Fundación Cares: outsourcing logístico y labor social

28 mar 2014

La Fundación Cares (Centros de Alto Rendimiento Empresarial y Social) presta servicios auxiliares para procesos industriales y logísticos con personal discapacitado o con dificultades de inserción sociolaboral. Mediante esta iniciativa, las empresas pueden externalizar parte de sus actividades y contribuir al mismo tiempo a una labor social.

El 90% de los empleados de la plantilla de la Fundación Cares son personas que presentan alguna discapacidad psíquica, física o sensorial y que, en la mayoría de los casos, no habían trabajado nunca. Sin embargo, esta circunstancia no ha sido obstáculo para que empresas como Damm, Yamaha Motor España, Prosegur o Condeminas Servicios Logísticos (CSL) se cuenten entre las que ya han confiado en la fundación a la hora de externalizar algunos de sus servicios.

El modelo desarrollado por Cares es pionero en España. El proyecto se remonta a marzo de 1999, cuando la fundación hizo un estudio de mercado en el cual constató que ninguno de los centros de trabajo especiales para discapacitados que existían en España trabajaba el outsourcing especializado en logística y temas de producción. Con esta perspectiva, la Fundación Cares empezó a funcionar en septiembre de ese mismo año. Sus promotores fueron la Autoridad Portuaria de Barcelona (a través de la empresa CILSA, la sociedad que gestiona la Zona de Actividades Logísticas del puerto de Barcelona), la Asociación para el Desarrollo Económico y Social (Ades) y la compañía de outsourcing para procesos industriales CTC Servicios Integrales. La especialización en el soporte de operaciones logísticas, junto con la amalgama que forman las tres entidades que promueven la fundación, que unen lo público con la empresa social y los intereses privados, conforman lo más novedoso de esta iniciativa.

Ades, que está formada por siete gerentes de entidades denominadas de "economía social", es una asociación sin ánimo de lucro con amplia experiencia en el desarrollo de centros especiales de trabajo. Por su parte, CTC Servicios Integrales es una compañía de outsourcing industrial y logístico del Grupo CTC, dedicado al sector Servicios Externos. Con esta sinergia entre la parte comercial de Cilsa, los servicios de CTC para el diseño e implantación del modelo de gestión de la entidad, los recursos humanos y la experiencia de Ades en el trabajo con discapacitados, Cares puso las bases para el desarrollo de su actividad.

Discapacidad y rendimiento profesional

Las tareas que realizan los empleados de Cares no están condicionadas por su grado de discapacidad. En este sentido, una de las premisas del centro, según su gerente, Enric Andreu, establece que "cualquier persona puede hacer cualquier trabajo, aunque sea con rendimientos diversos". No obstante, para poder llevar a cabo con éxito ese trabajo, la plantilla realiza un completo proceso de aprendizaje que, inevitablemente, trasciende lo profesional y hace hincapié en la formación del individuo. "Si existe un problema psíquico –afirma Andreu– hay que estudiar qué consecuencias puede tener en el trabajo y qué medidas hay que tomar para que esa persona lo realice en condiciones lo más cercanas a la normalidad. Si el problema es sensorial, también debemos resolverlo, para que puedan comunicarse con los compañeros. Tienes que trabajar, en definitiva, más con la persona".

La especialización de Cares demanda un esfuerzo adicional para alcanzar el objetivo de la inserción laboral de los disminuidos. "Lo normal es que no haya discapacitados formados para trabajar como carretilleros o en un manipulado concreto –asegura el responsable de Cares–, por lo que la acción inmediata es enseñarles la actividad que crees que podrán desarrollar". "La curva de lanzamiento –continúa Andreu– es más larga que en los procesos normales, pero eso también es una ventaja para ellos, porque salen de nuestro centro con una formación que garantiza su inserción laboral posterior".

La fundación realiza todo tipo de trabajos vinculados a la logística, así como a procesos complementarios de producción en líneas de envasado y ensamblaje. Su sede central se encuentra ubicada en la ZAL del puerto de Barcelona, donde ocupa una planta con 7.400 m2 de superficie operativa dedicada a tareas auxiliares para empresas de su entorno. En estos momentos emplea a 85 personas, repartidas entre la central e instalaciones situadas en la Zona Franca y El Prat de Llobregat, pero a finales de año espera ampliar su plantilla hasta los 150 trabajadores. El éxito del planteamiento de Cares lo evidencia el hecho de que, con menos de tres años de vida, ya ha presentado un proyecto para abrir, de la mano de la empresa Prosegur, un centro en Madrid.

Los responsables de la fundación también han llegado a acuerdos de colaboración para abrir nuevas sedes en Cataluña y Murcia, y ya han reservado 6.000 m2 de superficie de almacén en la futura ampliación de la ZAL. El proyecto Cares-Murcia estará listo antes de final de año. El objetivo inicial es implantar allí una plataforma multiservicio que dé trabajo a 30 personas discapacitadas, aunque se espera ampliar la plantilla hasta los 100 empleados en un plazo de tres años.
 


