Rusia: un mercado de 150 millones de consumidores potenciales

27 mar 2014

El territorio de la Federación de Rusia ocupa la octava parte del mundo. Son más de 17 millones de kilómetros cuadrados, prácticamente, sin explorar aún, y con casi 150 millones de habitantes: un basto mercado de potenciales consumidores para un empresario aventurero. De las reformas que está llevando a cabo el Gobierno ruso depende la entrada de la inversión extranjera y el necesario despegue del país. Es una apuesta de futuro y un tren que nadie debe perder.

Las circunstancias políticas en Rusia han empezado a asentarse después del cambio de régimen de una economía socialista y centralista a una economía de mercado. “"Por primera vez, desde hace quince años, la situación es bastante estable, lo que está proporcionando muchísima más seguridad. El Gobierno central ha vuelto a tomar las riendas tras una fase de disgregación debido a que el poder estaba siendo acaparado por las provincias", explica Javier Landa Aznárez, secretario general de ACEX (Asociación para la Cooperación Española en el Exterior).

Y continúa: "El Parlamento está controlado por las fuerzas del presidente Vladímir Pútin y por su propia autoridad personal. “Se puede decir —que el régimen es democrático aunque con un cierto tinte autoritario, pero aparentemente es lo que los rusos desean en esta transición hacia una situación política y económica mucho más parecida a la que tenemos en Occidente"”.

Cuando Vladímir Pútin accedió al poder en mayo de 2000 surgió un clima de desconfianza en la política internacional debido a su procedencia de la KGB. "“Se pensaba que llevaría a Rusia hacia un esquema mucho más aislacionista y que volvería al pasado, pero no ha sido así”", puntualiza Javier Landa. Se ha asentado en el ámbito interno y de cara al exterior ha ganado en credibilidad. Aprovechando los atentados terroristas del 11 de septiembre sucedidos en Estados Unidos hace un año, volvió a introducir el país en el curso de la política internacional a la altura de las grandes potencias, sumándose al apoyo a la lucha antiterrorista y a la OTAN.

Claramente, el ambiente político ha favorecido el clima económico. Una de las causas de la crisis sucedida en el país en 1998 fue el déficit fiscal, lo que junto a un sistema financiero nada sólido, provocó una fuerte devaluación del rublo del orden del 300%. Tras la crisis ha renacido la fabricación interior y los productos nacionales vuelven a ser competitivos. En los años anteriores a 1998, entre el 60 y el 70% del consumo se abastecía de la importación.

Hoy día, sucede al contrario, el 70% de lo que se puede comprar en un supermercado ruso es de procedencia local. “"Está comenzando a resurgir una economía real con bases más sólidas, que ofrecen la posibilidad de tener una industria rentable. Esta situación, unida al incremento de los precios del petróleo, del gas y de otras materias primas de las que Rusia es exportadora, que han tenido un periodo de bonanza de unos tres años, ha provocado una mejora sustancial de los índices económicos”", detalla Landa.

En 2000, el crecimiento del país fue del 7% y en 2001 del 5%. Este ejercicio se presenta menos expansivo, ya que las cifras apuntan hacia un aumento de entre el 3 y el 4%. Hoy, la balanza comercial tiene superávit, lo que está posibilitando pagar el servicio de la deuda exterior de 120.000 millones de dólares.

No existe déficit fiscal, o está ya en unas cifras muy manejables, y se han llevado a cabo unas reformas fiscales sustanciales. “"Aunque no todo está resuelto en esta materia. Quizá la inflación es el dato más “peligroso”, porque se prevé que ascienda al 14 ó 15% en este año”", afirma Landa. La bonanza general y la fortaleza del consumo están provocando que algunos precios empiecen a subir más de la cuenta, al igual que los salarios, principalmente, del personal cualificado y del que trabaja en compañías extranjeras. “"Se corre el riesgo de que la economía se recaliente por este exceso de crecimiento y desate tensiones en los precios, que no están bien controlados”".

Para evitar que esto suceda, según puntualiza Javier Landa, “"probablemente habría que liberalizar mucho más la economía, reducir los aranceles a fin de crear más competencia exterior, controlar los crecimientos salariales, utilizar una política monetaria más rigurosa y emprender una reforma profunda del sistema financiero"”.

El sector bancario no cumple la función básica de canalizar los ahorros hacia la inversión, los créditos no se conceden a medio o largo plazo y a corto son muy caros, con unos intereses que rondan el 12 y el 14% anual, para préstamos en dólares. “"Supongo que el Gobierno es consciente de que esta situación se le puede ir de las manos, pero está intentando mantener una política interna más permisiva, desde el punto de vista monetario, y no introducir fuertes restricciones para no provocar una caída sustancial del PIB, esperando empalmar con una salida de la crisis actual de Occidente que vuelva a arrastrar a las exportaciones rusas”", incide Landa.

