Seguridad y formación en carretilla elevadoras: una inversión rentable

28 mar 2014

La seguridad en las carretillas elevadoras es una variable que, afortunadamente, está ganando cada vez mayor peso en los procesos de decisión de compra de las empresas que adquieren estos vehículos. Por ello, los fabricantes y distribuidores cuidan al detalle los aspectos técnicos de las máquinas que comercializan y, a la vez, se preocupan por ofrecer la formación pertinente a los operarios que las conducen. Este artículo analiza los aspectos sobre seguridad, mantenimiento de equipos y formación que más se valoran en el sector.

Las directivas europeas que afectan a la seguridad de las carretillas y sus usuarios (89/655/CEE y 95/63/CEE) establecen, entre otras cuestiones, cuál es el equipamiento mínimo con el que deben contar las carretillas elevadoras para limitar sus riesgos. En el cumplimiento de estas directivas, y de la Ley de prevención de riesgos laborales 31/1995, los fabricantes de carretillas trabajan constantemente para mejorar las prestaciones de las máquinas y concienciar a las empresas de las ventajas de invertir en seguridad.

Cuando informa a sus clientes sobre la normativa vigente, el fabricante norteamericano Hyster también destaca algunas de las disposiciones del posterior Real Decreto Ley de 1997, que recoge con mayor concreción obligaciones en materia de formación y seguridad en el manejo de las carretillas. Hyster, cuyo distribuidor en España es la empresa Iberlift (Grupo Alfaland), recuerda que es deber del empresario adoptar las medidas necesarias para que los equipos de trabajo que se pongan a disposición de los trabajadores sean los adecuados para la tarea que se va a realizar. Así, Hyster advierte que los operarios de carretillas pueden estar en peligro si:
 

  • Las horquillas tienen un espesor inferior al mínimo especificado por el fabricante.
  • Las horquillas tienen fisuras o deformaciones, o si el ángulo entre la pala y el brazo es superior a 93%, o si éstas llevan soldaduras.
  • El ajuste de las cadenas con el poste totalmente bajado no es el adecuado.
  • La cadena tiene placas fisuradas o agujeros ovalados, bulones gastados o signos de corrosión.
  • Las llantas o ruedas están en mal estado.
  • El cofre de la batería tiene signos de oxidación, o si ésta tiene pérdidas.
  • No funcionan las palancas, pulsadores o sistemas de frenado.
 

El fabricante recomienda, entre otros, los siguientes productos que velan por la seguridad: asiento con cinturón, faro destellante, luces de trabajo, alarma acústica de marcha atrás, asientos ergonómicos y cabina o estructura metálica. Y subraya que las operaciones de mantenimiento, reparación o transformación de los equipos de trabajo, así como las revisiones periódicas (obligatorias), deben realizarlas profesionales especialmente capacitados para ello. Además, el empresario debe tener en cuenta los principios ergonómicos en cuanto a la posición de los trabajadores durante la utilización del equipo de trabajo.

Elementos de seguridad
 

Para conocer los distintos elementos de seguridad que pueden incluirse en el equipamiento de las carretillas elevadoras, otra marca puntera, Jungheinrich, utiliza como referencia un exhaustivo manual de prevención de riesgos laborales que ha editado en colaboración con la mutua Fraternidad y que envía a cada cliente que compra una de sus máquinas. En este manual, que también sirve de soporte en los cursillos de prevención de riesgos laborales que la Fraternidad imparte a sus clientes, se incluye un listado de esos accesorios que pueden disminuir o minimizar las consecuencias de un posible accidente. Son los siguientes:
 

