Cómo ganarle 70 hectáreas al mar

10 oct 2003

El puerto de Barcelona le ha ganado al mar 70 nuevas hectáreas con la inauguración del área Delta 1. Para construir esta infraestructura, que se enmarca dentro del proyecto de ampliación del enclave portuario catalán, ha sido necesario rellenar el terreno con cinco millones de metros cúbicos de tierra y utilizar miles de bloques de granito de hasta 50 toneladas de peso por unidad para abrigar la zona.

La Autoridad Portuaria de Barcelona (APB) inauguró en julio la ampliación del Sector 8 (bautizado como área Delta 1) del puerto de la capital catalana. Se trata de las primeras 70 ha previstas en la ampliación del enclave barcelonés que entran en servicio. La mayor parte de los terrenos, concretamente 49 ha, están ocupados por el Parque de Terminales Portuarias Delta 1, que gestiona en régimen de concesión por un periodo de 29 años la sociedad Muelles y Espacios Portuarios (MEPSA), mientras que la APB ha otorgado directamente la concesión de las 20 ha restantes.

La nueva infraestructura, construida sobre terrenos ganados al mar, ha supuesto una inversión de 40,6 millones de euros, financiados en su mayor parte por la iniciativa privada. La utilización de este modelo mixto público-privado en la financiación de obra civil ha resultado pionero en España. Así, la sociedad adjudicataria MEPSA, constituida por la unión temporal de empresas (UTE) que ganó el concurso (Dragados, OHL y Construcciones Rubau), asumió dos tercios de la inversión total a cambio de la explotación en régimen de concesión por un periodo de 29 años.

Entre las empresas que se instalarán en Delta 1 figuran Quimidroga, Meroil, Hispavic Ibérica (Solvay), Gas Natural, Combalia Group, Derivados Forestales, Resestank, Recomar, Grup Sarbus, GTI (Gestión Transporte Intermodal), Chemitransit, Cotransa y CSA (Containers, S.A.).

Las obras de infraestructura de Delta 1 se iniciaron en diciembre de 1997, mientras que la urbanización de los terrenos finalizó en junio de 2003. Entre los años 1997 y 1999 se construyeron los diques Sur (450 m) y Este (1.500 m de longitud), compuestos por una sucesión de dados de hormigón de unos 2,20 m de arista y más de 30 toneladas, construidos in situ.

Durante toda la etapa de relleno de tierras de la zona acotada, las aguas interiores y el mar abierto permanecieron comunicados mediante tubos, con el fin de que las aguas desalojadas encontraran salida al mar. Para esta operación fue necesario emplear cinco millones de metros cúbicos de tierra, que supusieron el movimiento de hasta 1.000 camiones/día. La cota de los terrenos una vez finalizadas las obras es de +2 m para parcelas y + 4 m para viales, lo que implica que habitualmente se construya sobre losa de hormigón.

Tras la fase de relleno, para afianzar los terrenos se procedió a precargarlos. El peso de las tierras acumuladas mediante esta técnica hace que los terrenos se asienten. El seguimiento de dichos asentamientos permite establecer el momento de retirada de las precargas, que se lleva a cabo cuando el terreno ha bajado de cota por el peso de las tierras acumuladas y se ha estabilizado. Este mismo procedimiento es utilizado en las diferentes parcelas de las cinco manzanas que forman el Parque de Terminales Portuarias DELTA 1.

En un intento de eludir la nomenclatura técnica utilizada para las calles de áreas industriales o portuarias (es habitual en el puerto utilizar designaciones del tipo calle A o tramo VI), y a modo de prueba piloto pendiente de aprobación definitiva por parte del al Autoridad Portuaria de Barcelona, las calles del Parque reciben nombre de puertos del mundo con los que el de Barcelona tiene algún tipo de relación, entre ellos los de Ningbó, Tianjin, Haifa o Miami.

DELTA 1 se encuentra situado en el extremo sur del puerto de Barcelona, a la altura de la bocana principal. Sin embargo, cuando finalice la ampliación del puerto, en 2010, quedará en el centro del enclave, protegido por el dique Este del puerto (actualmente en fase de prolongación) y por las nuevas terminales que se construirán en cuanto el desvío del río Llobregat sea una realidad.