El sector energético ejerce una gran influencia sobre la economía rusa. Según Ana Oviedo, consejera económica y comercial de la Oficina Económica y Comercial de la Embajada de España en Moscú, “"el factor clave es el precio mundial de las materias primas, especialmente del crudo y los productos energéticos, principales componentes de la exportación rusa", explica Landa.

"La demanda interna, tanto de consumo como de inversión, está jugando un papel creciente como impulsor del crecimiento. Ello permite esperar que, si no se produce un shock externo de gran magnitud, la recuperación se consolide y la economía rusa consiga entrar en una senda de crecimiento estable a largo plazo"”, añade.


El país es un gran productor pero al mismo tiempo un gran despilfarrador de energía. Sus centrales son poco eficientes y las pérdidas en el transporte, en sus diversas formas, son muy elevadas. “"Se dice que si se alcanzase un funcionamiento del sistema energético parecido al de Occidente, con el ahorro que supondría el dejar de derrochar energía y los recursos que se obtendrían de su venta al exterior, el Estado tendría una capacidad extraordinaria para realizar inversiones adicionales"”.

"Lógicamente, para ello", continúa Landa, “"no sólo sería necesario subir los precios para disuadir consumos excesivos, sino que habría que introducir nuevas tecnologías para su producción y distribución”. Se requeriría atraer la inversión extranjera, que, a su vez, aguarda una mejora de la seguridad jurídica. El Gobierno argumenta que sus últimas iniciativas muestran que ya está en ello".

 

Época de reformas

Hoy día, efectivamente, la política rusa está orientada a estimular la participación del capital extranjero. En 1999 se aprobó una nueva ley que regula las inversiones externas y asegura una serie de garantías como la traslación de las ganancias obtenidas en Rusia a otros países sin ningún obstáculo. Según palabras de Anatoly Evdokimov, jefe en funciones de la Delegación Comercial de la Federación de Rusia en España, “"se pretende atraer a pymes, mayoritariamente del sector alimenticio, a fin de desarrollar nuestra economía regional”".

Asimismo, se están implantando una serie de privilegios para tales inversores, como la exención del IVA y los derechos de importación de maquinaria y equipos, partes de ensamblaje y repuestos, que se adquieren en calidad de inversión para pasar a formar parte del capital social de las compañías. Del mismo modo, desde el 1 de enero de 2002 ha disminuido la tasa del impuesto sobre el beneficio de las sociedades del 35 al 24% y ya se consideran gastos ciertas aportaciones necesarias para el desarrollo de las empresas, como los costes de publicidad, de seguro voluntario, de formación del personal, etc.

Este creciente interés de Rusia por atar lazos comerciales con otros países forma parte de un plan de para modernizar su economía. Es imposible crear las condiciones necesarias que requieren los empresarios sin la ejecución de una política predecible que estimule el desarrollo. Según este plan, el Gobierno está centrando sus esfuerzos en la reforma de su base legislativa para garantizar las condiciones de igualdad en la competencia, la defensa de los derechos de propiedad, el desmantelamiento de las excesivas barreras administrativas y el aumento de la transparencia financiera.

Tales iniciativas son las que deben contribuir al incremento del flujo de inversiones a largo plazo. En definitiva, la entrada de capital extranjero se presenta como una solución al problema de su crecimiento económico y a su integración en la economía mundial. Con motivo de la última Cumbre de la Unión Europa y Rusia celebrada en mayo pasado en Moscú, se dio un paso adelante al hacerse público el reconocimiento oficial del país como economía de mercado. “

"Pero, los riesgos para la inversión todavía son elevados y, de hecho, las cifras son aún bastante reducidas”, apunta Ana Oviedo. El 1 de enero de 2002 el total de la inversión extranjera fue de 33.158 millones de dólares, de los que 21.884 millones de dólares procedió de inversiones directas, y en 2001 dicha inversión extranjera directa fue de apenas 4.000 millones de dólares, "“un volumen muy inferior en términos per cápita al registrado en otros países con economías en fase de transición, como, por ejemplo, Kazajstán”", añade Oviedo.
 

Eliminar las barreras a la inversión

Entre los principales problemas que nombran los empresarios extranjeros cuando se les pregunta por las dificultades del mercado ruso destacan las barreras administrativas. El Gobierno ha elaborado unos planes dirigidos a limitar los poderes de los órganos federales; reducir el número de actividades que exigen la obtención de licencias; y simplificar los procedimientos para la obtención de los permisos de los proyectos de inversión.