  • Protección del puesto de conducción, mediante una estructura fijada a la carretilla por encima de la cabeza del conductor, para protegerle de la caída de objetos estibados o de las pilas contiguas.
  • Pantalla vertical adaptada al tablero portahorquilla, con el fin de impedir la caída hacia el conductor de un elemento de la carga transportada.
  • Llave de seguridad.
  • Faro luminoso giratorio, en algunos casos.
  • Faros para trabajo nocturno.
  • Protección contra sobreintensidades.
  • Asiento de seguridad (que debe disponer de dos piezas de sujeción lateral), con cinturón de seguridad (en algunos casos).
  • Asiento ergonómico, que protege los riñones del conductor y le sujeta en los giros bruscos con la máquina. También irá provisto de amortiguadores que absorban las vibraciones.
  • En los locales con riesgo de explosión, la carretilla irá provista de un sistema "apagachispas" si el motor es térmico. Este sistema actúa eliminando las chispas de la combustión y enfriando los gases de escape.
  • Placas de identificación y placas de capacidad, que proporcionan la información necesaria para actuar con seguridad.
  • Avisador acústico y señalización luminosa de marcha atrás.
  • Pintura de un color que contraste con el medio que les rodea.
  • El compartimiento con batería deberá estar ideado de tal forma que reduzca al mínimo la posibilidad de proyección del electrolito sobre el operador, incluso en caso de volcarse la máquina, y que no permita la acumulación de vapores en los lugares ocupados por los operadores.
  • La máquina deberá diseñarse y fabricarse de forma que la batería pueda desconectarse por medio de un dispositivo de fácil acceso instalado al efecto.
 

Por su parte, Barlorworld Finanzauto Manutención, que comercializa carretillas de las marcas Caterpillar, Atlet, OMG y Fantuzzi, ha creado una campaña específica sobre seguridad en el manejo de carretillas elevadoras. Para completar el asesoramiento que presta personalmente a sus clientes, la compañía ha impreso un folleto explicativo que entregará junto con las máquinas que comercialice en España.

Este documento detalla los consejos de seguridad más importantes que se deben tener en cuenta en el momento de manejar uno de estos vehículos. De este modo, enumera las situaciones de riesgo del conductor, así como las del equipamiento de la compañía y el resto del personal. Asimismo, aconseja la utilización de equipos de protección individual para aumentar la seguridad del operario: uso de ropa adaptada a las condiciones climáticas, guantes, calzado con suela antideslizante y con puntera de protección, casco de seguridad y un cinturón "lumbo-abdominal" para jornadas de trabajo continuadas y en zonas de circulación poco uniformes.

Desde Barloworld se hace hincapié en que aumentar la seguridad en todas las operaciones de manipulación "tiene una gran incidencia en la rentabilidad de una empresa, porque los salarios y gastos sociales de los operarios representan un porcentaje de entre el 64% y el 80% en el Coste del Ciclo de Vida (LCC), el método que permite calcular todos los costes asociados con la vida útil de una carretilla elevadora. Por ello, fomentar la seguridad y evitar el riesgo de accidentes y lesiones puede ser un elemento de competitividad fundamental".

La operativa
 

La mayoría de los conductores de carretillas conoce (o debería) los principios básicos para la manipulación de materiales. De hecho, los fabricantes advierten de todas las normas que deben observar los operarios y realizan recomendaciones al respecto. Pero no por básicas, deja de ser necesario recordarlas y tenerlas en cuenta. La rutina y la desidia son caldo de cultivo para los accidentes laborales.

En la conducción, los operarios deben saber que, si la carga obstaculiza su visión frontal, deben conducir marcha atrás. Igualmente deben conducir marcha atrás, tanto si se trata de carretillas retráctiles como contrapesadas, cuando circulan cargadas por pendientes (con la excepción de aquéllas en las que el ángulo de la pendiente no es mayor al ángulo de inclinación hacia atrás del montante).

También son principios básicos para el manejo de carretillas no girar nunca en una pendiente, ni permitir que se suban pasajeros al vehículo. Si el conductor detecta ruidos, fugas de líquido o cualquier otra anomalía, debe informar de ello inmediatamente y no realizar ninguna alteración del vehículo sin el permiso expreso del fabricante. Del mismo modo, es preceptivo reducir la velocidad al aproximarse a intersecciones o en lugares de visibilidad reducida. En caso de vuelco, es conveniente permanecer en el interior del habitáculo y sujetarse con fuerza.