"Nos escogen porque lo hacemos tan bien como cualquiera y porque añadimos una vertiente social contemplada por ley y que puede interesarles. Pero por mucho objetivo social que tengas, para que un cliente externalice sus servicios debes ser competitivo y ofrecer calidad", afirma Enric Andreu, gerente de Cares.
 
Ventajas empresariales
 

A través de su actividad, la Fundación Cares también facilita a las empresas el cumplimiento de la Ley de Integración Social de Minusválidos de 1982, que obliga a las compañías con más de 50 trabajadores a contar con un 2% de personal discapacitado. En este sentido, el Gobierno aprobó en 2000 la posibilidad de subcontratar a otra empresa este tipo de tareas, mediante el correspondiente contrato con un Centro Especial de Empleo para el suministro de materias primas, maquinaria, bienes de equipo para el normal desarrollo de la actividad de la empresa, etcétera. Además, al funcionar como una bolsa de trabajo más, estos centros también solucionan el problema de la escasez de mano de obra de las empresas del sector logístico. La labor de Cares, todavía en ciernes, le ha valido los elogios de la FEAPS, la confederación de centros para disminuidos de España, que ha afirmado que el modelo de esta fundación es "exportable" a otros países.

Con todo, la externalización de los procesos es una decisión estratégica. Por este motivo, cuando las empresas deciden acometerla, eligen al mejor especialista. "Para nosotros –señala Andreu– el criterio de selección ha de ser el mismo, nos escogen porque lo haremos tan bien como cualquiera y porque añadimos una vertiente social contemplada por ley y que puede interesarles. Pero por mucho objetivo social que tengas, para que un cliente externalice sus servicios debes ser competitivo y ofrecer calidad".

La Fundación Cares está asociada a BCL (Barcelona Centre Logístic), APPS (Federación Catalana Pro Personas con Disminución Psíquica) y ha participado en la creación de la Asociación Empresarial de Centros Especiales de Empleo promovida por la confederación FEAPS. Su funcionamiento es como el de cualquier empresa, busca rentabilidad y el cumplimiento del objeto social y empresarial conjuntamente. Para este año, la facturación prevista asciende a 5,37 millones de euros.

Actividades

Cares presta actualmente sus servicios a 21 empresas. En el caso de DAMM, la fundación gestiona para la compañía cervecera una nave de 800 m2 para el tratamiento de sus residuos y le presta servicios logísticos complementarios que incluyen la manipulación y expedición de la línea de venta (PLV), con productos de marketing que van desde una gorra hasta una sombrilla. DAMM entrega los kits y en la fundación se manipulan, preparan y almacenan. Posteriormente, en función de la demanda de la empresa se hace el picking y se envía el producto a su destino.

El director de recursos humanos de DAMM, Antonio García Soto, afirma que, cuando contrataron los servicios de Cares, "nos anticipamos en la aplicación de las medidas alternativas para el empleo de trabajadores discapacitados, que recogió con posterioridad el Real Decreto de enero de 2000, para facilitar el cumplimiento de la cuota de reserva del 2% de la plantilla a favor de este tipo de empleados".

La cervecera catalana tuvo conocimiento de la iniciativa del puerto de Barcelona desde los inicios de su andadura, en septiembre de 1999. DAMM adjudicó a la fundación el contrato de recogida, recepción y verificación de residuos generados, así como su posterior tratamiento, clasificación, ubicación, almacenaje, carga y expedición. Dicho contrato proporciona empleo directo a 14 personas.

Constructiva y novedosa

Cares realiza desde julio de 2000 el suministro de los uniformes de los trabajadores de Prosegur Compañía de Seguridad para todo el territorio nacional, tarea que implica la gestión de los almacenes proveedores. Santiago García, director gerente de relaciones laborales de Prosegur, asegura que su empresa buscaba realizar acciones sociales "para dar soluciones a las personas con menos posibilidades, pero la propia actividad de Prosegur dificultaba hacerlo internamente". Por este motivo, cuando la Fundación Cares les propuso realizar la manipulación de los uniformes, no dudaron en aceptar: "Su actividad nos parece constructiva y novedosa, ya que pone a disposición de los trabajadores con discapacidad y de sus clientes recursos procedentes de sociedades con experiencia que garantizan el proyecto".

A través de Cares, Prosegur consiguió consolidar en un corto plazo de tiempo su proyecto de integración social y obtener a la vez el servicio que precisaba. "Para nosotros –afirma García– era esencial garantizar esa labor con una entidad sólida". Responsables de la compañía de seguridad visitaron las infraestructuras destinadas al proyecto ("modernas y funcionales, con salas de formación, servicios de soporte y atención al personal etc.") y conocieron personalmente a los colectivos que trabajan en la fundación antes de iniciar la colaboración.