La falta de una defensa adecuada de los derechos e intereses de los propietarios contra las actividades del Estado relacionadas con la confiscación de los bienes en su propiedad es otra de las trabas que imposibilita el desarrollo de una economía de mercado. Para poner fin a esta dificultad se redactó el proyecto de ley federal que incluye las bases y principios de nacionalización.

Del mismo modo, en mayo pasado la Duma estatal aprobó en primera lectura la ley reguladora de la compra y venta de la tierra de uso agrícola, en función de la cual los extranjeros también tendrán derecho a su adquisición. Según Javier Landa, “"se presenta un excelente negocio para los que dispongan de capacidad financiera. Rusia debería ser no sólo un gran productor sino una potencia exportadora de productos agrícolas. Si sale adelante esta reforma, tendrá lugar en el país un cambio radical: se creará a medio plazo una clase media rural que aportará dinamismo económico y estabilidad social”".

Por otra parte, todavía no se ha resulto adecuadamente el problema de la defensa de los derechos de propiedad intelectual, pero actualmente se está trabajando en la reforma de la Ley de Patentes. En cuanto a la reforma fiscal, hoy el Gobierno está haciendo especial hincapié en la necesidad de reducir la carga fiscal que pesa sobre la pequeña y mediana empresa. La ley aún se está reconsiderando y puede que la rebaje al 20%.

Cabe destacar además que se está elaborando un proyecto de ley sobre la contabilidad encaminado a asegurar su transparencia y acercarla hacia los estándares internacionales. Por otro lado, está cambiando la política aduanera y arancelaria rusa. El 45% de los productos españoles exportados a este país se ha visto favorecido por una rebaja de los aranceles que entró en vigor en enero de 2001. A su vez, se está planteando la disminución de las tasas de los derechos de importación de equipos tecnológicos y de materias primas, lo que permitirá producir más en vez de importar.
 

Relaciones con España

Aunque con la crisis financiera y monetaria de 1998, el intercambio comercial con España disminuyó drásticamente (en 1997 fue de 2.093,63 millones de dólares americanos), en los años siguientes la situación volvió a su cauce e incluso alcanzó los 2.770,5 millones de dólares americanos en 2000. No obstante, el último ejercicio no concluyó tan airoso; el intercambio se redujo a 2.440,5 millones de dólares debido a una disminución de las exportaciones rusas (1.816,7 millones de dólares). En cambio, las ventas españolas a Rusia siguieron su curso creciente durante 2001 con 623,8 millones de dólares.

Las relaciones entre ambos estados todavía no son muy fructíferas. Según los datos del Registro Estatal de la Federación de Rusia, España ocupa el vigésimo quinto lugar en el listado de países con inversión directa. Anatoly Evdokimov insiste en que los empresarios rusos y españoles tienen que esforzarse por incrementar el volumen y la cantidad de mercancías que son objeto de intercambio comercial.

Según datos de la Delegación Comercial de la Federación de Rusia en España, Rusia vende en la Península principalmente materias primas como petróleo crudo, metales ferrosos y no ferrosos, además de abonos, productos químicos, madera, papel y pescados. Últimamente también destacan las piedras preciosas y semipreciosas.

En lo que respecta a las exportaciones españolas lideran el ranking los productos alimenticios (con un 37% del total), seguidos de los muebles, los productos cerámicos (azulejos), los plásticos, la maquinaria y los bienes de equipo. Los sectores españoles de transporte, comunicación y turismo también pueden ser competitivos en el mercado ruso.

En cuanto a las posibilidades de negocio actualmente es necesario diferenciarse y ofrecer un producto con un valor añadido para un consumidor con un nivel adquisitivo más alto. De los 12 millones de habitantes de Moscú, un 5% tiene acceso a comprar cualquier cosa, pero hay un porcentaje del 10 al 15%, que además está creciendo, que puede adquirir de vez en cuando artículos más caros, como el vino, el aceite, las aceitunas, etc. o determinados tipos de leche, zumo, pastas o yogures.

Es la clase media que se está volviendo a formar y que fue muy castigada en la crisis de 1998. También se presenta un nicho de mercado para los bienes de equipo, electrónica, informática, muebles, algunos textiles de calidad o maquinaria, porque es en estos momentos cuando se va a iniciar el proceso de reindustrialización.

