Las ciudades del petróleo

01 sep 2008

El proceso comienza con una exploración del entorno que, en el mejor de los casos, dura meses”, explica Robert Wine, ingeniero de la multinacional British Petroleum (BP). Y avanza: “Actualmente existen programas informáticos que consiguen acelerar este paso, pero aún continúa siendo esencial decidir el ángulo exacto y el lugar óptimo para acometer la perforación”, explica Wine.

De esta primera decisión”, continua, “depende el coste final de la plataforma, el tiempo que tardará en levantarse y su rendimiento. Uno de los aspectos en los que la competitividad resulta más acusada entre las petroleras es precisamente en este pequeño margen inicial, donde más que de dinero, la diferencia radica en contar con los mejores recursos humanos”.

Aunque los precios que ha alcanzado el crudo han conseguido engordar los ingresos de las petroleras, la mayoría de ellas ya ha empezado a visualizar otro horizonte: el del inicio de la escasez y el agotamiento de las reservas que algunos científicos, los más pesimistas, sitúan en 2030. La consecuencia es que los mejores profesionales para la exploración han comenzado ya a rifarse en el mercado y que la tecnología de las plataformas es una prioridad. Cada plataforma resulta diferente desde el primer instante de su concepción.

Los ingenieros recalcan que, incluso en el montaje, las rutinas cambian según el clima del lugar escogido, la temperatura de la zona, las necesidades de extracción e, incluso, las características y preferencias propias de cada empresa petrolera. Una plataforma en el golfo de México puede exigir unos niveles de flexibilidad para contrarrestar los huracanes, algo que, por ejemplo, es innecesario en la plataforma Casablanca que tiene Repsol en el Mediterráneo.

 

Las grandes, en tierra

Lo que sí puede extrapolarse es que las partes de mayores dimensiones se construyen siempre en tierra para después ser instaladas en el momento crítico que llega tras la perforación. En algunos casos, cuando las dimensiones del yacimiento así lo exigen, se determina la necesidad de que la plataforma sea múltiple o compuesta por distintos módulos interdependientes.Esto multiplica el presupuesto, si bien redunda también en una mayor producción, estabilidad y seguridad de la plataforma.

Hasta ahora, lo normal era construir las plataformas con un horizonte devida de 40 años. La mayor abundancia de petróleo no exigía, como en la actualidad, extraer hasta la última gota aunque el proceso empezara a complicarse por la menor densidad de crudo. Hoy en día, además de rapidez, se precisa resistencia y durabilidad. “Para lograrlo es fundamental contar con mecanismos de reparación automáticos constantes. De este modo se evitan los pequeños desperfectos que van minando el funcionamiento de la plataforma”, explica..

Hay que tener en cuenta que el 60% de la estructura dedicada a la extracción tiene que lidiar con materias a altísimas temperaturas y gran poder de corrosión. Si estos mecanismos de reparación no trabajan de forma óptima, en poco más de dos décadas, la plataforma empieza a fallar”,describe el ingeniero Mike Janssen, de British Petroleum. Pero quienes, de verdad, dan forma a estas estructuras son las personas que trabajan en ellas.

Hay que acostumbrarse a los eventuales bamboleos, aprender a convivir con la primera sensación instintiva de peligro y, sobretodo, desarrollar la capacidad de trabajo en equipo porque en las plataformas, los desacuerdos son inaceptables”, relata Manuel López, técnico especializado en el mantenimiento de plataformas petrolíferas. Tiene casi una década de experiencia trabajando en plataformas, y ahora dice que ya se ha decidido a seleccionar sus destinos porque en algunos de ellos, “la vida es demasiado dura”. Lo más difícil, según él, es acostumbrarse a vivir sin su familia durante el tiempo que tiene que pasar en el trabajo. “En estos tiempos, lo más frecuente es que los horarios sean intensivos de dos semanas trabajando, y dos en tierra. Antes se solían hacer turnos más largos, pero personalmente prefiero la nueva estrategia porque evita la sensación de desarraigo.Si bien, en general, los horarios dependen del grupo petrolero y de cada compañía”, resume López.

