Almacenaje y manipulación de productos siderúrgicos

04 sep 2002

Si entendemos por logística el proceso de toma de decisiones que permite coordinar las entradas y salidas de materiales, probablemente nunca es tan necesaria como en el campo del almacenamiento de los productos siderúrgicos, que por sus dimensiones exigen una decidida estrategia para hacer frente a la complejidad de las transacciones.

Una complejidad que no sólo procede de los obstáculos inherentes al manejo de este tipo de artículos, sino de la propia diversidad de materiales que se manipulan en la industria siderúrgica, tanto productos largos -alambrones, corrugados, barras, perfiles, vigas, canales, tubos soldados, pletinas, etc.- como planos -bobinas, flejes y chapas en todas sus variantes: estriadas, lagrimadas, galvanizadas, etc.-, que dificultan en gran medida los procesos de almacenamiento y expedición.

Desde una perspectiva global, las alternativas verdaderamente eficaces en el almacenamiento de los productos siderúrgicos pasan por eliminar ciertas características, muchas veces compartidas por otros sectores, que habitualmente se repiten. Principalmente, éstas se deben a limitaciones en el movimiento que marcan sus propias peculiaridades. Podrían resumirse en los siguientes puntos:
 

  • Gran coste en tiempos operativos.
  • Necesidad de un nº elevado de operarios.
  • Productividad limitada entre seis y ocho ciclos por hora (número de operaciones realizadas en este periodo de tiempo).
  • Alto nivel de riesgo en el manejo.
  • Duplicidad de tareas debido a las reubicaciones del material ante la imprevisión.
  • Imposibilidad de acceso directo al material, etc.
     

Incluso en un año como 2002, en el que las previsiones indican una caída del consumo aparente del acero en torno al 2% y restricciones en los volúmenes de producción, los movimientos seguirán siendo muy importantes; durante el pasado ejercicio en España se importaron casi diez millones de toneladas de productos siderúrgicos y se registraron unas exportaciones que rozaron los seis millones de toneladas. Con estas cifras, cualquier fallo táctico a la hora de gestionar los pedidos puede provocar cuantiosas pérdidas y exige que la tendencia a cero del error se convierta en un requisito imprescindible.

Aunque cada vez son menos, persisten los almacenistas que albergan los productos siderúrgicos de forma desorganizada y los mueven con cables metálicos y grúas, lo que resulta poco productivo de cara a incrementar sus rendimientos. Estos desfasados sistemas suelen consistir en filas de estacas o puntales colocados verticalmente y anclados al suelo, entre los que se acumulan los materiales, como por ejemplo los perfiles, sin atender a la diversidad de sus dimensiones. En cambio, la automatización en almacenes provistos de bastidores o una correcta distribución en el suelo sí permitiría despachar la mercancía con la celeridad necesaria.

Almacenaje de chapas

Compañías como Sideros Engineering aportan soluciones para productos concretos como la chapa, con su línea de almacenes verticales automáticos, que optimizan la superficie y permiten una rápida retirada del material, lejos de los antiguos sistemas manuales. Estos almacenes están estructurados a modo de encorsetadas estanterías para alojar en su interior las paletas con las chapas.

Son ideas adaptadas a todo tipo de usuarios, desde las empresas modestas que necesiten una torre única (una estantería habilitada para albergar material apilado), hasta modelos más elaborados con torres múltiples, pasando por la doble torre con un transelevador central para inventarios cuantiosos.

Este transelevador, con hasta tres ciclos de trabajo, sea lateral o central, se desplaza en vertical sobre unas guías gracias a unas cadenas de acero que acciona un motor reductor y recorre la estructura para insertar y extraer las paletas al recibir la orden desde el tablero de mando. De esta forma, el inmueble se rellena literalmente de chapa y las máquinas pueden operar ininterrumpidamente, lo que redunda en beneficio de la productividad con un requerimiento mínimo de personal de vigilancia.

No obstante, Sideros ofrece opciones adicionales, como un software para la supervisión de las tareas con el que se controla al instante toda la información disponible (existencias en cada paleta o en la totalidad del almacén) para restringir el acceso a determinados niveles del mismo a través de contraseñas o para obtener un listado histórico de los productos. Otra posibilidad consiste en una aplicación de pesado para saber los planchones que contiene cada paleta, de cara a rentabilizar al máximo las instalaciones.