Desde hace tiempo, algunas empresas españolas desarrollan su actividad en Rusia e incluso están llevando a cabo nuevos proyectos de inversión, bien disponen de fábrica propia en el país bien importan sus productos de otras factorías internacionales. Es el caso de Chupa Chups, Campofrío, Talgo, Kelme, Preparados Alimenticios, ACEX-ENTER o Nutrexpa. También cabe nombrar a Leche Pascual, Aceites Borges y Vidal Golosinas, cuyo interés es más reciente.

Está claro que el número de empresas que han apostado por el mercado ruso no es elevado, "“pero las que ya están establecidas y obtienen beneficios, pueden asegurar a aquellos empresarios que dudan, que se puede trabajar en nuestro país y que no deben perder más tiempo"”, afirma Anatoly Evdokimov.

El desarrollo dinámico del intercambio comercial entre Rusia y España registrado en los últimos años demuestra el interés de ambos países, que ha sido confirmado tanto por el presidente de la Federación de Rusia Vladímir Pútin durante su visita oficial a España en junio de 2000, como por el presidente español José María Aznar en el transcurso de sus viajes a Moscú en mayo de 2001 y 2002.
 

Recomendaciones para iniciar la actividad comercial en Rusia

Antes de emprender un negocio en un país extranjero, más cuando todavía no es muy habitual la presencia de capital externo, conviene prestar especial atención tanto a aquellos empresarios que ya han pasado por ello como a las administraciones u organizaciones comerciales cuya función es precisamente esa: promover las relaciones industriales bilaterales.

Según palabras de Javier Landa, tanto un fabricante como un prestador de servicios tienen oportunidades en Rusia. “"El gran inconveniente es la inseguridad jurídica y aunque no se ha resuelto ha mejorado mucho”". Siempre hay que asumir riesgos, tanto mayores cuanto las expectativas de beneficio a largo plazo sean más elevadas.

Hablamos de un mercado con casi 150 millones de habitantes, con hábitos de consumo europeo, a los que se pueden añadir los 60 millones de ucranianos y los 20 millones de bielorrusos, cuyas capacidades de compra deben crecer muy sustancialmente en los próximos años. Aunque el nivel adquisitivo todavía es reducido.

En marzo de 2002 el saldo medio en Rusia era de 139 dólares mensuales y un 66% de la población percibía ingresos que no superaban los 100 dólares al mes. "“No obstante, si nuestros empresarios siguen a la espera, pronto ya no quedarán muchas posibilidades de inversión”", añade Javier Landa.

La elección de socios locales es siempre una decisión difícil y de gran trascendencia para el éxito de una implantación en el exterior. En el caso de Rusia, Landa comenta que con mucha frecuencia hay importantes diferencias entre las estrategias de negocio que desean seguir los inversores extranjeros y los socios locales. “"En general, los empresarios rusos no apuestan por negocios con resultados a largo plazo, sino que prefieren recoger beneficios cuanto antes. No dan tanta importancia a aumentar el tamaño de las fábricas y a conseguir cuotas de mercado significativas, pero parece que esto irá cambiando"”, indica Landa.

Por otro lado, los directivos que se contraten deben estar bien relacionados con la Administración y preferiblemente ser nativos para entenderse perfectamente a la hora de realizar cualquier gestión burocrática relacionada con las certificaciones, las licencias o los permisos. “"Cuando un extranjero realiza una gestión de este tipo le puede costar mucho más. Pero el país cuenta ya con una generación joven muy preparada"”, añade.

De igual modo, es conveniente que el empresario español vaya acompañado de un experto en legislación rusa para estar bien asesorado en temas fiscales, mercantiles, laborales, etc. Landa además aconseja instalarse en las regiones próximas a Moscú para, entre otras cosas, poder acceder de modo más fácil a las autoridades locales.

Por último, según fuentes del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) es de gran utilidad la asistencia a las ferias o los certámenes comerciales que se celebran en Moscú y en algunas otras regiones para establecer contactos con potenciales clientes y distribuidores, ya que de otro modo se presentan bastantes dificultades.

Fuente: Ana de la Hoz


Españoles en Rusia

TALGO

La compañía española Talgo de diseño, fabricación y mantenimiento de material ferroviario está presente en la Federación de Rusia desde hace ya tiempo a través de una empresa propia, Talgo Rus. En concreto, se han aprovechado las instalaciones de la factoría de Iozhora, ubicada cerca de San Petersburgo, para iniciar la producción de material rodante de mercancías con cambio de ancho.

En todo el país el ancho de vía, entre las caras internas de los raíles, es de 1.520 mm, a diferencia de los 1.435 mm en China y en Europa (aunque en España el ancho de vía es de 1.668 mm). Rusia cuenta con aproximadamente 86.000 km de red ferroviaria, de la que el 44% está electrificada. Tanto la infraestructura como el material rodante precisan ser modernizados, lo que para Talgo se presenta como una excelente oportunidad.