 

Salarios de 15.000 euros

Para llegar a trabajar como técnico en una plataforma son necesarios dos o tres años de formación en los que se aprenden los conocimientos técnicos imprescindibles, pero también historia del petróleo, nociones económicas, habilidades sociales y hasta primeros auxilios. “Los accidentes en las plataformas son más frecuentes de lo que parecen. La mayoría de ellos no suelen ser graves, pero hay que estar preparados porque cuando se pierde el control, las consecuencias son devastadoras”,atestigua el técnico.

Lo más interesante es que la época convulsa que se vive económicamente está acelerando aún más la introducción de nuevos recursos tecnológicos en las plataformas. Ahora estamos obligados más que nunca a un proceso de reciclaje constante. ¿A cambio de tanto esfuerzo? Un salario que oscila entre los 2.000 euros netos mensuales de los técnicos, y los 15.000 de los ingenieros”, detalla este profesional.

Los salarios varían, por supuesto, según la compañía en la que se trabaje, el rango y también la zona donde esté situada la plataforma petrolífera”,comenta López. “En estos momentos, una de las zonas donde mejor se cobra es en el golfo de México, que se ha convertido en el verdadero edén de las plataformas petrolíferas.Allí es donde tienen lugar actualmente los mayores avances y la introducción de nuevas tecnologías”,expone el experto.

Los científicos estiman que en las profundidades del golfo de México hay el petróleo y gas suficientes para llenar el equivalente a 40 billones de barriles. Esta abundancia ha atraído a plataformas de todo el mundo, que se han fijado como meta llegar a extraer al menos un cuarto de millón de barriles cada día.

En el caso de algunas veteranas en el área, como British Petroleum –que inició su andadura en la zona ya a finales de los ochenta–, su reto consiste en llegar al medio millón antes de 2010 y permanecer en esa cantidad durante la década siguiente. Este apogeo ha elevado la competencia en la zona y, en consecuencia, ha convertido a este lugar en El Dorado para los ingenieros y técnicos del sector.

Sólo un dato atestigua la importancia del golfo de México para el futuro de las petroleras: tanto BP como Chevron Corporation han invertido o planean invertir un mínimo de 15 billones de dólares para la exploración en la zona y la construcción de plataformas petrolíferas. En estos instantes, la prioridad es elaborar un mapa de las profundidades geológicas más completo que el de la competencia para así efectuar perforaciones más certeras.

 

México y Venezuela.

En la actualidad existen dos zonas que aún siguen sin explorarse convenientemente y que en el futuro, todavía más, se convertirán en un hervidero de plataformas petrolíferas”, asegura Guillermo Pérez Cruz, administrador de exploración e innovación de la petrolera mexicana PEMEX. “Se trata del golfo de México y las aguas venezolanas. El problema es que muchas empresas no cuentan con la financiación suficiente para competir en la localización de yacimientos y la construcción de nuevas plataformas”, argumenta el experto.

Se calcula que para perforar un nuevo pozo se necesitan entre 70 y 150 millones de dólares. Para que seden las condiciones para la construcción posterior de una plataforma, tienen que converger muchos factores, por lo que las operaciones de exploración tienen un enorme riesgo”, explica Pérez Cruz.

En primer lugar hay que tener en cuenta que no en todos los pozos se puede extraer petróleo en condiciones de seguridad. Admitiendo incluso que el nuevo yacimiento posea la densidad y la localización idónea, sólo el 25% de las plataformas petrolíferas proyectadas llega a convertirse en una realidad.

En una zona tan pujante como el golfo de México, este porcentaje de éxito se eleva hasta el 50%, lo que supone un avance decisivo para las petroleras, pero no deja de ser una incertidumbre enorme para proyectos que cuestan millones de euros”, reflexiona el ingeniero de PEMEX.

