Corea del Sur se sube al tren bala

01 oct 2004

Con la inauguración en abril pasado de la línea ferroviaria Seúl-Busán, de 412 km de longitud, Corea del Sur se convierte en el quinto país del mundo en tener una vía específicamente diseñada para trenes de alta velocidad. Tras 15 años de obras, se pone en servicio un proyecto que había sido concebido en 1989 y que, pese a sus dimensiones, es sólo un tercio del total de una red que se prevé esté completa en 2010.

Corea del Sur es, después de Japón, el segundo país asiático que dispone de una línea especialmente diseñada para trenes de alta velocidad. Con una población de 48 millones de habitantes, el 70% vive a lo largo del corredor comprendido entre la capital, Seúl —sólo aquí residen 19 millones de personas—, y la ciudad más al sudeste del mapa, Busán. Dicho pasillo engloba los principales puertos y aeropuertos del territorio, acapara el 65% del tráfico de pasajeros, el 70% de las mercancías y genera el 75% del Producto Nacional Bruto.

A partir de estos datos, y dentro de un plan global que persigue convertir al país en el centro logístico del noroeste asiático, el Gobierno de la nación viene impulsando desde 1989 un proyecto ferroviario similar al AVE español, con dos fases de desarrollo: la primera, ya finalizada, abarca un tramo de 281 km que une Seúl con la ciudad de Daegu. Los 131 km restantes hasta Busán quedarán construidos en 2008, mientras tanto, los trenes circularán por las vías convencionales ya existentes, que se han mejorado con una nueva electrificación apta para la gran velocidad.

Lo mismo ocurre con el trazado de 252 km que une Daejeon con Mokpo, en el suroeste. La segunda etapa, prevista para 2010, completará la transformación de la red en vías específicas de alta velocidad. Para comprender la complejidad del proyecto, sirva como referencia que más de un 40% de los 412 km del recorrido de la línea Seúl-Busán se realiza a través de túneles (190 km) y viaductos (120 km).

Alta velocidad de la mano de Alstom

El protagonista de la alta velocidad surcoreana tiene nombre propio: el Tren Expreso de Corea (KTX) de Alstom. Popularmente conocido como “tren bala”, alcanza velocidades de hasta 300 km/h y es el quinto de su promoción en el mundo, después del de Japón, Francia, Alemania y España. Cada unidad está compuesta de 18 coches y dos cabezas motrices con una potencia de 13.560 Kw y permite transportar a 935 pasajeros, la capacidad equivalente a la de casi dos Boeing 747.

Esta elección es fruto de una estrecha colaboración franco-coreana que se remonta a 1994. En esa fecha, el Consorcio de Alta Velocidad local (Korean High Speed Rail Consortium o KHRC) escogió la tecnología TGV de los Ferrocarriles Nacionales Franceses (SNCF) y firmó un contrato con su fabricante, Alstom, y con Eukorail, la empresa subsidiaria de la multinacional europea creada expresamente en Corea para desarrollar proyectos ferroviarios entre ambos países. Dicho contrato incluye un total de 46 trenes completos (cabezas motrices y vagones), 12 fabricados en Francia y 34 en el país asiático con la asistencia técnica y el asesoramiento de expertos de la firma gala.

Su puesta en marcha ha implicado un ambicioso plan de transmisión tecnológica que comprende la planificación industrial, el diseño y el desarrollo de centros de producción, procesos de soldadura, fabricación, ensamblaje y pruebas. Asimismo, ha supuesto el traspaso de la documentación correspondiente para el diseño, los planos de procedimientos, las especificaciones técnicas y de calidad, el mantenimiento y las reparaciones.

La transferencia cubre, por último, el estudio, el suministro, la supervisión de las instalaciones, las pruebas y la implementación de los equipos de los sistemas de catenaria, el control de velocidad, los enclavamientos electrónicos y la creación de un centro de control de tráfico, situado en la estación de Nam, en Seúl. El objetivo es que la posible expansión del tren de alta velocidad por el continente asiático pueda tener su base tecnológica en la zona.

Un consorcio de 12 miembros

El órgano encargado de organizar todo lo relativo a la línea de alta velocidad surcoreana es el Korean TGV Consortium (KTGVC), un consorcio de 12 empresas a cuya cabeza se sitúa Eukorail, que coordina, entre otras cosas, las actividades con la KHRC. Dicha entidad cuenta con socios franceses como Alstom y CSEE Transport (sociedad francesa filial del Grupo Ansaldo-Signal, líder mundial de sistemas de señalización ferroviaria) al igual que con importantes firmas coreanas: Daewoo, Hyundai y Hanjin —constituidas en una única compañía denominada Koros (Korean Rolling Stock Corporation)—, además de Samsung Electronics, Samsung SDS, LG Cable, LG Industrial Systems, Iljin Electric y Rotem.

Financiado por los fondos del Gobierno en un 45% (35% de contribución directa y 10% de créditos) y por la KHRC en un 55% (24% en créditos extranjeros, 29% en emisión de bonos y 2% con aportaciones de capital privado), la inversión global del proyecto roza los 14.000 millones de euros.