Por supuesto, para usar una carretilla en una determinada empresa se precisa un permiso escrito del empleador. Y para conducirla en una vía pública ser poseedor, además, como mínimo del carné tipo B.

El manual de seguridad en la conducción de carretillas de BT Europe recoge algunos de estos aspectos y añade otras cuestiones a tener en cuenta sobre el uso del cinturón de seguridad, las normas específicas que regulan el transporte de personas y algunas recomendaciones sobre la manipulación de cargas y la forma conveniente de aparcar los vehículos (con las horquillas bajadas, el motor apagado, los frenos puestos, la llave quitada y en una posición que no bloquee salidas de emergencia ni los equipos contraincendios).

A estas normas y consejos se suman los de no circular con las horquillas elevadas, ya que se reduce la estabilidad y se puede dañar a un compañero, y la conveniencia de llevar las horquillas a unos 15 cm del suelo (e inclinadas hacia atrás si se lleva carga, porque así se mantiene segura y estable). Fraternidad y Jungheinrich también recalcan que el conductor no debe subir o bajar cargas mientras tenga la carretilla en movimiento, porque puede afectar a la estabilidad. En los vehículos con motor de combustión, el operario tampoco debe circular con el embrague pisado mientras sube o baja una carga, porque, si por cualquier motivo suelta el embrague, se producirá un movimiento brusco que puede provocar la caída de la carga.

Para evitar los accidentes, el conductor debe mantener siempre sus pies dentro de los resguardos, ya que sino podría resultar atrapado entre la horquilla y los montantes. Tampoco debe sacar fuera de la carretilla brazos, piernas o cualquier otra parte del cuerpo, ni maniobrar nunca la carretilla desde fuera de la misma. Del mismo modo, es peligroso levantar una carga con un solo brazo de horquilla.

El folleto de Barloworld Finanzauto Manutención también destaca que las carretillas sólo deben ser manejadas por el personal mayor de edad autorizado por la compañía, y que deben respetarse todas las protecciones y dispositivos de la máquina y comunicar la servicio técnico cualquier avería o problema sufrido por la máquina.

Siete pecados mortales
 

Una de las marcas que comercializa Barloworld, CAT, ha editado un vídeo informativo en el que detalla los accidentes más frecuentes en el uso de carretillas y cómo prevenirlos. Bajo el epígrafe Siete pecados mortales, la cinta muestra otros tanto riesgos que deben evitar los conductores. A través de imágenes grabadas por especialistas es posible comprobar las graves consecuencias que puede tener para el carretillero, sus compañeros y la propia empresa no observar unas mínimas normas de seguridad. El vídeo clasifica las que considera que son las siete principales:
 

  • No conducir con cargas elevadas. En este apartado también se especifica que el 75% de los accidentes se producen cuando la carretilla gira a demasiada velocidad (incluso cuando circula sin carga).
  • No conducir con una carga inestable.
  • En las rampas, la carga siempre debe ir cuesta arriba. Por el contrario, cuando se circula sin carga, la carretilla debe ir cuesta abajo.
  • Cuidado con los espacio peligrosos, como las esquinas sin visibilidad.
  • Hay que tener especial atención en la zona de carga, a la vez que conservar siempre una visión clara en el sentido de la marcha.
  • Nunca hay que llevar pasajeros a bordo de la carretilla.
  • El conductor debe mantener las extremidades dentro de la cabina.
 

El vídeo también advierte de que, por cada 200 accidentes sin consecuencias, se producen diez que provocan heridas leves, y que, por cada diez con heridas leves sobreviene uno grave (alguno con la muerte del operario como resultado). "Cada pequeño accidente –concluyen desde CAT–, le acerca más a uno grave".

Mantenimiento
 

El mantenimiento de los equipos de trabajo también es básico para eliminar riesgos laborales. En una carretilla elevadora, los principales elementos que hay que revisar de forma preventiva son: dirección, frenos, ruedas, bastidor, interruptor de mando de marcha, conjunto propulsor, sistemas "apagachispas", sistemas hidráulicos, mástil, sistema de elevación, órdago portacarga, recubrimiento antifricción y cabina del conductor.