Tal y como explica Fernando Turrión, jefe del departamento comercial Eurasia de Talgo, “"en los próximos 25 años, el transporte de materias primas y manufacturas entre Asia y Europa se realizará en tren. Aunque en Occidente la supremacía es de la carretera, en el Este la mayoría de trayectos se hacen en ferrocarril. Durante más de la mitad del año es impensable la utilización del camión o del avión debido a las bajas temperaturas, la nieve y el hielo"”.

Por este motivo no existen rutas de largo recorrido y tampoco las carreteras están preparadas para asumir la circulación de camiones, no hay gasolineras, restaurantes ni hoteles. A lo que Turrión añade que “"el país ya dispone de la infraestructura ferroviaria y del know how y, además, está mejorando a marchas forzadas. Ya no hay vuelta atrás. Con el crecimiento que tendrá lugar en Rusia, el país estará integrado en la Unión Europea antes de lo que se piensa"”.

Por otra parte, las intenciones de Talgo Rus también se centran en la fabricación local de coches de pasajeros, un proyecto que actualmente está muy adelantado y que no deja de ser un reto tecnológico: cada uno de estos vagones no sólo debe soportar una bajada de las temperaturas de hasta los –45ºC sino que también debe ser capaz de seguir funcionando con la situación contraria de 50ºC.

 

ENTER

El Consorcio Español de Distribución Exterior, SA, ENTER, se crea en 1995, bajo el seno de la Asociación Española de la Cooperación en el Exterior (ACEX), para acometer la penetración en el mercado ruso de diversas firmas españolas. Actualmente, el grupo lo forman Aceites del Sur, Campofrío, Difrusa Export, Expansión Exterior, Gres de Nules, Kelme, SOS Cuétara, Conservas Garavilla, Flamagas y Grupo Leche Pascual.

ACEX agrupa y apoya a firmas del sector agroalimentario y de bienes de consumo enfrascadas en un proceso de internacionalización, principalmente en aquellos países donde el crecimiento individual es especialmente complicado. Se trata de compartir riesgos e información. Para la puesta en marcha de la incursión en Rusia, primero se creó ENTER para después abrir una filial rusa dotada de una estructura de almacenes en alquiler, oficinas y personal hispano-ruso en Moscú, como instrumento para prestar servicios conjuntos.

Se trata de la tramitación aduanera de entrada en Rusia; la salida de la zona franca y el paso al régimen de libre venta; el almacenamiento de la mercancía; la preparación de los pedidos y su transporte; la entrega a los clientes siguiendo las instrucciones de cada socio con respecto al cobro; la transferencia de los importes netos obtenidos; el soporte jurídico contable de venta; la asistencia a los socios para la obtención de los certificados; la traducción de la documentación, etc.

Gracias a una presencia directa en el país y ejerciendo un control directo en la distribución de los productos, en vez de centrarnos exclusivamente en vender desde España a un distribuidor" —explica Javier Landa, secretario general de ACEX y consejero delegado de ENTER— "hemos podido conocer las preferencias y los gustos de los consumidores. Cada socio ha decidido cómo implantar una imagen de marca, los precios y la extensión de su red de distribución dentro del país"”.

Hasta el momento, la labor de ENTER se ha centrado en poner a disposición de los clientes la mercancía. No obstante, se han inaugurado unas instalaciones propias para ampliar el servicio en la región de Moscú a otras compañías, prioritariamente españolas. El mercado está necesitando nuevos operadores logísticos no sólo para los productos importados sino también para los fabricados localmente.

La primera parte de este proyecto ha supuesto la construcción de un almacén de 8.200 m2, incluyendo cámaras frigoríficas. En fases sucesivas, en el terreno adquirido, ubicado a unos 15 km del Kremlin, se construirán más dependencias hasta sumar 25.000 m2 con una capacidad aproximada para 30.000 paletas.

Por otro lado, también se está iniciando la distribución capilar de mercancías dentro del anillo exterior de Moscú. Hoy día, casi siempre son los propios clientes los que se encargan de recoger la mercancía que han adquirido en los almacenes de ENTER. Los operadores habituales no reparten a tiendas, restaurantes o supermercados.

Por otra parte, la compañía también pretende poner en funcionamiento su propia agencia de aduanas, que junto con su actividad de operador logístico, podrá ofrecer un servicio puerta a puerta a muchas otras marcas españolas que decidan aventurarse en el mercado ruso.