En el caso de Prosegur, la posibilidad de cumplir con la normativa que obliga a las grandes empresas a tener un 2% de trabajadores discapacitados también fue determinante a la hora de escoger a la Fundación Cares. Sin embargo, García aduce otros dos motivos: obtuvieron la externalización de servicios que pretendían al tiempo que conseguían que "por las sinergias del proyecto y las entidades que participan en él, la acción social obtenida fuera más eficaz y multiplicadora que si la hubiéramos hecho de forma individual".

Para Yamaha Motor España, que al igual que DAMM, Prosegur y Condeminas Servicios Logísticos forma parte del patronato de Cares, la fundación lleva a cabo la gestión del almacén de recambios, cercano a las instalaciones de la empresa. El director de recursos humanos de la filial española, Cristian Viladoms, afirma que, cuando contrataron los servicios de la entidad auspiciada por el puerto de Barcelona, solucionaron al alimón el problema de la falta de mano de obra y la obligación de cumplir con la cuota de trabajadores discapacitados. "Fue un compendio de éstas y otras necesidades, como la de externalizar algunos servicios", afirma Viladoms, quien añade que la elección de Cares se debió a que su iniciativa les pareció "muy positiva y de interés social".

En cuanto a Condeminas Servicios Logísticos, la fundación realiza para este operador manipulados de mercancías almacenadas que necesitan un montaje final antes de su venta, como por ejemplo el ensamblaje de equipos electrónicos. La empresa situada en la ZAL del puerto de Barcelona también apostó desde el principio por la acción social que desarrolla Cares.

Daniel Martínez
 
LA OPINIÓN DE LA CONSELLERA RIGAU

La participación de la empresa en el impulso social
 

Del largo recorrido que ha sido necesario seguir para que la sociedad aceptara sin prejuicios injustificados la inclusión social de las personas con algún grado de disminución, estamos todos de acuerdo que se han superado ya buena parte de los tramos más difíciles, pero que nos queda aún camino por recorrer. Desde el cada vez más lejano cruel rechazo social que multiplicaba el choque emocional familiar del nacimiento de un hijo o una hija con disminución, hasta la progresiva implantación y eficacia de Centros Especiales de Trabajo, Centros Ocupacionales u Hogares-residencia, han pasado ya muchos años y hemos conseguido avances de los que nos podemos sentir orgullosos.

Uso el plural porque ha sido un trabajo que ha implicado a familias, empresas, entidades y a la Administración. No detallaré ahora todos y cada uno de los pasos que han hecho cambiar las expectativas personales y sociales de las personas con disminución y de sus familiares, ya que tenemos que trabajar a partir de lo que hemos conseguido y mirar hacia delante fijando nuevas metas. Sin embargo, sí que querría reflexionar sobre alguno de los fenómenos sobrevenidos en los últimos años para mejorar el método y el ritmo de actuación que nos han de conducir al máximo nivel de normalidad cotidiana.

Se trataría de detenernos a pensar en cuál tendría que ser el papel de los agentes mencionados –familia, empresa, entidades, Administración– a la hora de establecer su protagonismo en la normalización social de las personas con disminución.

El trabajo de la familia es incuestionable. Sólo la fuerza insustituible del amor familiar permite entender el esfuerzo, la dedicación y la generosidad de tantos padres para tejer una red de servicios que sitúan a Cataluña al frente del Estado en materia de atención a las personas con disminución. Conjuntamente con la familia, hemos de situar a las entidades que, siguiendo el modelo de asociacionismo catalán, han sumado energías en el marco de la sociedad civil para obtener los mejores resultados.

Así pues, la cuestión es qué liderazgo tienen que ejercer las empresas y la Administración, dado que la clave de la atención a las personas disminuidas radica en la capacidad empresarial para incorporar trabajadores de este sector social en colaboración con la Administración pública. Es decir, ni la Administración tiene que desentenderse de las posibilidades empresariales, ni las empresas tendrían que esperar el requerimiento impositivo ni la inyección económica permanente por parte de los responsables públicos.

El papel de las fundaciones y los patronatos de origen empresarial para fomentar el mecenazgo social es, en este sentido, trascendental. Iniciativas como las de la Fundación Cares, promovida por el Port de Barcelona, que contempla las necesidades de la empresa y el fomento de la ocupación para las personas con disminución, establecen un buen ejemplo a seguir. No sólo por sus resultados, sino por los criterios de actuación a partir de los cuales los obtienen.

Tenemos que marcarnos el objetivo de llegar a un nivel de independencia tutelada de las iniciativas sociales que refuerce la normalidad de la vida formativa y laboral de las personas con disminución como un paso más de este largo trayecto. La misma sociedad, a través de su red empresarial, tiene que conformar unos vínculos naturales con sus personas disminuidas, y la Administración, que no deja de ser otra cara de esa misma sociedad, debe potenciar su continuidad y consolidación para garantizar, como obligación suya que es, la igualdad de los derechos de todos los ciudadanos.

Irene Rigau i Oliver
Consellera de Bienestar Social
Generalitat de Catalunya