Las marcas de más renombre ofrecen a sus clientes contratos de mantenimiento, para garantizar que la máquina esté siempre operativa. La posibilidad de evitar averías inesperadas y reducir así los tiempos de inactividad es uno de los atractivos de este servicio. En este capítulo, Iberlift destaca igualmente la disminución de los costes de explotación: "Al propietario de una carretilla le es muy difícil cuantificar su costo de mantenimiento, pero el planificarlo facilita su cálculo y le evita el tener que realizar correcciones continuamente a su presupuesto, debido a gastos inesperados. Muchos propietarios de carretillas elevadoras desconocen que los gastos de mantenimiento acumulados durante la vida útil de una máquina pueden superar el importe de la compra".

Con todo, sobre la persona que conduce la carretilla recae la responsabilidad de realizar cada día, antes del inicio de su jornada laboral, las comprobaciones pertinentes para asegurarse de que el equipo está en condiciones. Así, Fraternidad y Jungheinrich destacan que el operario debe revisar: la dirección, los neumáticos, los frenos, los elementos hidráulicos, los dispositivos de iluminación; que los brazos de la horquilla estén correctamente colocados y seguros; que no existan fugas después del último servicio efectuado (huellas debajo del aparato); que exista (en las térmicas) suficiente combustible, agua anticongelante, aceite, etc.; y, en las eléctricas, que la batería esté convenientemente cargada y conectada.

La carga de la batería es una de las operaciones de mantenimiento más habituales. Este trabajo debe ser realizado por personal capacitado y es conveniente, según distintos fabricantes, seguir los siguiente pasos:
 

  • Inmovilizar el vehículo.
  • Apagar el cargador antes de desenchufar el conector de la batería.
  • Usar gafas protectoras y guantes al manipular la batería.
  • Dejar puestos los tapones de protección, para evitar la proyección del electrolito.
  • Mientras dura la carga de la batería, la tapa del cofre debe permanecer abierta, para que se disipen los gases y el calor producido.
  • No depositar objetos metálicos en la parte superior de las baterías descubiertas.
  • Es necesario mantener limpias y secas las partes superiores de los elementos de las baterías.
  • No utilizar llamas desnudas para comprobar el nivel del electrolito, produciría la deflagración de los gases.
  • Cuando haya que manejar ácido para formar electrolito, el operario debe guardar todas las medidas de prevención aconsejadas para esta operación, incluidas las protecciones personales.
  • Hay que tener en cuenta que la recarga insuficiente y la descarga más allá del nivel permitido, acortan la vida útil de la batería.
 

En su caso, la compañía Still, recuerda igualmente que "según la normativa VBG36 de prevención de accidentes para carretillas industriales, los usuarios son personalmente responsables de la seguridad de sus carretillas". Still advierte que el legislador exige que, como mínimo una vez al año, las carretillas elevadoras se sometan a una revisión. Las pruebas de evaluación sobre el estado general de las máquinas que realiza Still inciden en la supervisión de los siguientes elementos: dirección, frenos, ruedas, instrumentos de servicio, motor, sistema hidráulico, mástiles, cadenas de elevación, elementos portacargas (horquilla, etc.) y tejadillo protector.

Formación
 

La Ley de prevención de riesgos laborales 31/1995, vigente desde el 8 de noviembre de 1995, dispone que el empresario debe garantizar que sus trabajadores reciban formación teórica y práctica en materia preventiva, tanto en el momento de su contratación, como cuando se producen cambios en el desempeño de sus funciones. El posterior Real Decreto Ley 1215/1997 concreta algunas de esas obligaciones en materia de formación y deja claro que "la conducción de equipos de trabajo automotores estará reservada a los trabajadores que hayan recibido formación específica para la conducción segura de esos equipos de trabajo".

