Experiencia y tecnología

28 mar 2014

Alzamora Packaging, una de las principales firmas españolas del sector del embalaje, inaugurará antes del verano sus nuevas instalaciones en Olot (Girona), que contarán con una fábrica equipada con tecnología de última generación y un almacén robotizado con estanterías de doble profundidad.

La empresa Alzamora Packaging se trasladará este año desde su sede principal en Olot (Girona), que ocupa desde el año 1962, a unas instalaciones situadas en la afueras de la ciudad, donde contará con una nueva fábrica y un almacén inteligente. La planta industrial se ha diseñado para adaptar el flujo interno de materiales a la lógica productiva, mientras que el almacén automático ordenará y centralizará en un único espacio el stock de materia prima, utillaje y producto acabado. La inversión global ronda los 8 millones de euros.

Para construir su nueva fábrica, los responsables de Alzamora visitaron previamente empresas del sector del embalaje en varios continentes y se reunieron con los principales fabricantes de maquinaria de su sector. Tomando como referencia esas instalaciones, el director comercial de la firma catalana, Josep Maria Berga, afirma que se escogieron distintos elementos para configurar a medida "un proyecto industrial de futuro, adaptado a nuestro lay-out de producción y que nos diera una gran flexibilidad". En el caso del sistema de almacenaje, Berga asegura que sólo una de las empresas de packaging que visitaron –una japonesa– contaba con un almacén inteligente.

Alzamora centra su actividad en la impresión en offset y el manipulado de materiales como el cartón y el plástico. En su actual almacén de producto acabado, de 2.500 m2 de superficie, la compañía cuenta con estanterías de paletización compacta con capacidad para 3.000 paletas. La materia prima, en cambio, se almacena en el suelo, al lado de las máquinas. Cuando las nuevas instalaciones entren en funcionamiento, tanto la materia prima como el utillaje (básicamente troqueles) y el producto acabado se guardarán en un único almacén: un silo automático para 9.000 paletas con estructura autoportante y cuatro estanterías de doble fondo, donde las horquillas de los robots transelevadores podrán introducir las paletas hasta una segunda profundidad. Gracias a este sistema, con tan sólo dos pasillos (atendidos por sendos robots) se tendrá acceso a ocho estanterías, con el consiguiente ahorro de espacio.

La nueva fábrica estará anexada a este almacén inteligente. La planta de producción se ha proyectado en forma de U, de manera que la materia prima recorrerá todos las estaciones de trabajo (donde se hará el correspondiente picking) y volverá a entrar en el silo. El mismo circuito servirá para que el producto acabado sea introducido en el almacén. Sobre esta disposición, el director comercial de Alzamora afirma que "no basta con tener maquinaria de última generación; debes contar con un equipamiento y un entorno acondicionado para poder sacarles el máximo rendimiento. Por eso se ha estudiado el movimiento de los materiales, para que conserve una lógica productiva y al mismo tiempo facilite su preservación".

Alzamora también aprovechará el traslado para reestructurar las secciones. Para ello se aislarán las troqueladoras (crean mucho polvo y no deben estar junto a las plegadoras, porque si el polvo va a parar a las cintas que engoman o pliegan pueden rayarse las cajas) y se dotará a cada departamento de la temperatura y la humedad idóneas. Asimismo, se soterrará la salida del material desechado tras el corte de las troqueladoras: se construirá una vía subterránea para evitar que el polvo circule por el aire de la planta y se prescindirá de los habituales sistemas de aspirado, puesto que las vibraciones que emiten estos aparatos también facilitan la dispersión de partículas de polvo.

Esquema productivo
 

Las actividades que desarrolla Alzamora abarcan todo el proceso productivo del packaging: creatividad, preimpresión, montajes preliminares, impresión, troquelado, engomado, plegado y manipulado. La empresa fabrica y suministra envases litografiados, plastificados, estampados y con ventanillas o relieves en seco, así como todo tipo de cajas, expositores, material PLV (publicidad en el punto de venta), etc.

En cuanto a la organización interna, las secciones de estudio, creación y diseño de maquetas son las encargadas de valorar las diferentes posibilidades en packaging, teniendo el cuenta el tipo de estructura y soporte convenientes para que la protección y la resistencia sean las adecuadas. Para las tareas de preimpresión, la empresa cuenta con un laboratorio, máquinas repetidoras y el sistema CTP (Computer To Plate) para la realización directa de planchas por sistema digital. El circuito de producción gráfica continúa por las máquinas de imprimir, con hasta seis colores simultáneos (tintas convencionales o UV) y de lacado y barnizado. Posteriormente, se utilizan autoplatinas para el troquelado de los productos, mientras que la sección de acabado lleva a cabo el plegado-engomado de los envases. Finalmente, el taller de manipulación realiza diversos trabajos por encargo.

El envase del futuro
 

Alzamora cuenta con un equipo de cuatro ingenieros de diseño industrial que se encarga de la parte creativa, de buscar la estructura idónea para el embalaje de cada producto. Una vez se ha desarrollado una silueta del packaging, se envía al cliente –que normalmente cuenta con su propio departamento de marketing y su agencia de publicidad–, para que plasme en ella la imagen que crea conveniente. A partir de esa imagen, Alzamora depura y concluye el producto (montaje, impresión, troquelaje, etc.).

Este departamento, que también se encarga de I+D, intenta adelantarse a la demanda del sector para crear el envase del futuro. Así, Alzamora presentó en Hispack 2003, el salón del envase y el embalaje que se celebró en Barcelona, cajas inteligentes que integran chips antihurto y envases olfativos (estuches que incorporan etiquetas que, al rascarlas, desprenden el olor de la crema o el producto que contienen). Sobre las cajas inteligentes, el director comercial de Alzamora afirma que "hemos resuelto el problema de la aplicación de estos chips en el packaging gracias a un proceso para integrar, de forma económica, la etiqueta antihurto en los embalajes". Berga sitúa a las grandes superficies ("donde ya hay quien exige a sus proveedores que incorporen algún tipo de sistema de seguridad que evite las pérdidas") como las grandes beneficiarias de este sistema, aunque augura que este tipo de soluciones terminará generalizándose.


Envases con premio
 

Alzamora Packaging tiene su origen en el taller de imprenta y manipulado de cartón que fundó, en el año 1900, Pere Alzamora i Michel. Hoy es una firma centenaria que se encuentra entre las primeras empresas españolas de su sector por volumen de negocio (alrededor de 14,5 millones de euros en 2002). Trabaja principalmente en el mercado español y francés, y es pionera en innovación, un hecho avalado por los premios que han recibido sus creaciones. En 2003, la prioridad de Alzamora fue culminar el traslado a sus nuevas instalaciones, donde, conscientes de que la evolución garantiza el futuro, han apostado por incorporar al alimón tecnología punta en la producción y en el sistema de almacenaje.