 

Explotación difícil

La otra cara de la moneda son aquellos yacimientos que ya han comenzado a agotarse y donde la nueva tecnología de las plataformas se hace todavía más esencial. “En la actualidad no podemos renunciar a las reservas cuando su explotación se torna más difícil”, indica Robert Wine, de BP.

La estrategia consiste en experimentar con nuevos métodos de perforación y de terminación de pozos, que consigan arrancar cantidades más pequeñas pero sustanciales de petróleo”.

Las plataformas petrolíferas”, continúa, “no son iguales durante toda su vida útil, como podía ocurrir en el pasado, ahora están constantemente desarrollándose para irse plegando a las necesidades del pozo. Andamos sobre un camino desconocido y lo más probable es que en el futuro regresemos a zonas que se consideraban agotadas para aplicar en ellas nuestra tecnología actual más refinada”, vaticina Robert Wine.

Es muy poco realista pensar, como defiende el ex vicepresidente americano Al Gore, que tengamos que renunciar al petróleo y sustituirlo por energías renovables antes de 2010.Sería ideal hacerlo por el planeta, pero no contamos con la tecnología alternativa ni los conocimientos que le den a otras formas de energía la categoría de sustitutas”, explica Wine.

Lo único que podemos hacer es trabajar para conseguir prolongar lo máximo posible la abundancia del petróleo y evitar la subida de precios y el caos que provocaría su escasez. La tecnología de plataformas es básica porque nos aumenta este margen de actuación que Al Gore calcula en una década”, concluye Janssen, ingeniero de BP.

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`PETRONIUS´: UN RASCACIELOS DEL OCÉANO

Tenía que resistir imbatible en una zona famosa por sus vientos huracanados y sus fenómenos atmosféricos siempre adversos: el golfo de México, a poco más de 200 kilómetros de Nueva Orleans. La plataforma Petronius, de Chevron Corporation and Marathon Oil, está considerada como la estructura autosostenida sobre el agua más alta del mundo, pero además es tan flexible como un muelle.

Basta recordar como ejemplo que es capaz de combarse en una proporción de hasta un 2% de su altura (la mayoría de los edificios más modernos no van más allá del 0,5%). Sus empleados tienen que pasar un entrenamiento especial para soportar con entereza los movimientos que ocasiona esta flexibilidad en los momentos de fuertes vientos y tormenta.

Precisamente esta versatilidad, que le da al mismo tiempo, fuerza y delicadeza, inspiró su nombre, Petronius, en honor al poeta romano. La clave delas nuevas plataformas, según los ingenieros de Chevron, radica en la capacidad de combinar materiales resistentes con otros ligeros que le resten inmovilidad al conjunto. Como si la plataforma tuviera al mismo tiempo, como se imaginan a Petronio, espíritu de luchador romano y de literato.

 

Cifras espectaculares

Actualmente, la plataforma cuenta con la última tecnología y constituye para Chevron su joya de la corona. Las cifras dan una idea de su majestuosidad: más de 600 m de alto, 43.000 t de peso, y la capacidad de extraer 8.000 m3 de crudo (50.000 barriles) y 2.000.000 de m3 de gas cada día.

Para conseguir ponerla en marcha, Chevron tuvo que acometer uno de los mayores desembolsos de la historia: en un principio, el presupuesto ascendió a 200 millones de dólares, que se convirtieron en 500 millones según se iban sumando nuevas necesidades. En la estrategia de la compañía, la construcción de esta plataforma supuso empezar a explotar el yacimiento del golfo de México.

Un paso hábil en 1997 cuando comenzó su construcción y se intuía ya la situación de escasez cada vez más cercana.Hoy, la plataforma Petronius sirve de modelo y de punto de partida para el diseño de nuevos recursos en todas las petroleras del mundo. Según Perry Fischer, de la revista World Oil Magazine, Petronius aportó el mayor avance en el mundo de las plataformas de la última década porque fue la primera vez que se entendió que, como sucede con los rascacielos inteligentes a prueba de terremotos, “la clave no está en resistir al viento y a las olas, sino en navegar con ellos”.