Estos sistemas de almacenaje para chapas tampoco olvidan la seguridad que debe regir en la logística de este tipo de cargas, garantizada por dispositivos mecánicos y eléctricos, que además de inhabilitar la máquina al detectar personas transitando por el área de trabajo, la desactivan ante paletas incorrectamente alineadas, chapas torcidas o en situaciones de sobrepeso, para prevenir y corregir disfunciones del equipo. Y es que del factor humano sigue dependiendo la celeridad en los procesos de carga y descarga, así como una cuidadosa manipulación para minimizar los daños al material.

La importancia de los componentes

Algunos productos de la industria pesada requieren un tratamiento específico como en el caso de los tubos y los perfiles, por lo que otra de las líneas de desarrollo tecnológico va dirigida a la mejora de los componentes de manutención, elevación y almacenaje, igualmente prevista para empresas que buscan soluciones particulares y no un diseño de conjunto.

En este sentido, la aportación de la compañía GH se enfoca en responder a necesidades de sectores tan dispares como la automoción, la aeronáutica, la siderurgia o la fundición, a los que sirven sus grúas especiales. Entre sus componentes destacan los polipastos (con uno o dos raíles, fijos e incluso dotados de testero en el caso de los modelos birraíl), testeros (birrailes, monoviga o acoplables a las grúas pórtico), cabezales, plumas, pórticos y grúas puente, todos ellos de fácil manejo, para que maniobrar con perfiles o tubos no se traduzca en una ralentización de las operaciones.

La necesidad de transformar el producto

La recomendación de los grandes del acero como Arcelor (corporación siderúrgica integrada por Arbed, Aceralia y Usinor), el líder europeo, es encaminarse a la especialización para fidelizar al cliente mediante un servicio de calidad. Esta calidad reside en abarcar toda la gama de producto, en unos recintos de capacidad optimizada al máximo y con los niveles de transformación que exige el comprador, lo que sirve para personalizar el material siderúrgico.

Asimismo, la creciente internacionalización del mercado requiere reducir los costes logísticos, no sólo de las transacciones comerciales, sino del almacenaje y de los equipos humanos. La tendencia de futuro es construir grandes naves en las que comparten espacio las estanterías y la maquinaria de manipulación que opera en paralelo a ellas, junto a zonas destinadas a las cizallas, las sierras de corte y la maquinaria de plegado, curvado o granallado, entre otras, para obtener directamente el producto deseado.

Igualmente, Jens Kläne, responsable de producto de grúas de proceso para la empresa Demag Cranes & Components, considera que para anticiparse decididamente a los requerimientos del cliente no basta con almacenar el producto antes de servírselo, sino que cada vez más se aboga por comercializarlo acabado. Según indica Kläne, el tratamiento de superficies y los servicios de plegado, oxicorte y corte de perfiles o de sierra por pedido, mediante maquinaria de alto rendimiento, son conceptos potenciales para otorgar valor añadido.

Soluciones para el manipulado

Dependiendo del almacén, será necesario manejar estas piezas equipando la grúa con electroimanes y un control por radio, que aumentan la seguridad y la rapidez. Para incrementar el rendimiento del conjunto que forman el operario y la máquina, Jens Kläne recomienda equiparla con altas velocidades de elevación y un sistema antipenduleo en las direcciones de traslación, con lo que la producción puede alcanzar de 10 a 14 ciclos por hora.

Además, para los almacenes de bobinas, propone emplear estas grúas con sistemas de antipenduleo electrónico, que estabilizan la carga y favorecen una rápida aproximación a los puntos de carga y descarga, rebajando los tiempos sin que sea necesaria una gran pericia para manipular la materia, y con suficientes garantías en cuestión de seguridad, sin maniobras bruscas ni golpes.

Otra de las posibilidades consiste en, mediante el uso de carros independientes, adaptarse a la longitud del material, que puede oscilar entre los 3 y los 20 m, y utilizar electroimanes, con lo que se incrementa entre un 20 y un 30% la densidad de almacenamiento; se reducen los espacios muertos de pasillo y entre las unidades apiladas, sin que además sea necesario calzarlas.