La formación y, por tanto, la prevención, continúan siendo la base para alcanzar la calidad necesaria en el flujo físico de materiales. Se calcula que el 70% de los accidentes que se producen en el transporte con carretillas elevadoras se debe a errores humanos en la conducción. Por eso los mismos fabricantes ofrecen cursos de formación de carretilleros. Still, por ejemplo, los realiza regularmente en sus instalaciones de L'Hospitalet de Llobregat (Barcelona). Se trata de formación teórica y práctica supeditada a las condiciones de cada empresa, de modo que las prácticas se realizan de forma individual en la compañía y en el puesto de trabajo habitual del conductor. Still también ofrece a grandes empresas cursillos cerrados de ocho horas para grupos de entre seis y quince personas.

Jungheinrich dispone de una Aula de formación para conductores, que expide carnés según las norma EN-1726-1/2 Safety Ind. Truck. La formación del Aula también puede impartirse en las propias instalaciones de los clientes. Los conocimientos que se transmiten allí parten de la premisa de que un conductor bien formado:
 

  • Conduce con más cuidado, con lo que evita los accidentes.
  • Aumenta la seguridad en el transporte dentro de la fábrica.
  • Baja los costes de explotación, porque reduce los accidentes y aumenta la eficacia del trabajo.
  • Maneja con la debida precaución las mercancías almacenadas y las carretillas elevadoras.


Los cursos que ofrece Linde Carretillas e Hidráulica están orientados a conductores de carretillas elevadoras y otros vehículos de manutención. En estos cursos se considera la conducción segura de los vehículos teniendo en cuenta los siguientes factores: la carretilla, el conductor, la carga y el entorno. Los cursos se adaptan a los conocimientos y habilidades de los formados, y tienen un componente teórico y otro práctico. En la parte teórica se analizan las características inherentes a los diferentes vehículos (no es igual la formación para la conducción de una transpaleta manual que la de un vehículo de pasillo estrecho de gran altura), con sus incidencias sobre la seguridad en el uso. Forma parte de esta formación el estudio y análisis de las normas y recomendaciones de seguridad existentes tanto en nuestro país como en los países de nuestro entorno, cara a cumplir de la forma más estricta posible con la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. La parte práctica va enfocada a la adquisición de habilidades en la conducción, los chequeos antes de la puesta en marcha de los vehículos, la conducción segura de los mismos y la simulación de situaciones de riesgo.

Respecto a los formadores, los cursos de Linde se imparten con personal experto, formado específicamente según las normas de la VDI (federación de ingenieros alemanes). Este personal posee como mínimo 2 ó 3 años de práctica, y se encuentra en continuo proceso de formación o reciclaje. Linde considera que este aspecto es un factor diferencial, "pues algunas empresas que han aparecido en los últimos años en el sector de la formación no poseen ni los medios ni el personal adecuado (sus formadores no han conducido nunca una carretilla elevadora o su experiencia no se adapta a las exigencias actuales, dado que no han vivido la evolución de nuestro sector desde hace años, lustros e incluso décadas)", destacan las fuentes de Linde consultadas.

En esta labor de formación también tiene mucho que ver el Instituto de Formación de Técnicos en Manutención (IFTEM), que está especializado en formar a personal involucrado en el flujo físico de materiales. El IFTEM tiene una amplia oferta de cursos, que cumplen con la legislación vigente y cuentan con el respaldo de la FEM (Fédération Européenne de la Manutention), el ICIL (Institut Català de Logística), la AEM (Asociación Española de Manutención), el IVL (Instituto Vasco de Logística) e IPAF (International Powered Acces Federation). El IFTEM también colabora con el Departamento de Trabajo de la Generalitat de Catalunya.

 

Fuente: Daniel Martínez
El perfil del carretillero
 

Entre la oferta formativa del Instituto de Formación de Técnicos en Manutención (IFTEM), destaca el curso “Operador de carretillas elevadoras: profesionalidad, prevención de riesgos y calidad total”. En su dossier informativo, el IFTEM detalla con precisión el "perfil sugerido" para los alumnos del curso, que pueden ser hombres o mujeres mayores de edad y sin ninguna disminución física apreciable a simple vista (falta de algún dedo, dificultades al andar, posición de la columna, etc.).