 

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EL MULTIMILLONARIO NEGOCIO DEL ALQUILER

No quieren dejarse seducir por los ingresos que supone la reciente escalada de los precios del crudo.Las petroleras prefieren recortar sus gastos ante un futuro que no está demasiado definido y en el que tendrán que invertir cada vez más en la búsqueda de nuevos yacimientos. Como buen empresario, el noruego John Fredriksen se dio cuenta de esta tendencia y decidió adelantarse a su tiempo. En la actualidad dispone de cuatro plataformas activas y otras ocho en construcción en algunas de las zonas más ricas en petróleo del mundo.

Su estrategia siempre ha sido explorar en áreas todavía vírgenes por parte de las petroleras para después ofrecer las por alquileres astronómicos. Ha fundado la compañía Seadrill, equipada con una tecnología que es capaz de perforar en los pozos más profundos. Unos equipos que supondrían un gasto desmesurado por parte de las petroleras, que se ven obligadas a sumar la inversión de las expediciones de exploración a las de tratamiento y comercialización.

 

600.000 dólares diarios

La flexibilidad de su compañía ha logrado que mientras que los grupos petroleros seguían investigando en Alaska, este visionario se diera ya cuenta de que el área realmente interesante se trasladaría en poco tiempo al golfo de México o Brasil. Esta brillante intuición le ha reportado uno de mayores patrimonios de Noruega.

No es de extrañar si se tiene en cuenta que la demanda es muy alta, que crece cada año y que cada empresa arrendataria le abona la espectacular cifra de 600.000 dólares diarios. Algunos le preguntan por qué no se dedica él mismo a la refinería y a la venta del material. Al empresario le gusta responder que se trata de una inversión demasiado grande para un negocio que dentro de pocas décadas estará caduco. Sus plataformas, para esa época, ya estarán totalmente amortizadas.

 

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LA CONSTRUCCIÓN DE UN GIGANTE

Si Petronius es la joya de la Chevron Corporation, Thunder Horse es la plataforma reina de la British Petroleum y donde ha invertido todos sus esfuerzos tanto humanos como tecnológicos. “Ha sido la culminación dela carrera de todos los que hemos participado en ella”, explica Mike Janssen, desde su oficina de la BP en Miami.

No te haces una idea de lo grande que es este proyecto hasta que te ves en mitad de la plataforma. Desde allí observas explanadas tan amplias como cuatro campos de fútbol o las torres de extracción de más de 130 m. Más allá de su funcionalidad, las plataformas han de servir para albergar trabajadores y resistir las inclemencias marinas, por lo que resulta necesario construirlas como si levantaras una ciudad desde sus cimientos”, comenta el ingeniero.

En la actualidad, uno de los mayores retos para los ingenieros es erigir instalaciones sin fecha de caducidad. En el golfo de México, a pesar de la dureza de los fenómenos atmosféricos, existen pocas plataformas que puedan soportar huracanes por encima del grado 5. Obviamente no es frecuente que se llegue a esta frontera, pero siempre es básico tener garantías.

 

Navegar con el viento

Thunder Horse se construyó con dos retos principales. Por un lado debía alcanzar la cifra récord de extraer un cuarto de millón de barriles de crudo diarios, lo que supondría, sin duda alguna, un precedente importante para el resto de instalaciones en construcción de la compañía.

Por otro, tenía que conseguir hacer frente a huracanes que superasen el grado 5, lo que equivale en la práctica a ser capaz de resistir las acometidas de un nuevo Katrina. De este modo, se logra aguantar con menos daños los huracanes de menor graduación y prolongar la vida útil de la plataforma.

Estas dos metas ejemplifican las áreas en las que más se está avanzando en la ingeniera de extracción. Hay una tercera que aborda las naves de exploración y la tecnología de perforación. En el futuro no serán las compañías con mejores plataformas las que triunfen, sino las que sean capaces de localizar un yacimiento y levantar una plataforma sólida en el menor tiempo posible”, resume Janssen.