Para operar en este entorno, Demag ofrece soluciones con traviesas de electroimanes (diseñados específicamente, por ejemplo, para transportar paquetes de tubos o vigas perfil) con una grúa puente, de modo que un único trabajador puede desplazar rápidamente el producto, con sólo variar los grados de magnetización para adecuarse a la carga.

Además, estas máquinas de alto rendimiento, que estabilizan la carga, efectúan in situ el pesaje y mueven perfiles a una velocidad máxima de 26 m por minuto en el proceso de elevación y descenso. Asimismo, utilizando dos carros de grúa, con los que se puede operar de modo individual o simultáneo, se alcanza una producción de entre 14 y 18 ciclos por hora.

La versatilidad de estas grúas convierte el manipulado de las bobinas de fleje, por ejemplo, en una sencilla operación cinemática, en la que el almacenista puede escoger desde electroimanes, pasando por pinzas especiales, hasta ganchos en forma de “C”, sin que uno u otro método retarde las entradas y salidas, simplificando incluso los traslados a las líneas de corte, donde se trocea a gusto del cliente, antes de pasar al muelle de carga.

Almacenes dinámicos

Aparte de los almacenes de bloque y las estructuras de apilado en torre, entre las modalidades empleadas para albergar productos siderúrgico, destaca el rack, para alturas de hasta 6 m y una productividad de unos 15 ciclos por hora, y la de colmena o celdilla, con bastidores intercambiables.

Este último proporciona, mediante sistemas de agarre por pinzas, un acceso directo a los materiales para que las posiciones respondan a las exigencias just-in-time del cliente, lo que dado el volumen de movimientos sólo es viable con un sistema dinámico. En una suerte de rascacielos simétricos, repletos de celdillas de diferentes tamaños, se desarrolla una actividad desenfrenada, más ergonómica y con un mecanismo de flujos en el que las máquinas obtienen una producción en torno a los 50 ciclos por hora.

La automatización se abre paso

En la actualidad, se impone la automatización de los almacenes; permite un control total de las entradas y salidas, y ofrece al gestor la posibilidad de etiquetado, un registro de la mercancía mediante escáner o terminal portátil y una propuesta de almacenamiento, con la señalización de los pedidos de salida en terminales específicos para los operarios.

Esta forma de entender la gestión agiliza notablemente los procesos logísticos, ya que los datos informatizados se transmiten directamente al operario de la grúa, de modo que puede conocer al instante las instrucciones relativas a las salidas pendientes, fecha de vencimiento, la posible posición para una entrada, el número de identificación del material, las dimensiones del producto (peso o diámetro), las coordenadas de posición y cualquier otra información adicional que requiera.

Esta anticipación e inmediatez suponen toda una serie de ventajas para el almacenista, que reduce los tiempos de búsqueda en los almacenes y aumenta la velocidad de sus movimientos al conocer de antemano las posiciones predeterminadas de los materiales, al tiempo que permite disponer de datos actualizados permanentemente.

En esa misma línea ya apuntaba el informe de Aceralia, el fabricante que marca la pauta, puesto que participa en el capital de las principales empresas distribuidoras españolas. En el año 2000 terminó de implantar en el área de planos los proyectos Insist y ciclo de pedido, para hacer extensiva la oferta de entrega semanal a todos los clientes, reducir tanto el inventario como el tiempo de ciclo y mejorar la expedición de un producto que puede alcanzar los 1.500 kg.

Estas soluciones suponen hacer del almacén no un mero centro para alojar las mercancías, sino un centro logístico integral, lo que se consigue además incorporando la cadena de corte y de preparación de donde el producto sale terminado con un valor añadido de notable interés para el cliente final. Con ello, el productor siderúrgico pretende aclimatarse a las fluctuaciones del mercado con un estocaje bajo mínimos y aumentando los tiempos de respuesta, así como usando, entre otras herramientas, las plataformas de e-business (Steel24-7.com, Buyformetals.com o Ventaacero.com) nacidas para dinamizar las operaciones de comercialización en el tradicional sector de la distribución.