Entre las características físicas que debe tener el candidato, el IFTEM destaca que no debe estar afectado por posibles enfermedades excluyentes, como son:
 

  • Epilepsia, daltonismo, sordera o visión inferior a 7 sobre 10.
  • Sensibilidad a determinados productos que le provoquen alergias: polvo de cartón, papel, tejidos, harinas, plásticos, alimentos, etc.
  • Problemas de corazón, artrosis y lumbalgias, que provocan continuas bajas por dolores que no se pueden controlar. Las vibraciones de las carretillas elevadoras las acentúan.
  • Resistencia al frío, si ha de trabajar en frigoríficos. Problemas asmáticos. Problemas de inflamación del canal radial, que hace que los dedos y las manos pierdan sensibilidad.
  • Es conveniente que no esté siguiendo ningún tratamiento médico de larga duración sin baja, o que esté tomando medicación para la presión, reuma, etc, ya que este tipo de fármacos producen somnolencia, falta de reflejos, etc.
 

En cuanto a las características psicotécnicas, según el IFTEM el carretillero no debe ser una persona agresiva, y es conveniente hacerle las siguientes pruebas:
 

  • De inteligencia concreta.
  • De coordinación ojo-manos, una a ritmo libre y otra a ritmo impuesto.
  • De reacciones complejas, para conocer su capacidad de atención concentrada y atención difusa.
  • Carné de conducir. Es un aspecto muy positivo y diferencial que disponga de carné de conducir vehículos o camión de más de 3,5 toneladas. Si no posee carné no puede cruzar la vía pública ni siquiera con una carretilla de 1.500 kg de capacidad.
 

Por último, en el apartado del nivel de estudios, el conductor debe ser capaz de tomar notas por escrito y leer con fluidez. Además, es necesario que tenga una actitud que le permita hacer un curso para el que es imprescindible la atención y el seguimiento continuo durante un mes o cinco semanas. El instituto también pide que el futuro conductor refleje en cinco líneas por escrito lo que cree que será su futuro como operador de carretillas en el flujo físico de materiales.


Legislación
 

El departamento de Linde Carretillas e Hidráulica que se encarga de la formación de los conductores de carretillas responde en este cuestionario cómo soluciona la empresa algunas situaciones de vacío legal dejadas por el legislador o qué cuestiones tienen en cuenta para mejorar la seguridad y la salud de los operarios.

¿Debe estar reglada la formación de los carretilleros en España?

Debería estarlo, dado que el R. D. 1215/97 sobre equipos de trabajo exige que la conducción de equipos automotores esté reservada a los trabajadores que hayan recibido una formación específica para la conducción segura de los mismos. Por tanto, se establece la obligación de formar en la conducción de estos equipos, pero no está regulado el contenido o alcance de la misma.

Ante este vacío normativo, Linde se acoge al Derecho comparado, como, por ejemplo, a los parámetros de formación que se aplican en Alemania: VDI 3632, ZH 1/554 (normativa que establece los criterios para la formación y certificación de la aptitud de conductores de carretillas elevadoras), así como a las recomendaciones de la VDMA (representante de la FEM en Alemania).

¿La legislación vigente en materia de seguridad laboral le parece adecuada y suficiente para su sector?

De ninguna manera. Sirva, como ejemplo, que al menos el 70% del parque de carretillas existente en nuestro país no se adecúa a la Directiva 98/37/CE, y que casi el 60% ni tan siquiera cumple con la antigua Directiva 86/663/CEE, que entró en vigor en el año 1989. Esto en cuanto a las condiciones de seguridad de los vehículos en sí, a ello hay que añadir la falta de formación del personal y las condiciones en que se encuentra el entorno de trabajo en el que se mueven las carretillas (falta de señalización, iluminación, ventilación, etc.).