Los efectos del ‘bala’

A pesar de que el tren bala KTX comenzó sus operaciones a principios de abril pasado, sus efectos sobre el mundo empresarial ya han empezado a hacerse notar. Uno de ellos viene derivado por la reducción en los tiempos de viaje. Así, mientras que el Samaleul Express, el más rápido de los trenes convencionales de Corea, tarda 4 horas y 10 minutos en hacer el recorrido Seúl-Busán, y 4 horas y 42 minutos de la capital a Mokpo, el KTX invierte 2 horas y 40 minutos, y 2 horas y 58 minutos, respectivamente. Cuando la segunda fase del proyecto esté completada en 2010, dichos tiempos se verán aún más reducidos, situándose el tramo Seúl-Busán por debajo de las 2 horas. Según cálculos oficiales, los beneficios sociales y económicos derivados de esta circunstancia ascenderán a unos 1.360.889 euros por año.

Por otro lado, según Ferrocarriles Nacionales Coreanos (Korail), operador del KTX, en sólo dos semanas de funcionamiento el servicio de alta velocidad surcoreano alcanzó el millón de pasajeros. Las previsiones apuntan a que en lo que resta de año se llegará a los 80 millones —la línea Madrid-Sevilla transporta seis millones de personas al año— y a los 120 millones anuales antes de 2010.

Desde el punto de vista logístico, la elección del KTX como modo de transporte está haciendo que muchas compañías estén aumentando sus envíos por ferrocarril y ajustando los esquemas de los viajes de sus empleados. Samsung Electronics Co. anunció recientemente que incrementaría sus cargas del 30% actual (13.200 contenedores TEU por año) hasta un 50% gracias al tren bala. Glovis Co, unidad logística del grupo Hyundai Motor, se ha sumado a la intención de aumentar el envío de sus mercancías por este modo. De acuerdo con una reciente encuesta, 16 de las 24 mayores empresas de carga del país planean expandir sus operaciones por ferrocarril debido a la apertura de la nueva línea.

En lo que concierne al apartado inmobiliario, los terrenos y viviendas situados a lo largo del corredor están experimentando desde el año pasado un aumento récord en los precios, especialmente las zonas de Daejeon y Cheonan. Así, mientras que el coste de los inmuebles en Seúl subió menos del 14%, los precios en Daejeon, a 49 minutos de Seúl en el KTX, aumentaron más del doble. Por su parte, en Cheonan, a 34 minutos de la capital en el tren “bala”, dichos precios se incrementaron en un 30% con respecto al año anterior.

Desde una perspectiva general, se espera que este tren contribuya positivamente a la descentralización económica de Corea del Sur, especialmente con la proyectada reubicación de la capital administrativa al sur de Seúl.

El efecto dominó

La otra cara de la moneda del KTX viene del lado de las aerolíneas coreanas y de los negocios minoristas, que ya están empezando a sufrir un efecto dominó negativo. Las primeras han reducido sus vuelos locales y están tratando de mejorar sus servicios a los clientes para sobrevivir a la competencia. Korean Air, la mayor línea aérea del país, que opera actualmente 30 vuelos diarios entre Seúl y Busán y 20 entre Seúl y Daegu, espera que el número de pasajeros en sus trayectos domésticos decline de un 30 a un 40%. Asimismo, Asiana Airlines, que realiza 16 enlaces diarios entre Seúl y Busán, se ha sumado al carro de las reducciones. Las rutas aéreas domésticas de ambas compañías que sirven doce ciudades (Seúl, Busán, Jeju, Daegu, Sokcho, Gwangju, Chinju, Yosu, Ulsan, Kangnung, Yechon y Pohang) se enfrentan al precio del tren bala: un billete de ida en TXT es un 72% más barato que el del avión.


 


Los trenes Alstom atraviesan el mundo
 

Alstom cuenta con una amplia flota de trenes de alta velocidad en todo el mundo. En Francia circulan el TGV París Sudeste con 106 trenes; el TGV Postal con tres; el TGV Atlantique con 105; el TGV Red con 80; y el TGV Dúplex con 42 trenes. En otros países recorren las vías el THALYS (en Inglaterra, Bélgica, Holanda, Alemania y Francia) con 16 trenes; el Eurostar (en Bélgica, Inglaterra y Francia) con 38; el AVE (en España) con 24; y el KTX (en Corea del Sur) con 46 unidades. En cifras, los trenes Alstom disponen de 164.330 asientos en la flota francesa y 63.171 asientos en la flota internacional. En todo el mundo dispone de 4.702 coches de pasajeros y 902 cabezas motrices.


 


Un simulador de alta velocidad
 

La compañía KHRC (Korean High Speed Rail Consortium) instaló en Pugok (Corea del Sur) un simulador de conducción para la formación de sus maquinistas denominado Simkor, diseñado y creado en Francia por las compañías Coy-Tess y Systra, bajo la dirección de Alstom. El sistema pone a la persona en formación ante situaciones reales que se producen durante la conducción y en un habitáculo idéntico al de la cabina de los trenes. El simulador cuenta con un recinto dinámico de movimiento y un sistema de cuadrifonía que reproduce los sonidos reales, así como los gráficos de la línea Seúl-Busán. Un instructor coordina el sistema y asesora a los maquinistas ante las eventualidades que el simulador pueda plantear y una pantalla de posición situada fuera del aparato permite a otros maquinistas seguir con la formación teniendo acceso directo a la información del tren y del instructor.