en China. El énfasis inversor de las empresas españolas, como es sabido, se ha puesto en América Latina. La oportunidad china está siendo ignorada por la gran mayoría de las empresas españolas. Sin embargo, se empieza a detectar un interés hacia el país asiático, a veces estimulado por socios en la cadena de valor.

Asimismo, se configuran proyectos destinados a facilitar la logística del despliegue industrial europeo en China como son el del puerto de Barcelona y los de algunos operadores logísticos en China. Cierta relación con este sector tiene el proyecto de Alsa de transporte de pasajeros en autobús, que es un modelo de puesta en aplicación.

La combinación de la fuerte inversión internacional que se precipita sobre China y la salida de las empresas chinas al exterior crean la mayor oportunidad de proporcionar servicios de logística y transporte jamás vista en la historia moderna.

El hecho de que el desarrollo se concentre a veces de forma espectacular en zonas de industrialización intensiva y especialmente elegidas, como Pudong en los alrededores de Shanghai, o la zona portuaria de Ningbo, pueden facilitar el diseño de proyectos logísticos acotados. Hay que contar con que las necesidades logísticas y de información de soporte que requiere una cadena de suministro global son las mismas en cualquier lugar.

Fuente: Pedro Nueno, presidente del Consejo Académico China Europe International Business School, Shanghai.