¿Está España al mismo nivel que otros países europeos en cuanto a medidas de seguridad laboral y de formación del personal?

En términos generales, no. De hecho, registramos en nuestro país uno de los mayores ratios de accidentes laborales de toda la Unión Europea. Las causas son, con frecuencia, difíciles de enmarcar, y no existen estadísticas específicas para el sector de la manutención, pero seguramente existen puntos de mejora tanto en el sector de las carretillas como en el de la formación.

Ahora bien, por suerte existen cada día más empresas preocupadas por este tema, que están haciendo sustanciales inversiones tanto en seguridad como, muy especialmente, en formación. Sin embargo, otro colectivo de empresarios sólo se preocupa de rellenar el expediente y cree que un certificado puede suplir las carencias de sus empresas. Para estos últimos, la seguridad y la formación, la contaminación en el entorno laboral y la salud laboral suponen sólo un mal endémico que se ataja con frecuencia cumpliendo con los mínimos.

Para nosotros es muy difícil diferenciar estos dos colectivos, pero lo cierto es que ambos coexisten. Curiosamente, los empresarios que cumplen todos los requisitos y se preocupan más por el tema son los que con mayor frecuencia tienen que someterse a inspecciones laborales; mientras que aquellos otros que no se preocupan por estos aspectos pasan desapercibidos y, justamente, son los que registran más siniestralidad laboral.

¿Las inspecciones se realizan de forma adecuada?

Si la pregunta se refiere a si las carretillas elevadoras se revisan periódicamente con el fin de que se encuentren en condiciones óptimas durante todo el tiempo de utilización, hay que contestar que hay de todo. Existen empresas que conciertan contratos de mantenimiento periódico y otras, en cambio, que sólo reparan lo estrictamente necesario para que el vehículo funcione como sea.

En estos últimos casos, la formación suele servir de poco. Sirva como ejemplo el hecho de que, en varias ocasiones, los operarios nos manifiestan (en el marco de un curso, al explicar la importancia de que el vehículo se encuentre en perfecto estado de uso en aras de la seguridad del conductor y del resto de trabajadores) que habían reclamado a sus responsables la necesidad de realizar reparaciones, como el sistema de frenos por ejemplo, sin éxito.

¿Tiene su empresa registrada patentes referidas a productos que mejoran la seguridad de los vehículos?

Sí, muchas. Por ejemplo:
 

  • La ejecución del puesto de conducción flotante, formado por una cápsula que, en caso de vuelco, garantiza que ésta se desprenda del vehículo para evitar con ello el posible aplastamiento.
  • Las vallas de seguridad activas.
  • La suspensión integral de nuestro nuevos vehículos.
  • Sistema de frenos libre de fallos.
  • Nuestros nuevos chasis autoportantes.


Ahora bien, de nada sirven estos dispositivos si el conductor no se conciencia de que su seguridad está en juego y no utiliza, por ejemplo, el cinturón de seguridad en aquellos vehículos en los que su uso es obligatorio.

¿Qué relevancia tiene la Medicina laboral en sus estudios para mejorar las carretillas?

La Medicina laboral es una parte integrante de todos nuestros diseños, dado que Linde diseña sus vehículos centrándose en el conductor y en colaboración con entidades especializadas en salud laboral y ergonomía, así como con prestigiosas instituciones y universidades. De hecho, se consideran diversos factores: el impacto de las vibraciones, las emisiones sonoras, las emisiones de gases en los vehículos térmicos, la ergonomía del puesto de conducción. Por tanto, todos nuestros vehículos cumplen, ya en la actualidad incluso, con futuras normativas y exigencias.

Otro factor no menos destacado es la disminución del esfuerzo físico y mental del carretillero, que se intenta minimizar en todos y cada uno de nuestros vehículos. Para ello se aboga por el intercambio de información internacional, con el objeto de incluir en nuestros diseños conceptos que se están estudiando o aplicando en otros países, comunitarios o extracomunitarios, los cuales, a pesar de su trascendencia, no se consideran de forma global.