Singapur, el I+D posiciona al país entre los líderes de Asia

05 mar 2003

La ciudad estado asiática ha apostado por el desarrollo de la industria de la propiedad intelectual. Con la presencia de seis mil multinacionales en el país e incentivos y descuentos fiscales para las compañías dedicadas a la innovación, el éxito está casi garantizado.

Singapur es la segunda nación más rentable para los inversores de todo el mundo y planea albergar, en sus 660 km2 de superficie, altos activos en recursos humanos dedicados a la Investigación y el Desarrollo (I+D). “"En menos de dos generaciones, Singapur ha dejado de ser un viejo puerto colonial para destacar como una moderna y eficiente isla estado”", afirma el ministro de Desarrollo Nacional singapurense Mah Bow Tan.

Bow Tan está en lo cierto. Durante las últimas cuatro décadas, Singapur ha logrado increíbles avances económicos. Pasó de un Producto Interior Bruto (PIB) de 2,15 billones de dólares singapurenses (1 S$ = 0,53 euros) en 1960 a 153 billones en 2001. La ciudad estado se erige hoy como un reconocido centro financiero con grandes posibilidades para el inversor y, por si fuera poco, cuenta con el puerto más activo del mundo.

Singapur formó parte de la colonia británica hasta que se independizó en 1957 del seno de la Unión Malaya. Casi una década después, en 1965, se transformó en una república independiente integrante de la Commonwealth británica. Hoy en día, el país es una república parlamentaria y está compuesto por una gran isla, ligada físicamente a Malasia por un viaducto que cruza el estrecho de Johore, y 54 islotes adyacentes.

Sus ciudadanos, unos cuatro millones (6,06/km2), son mayoritariamente descendientes de chinos, malayos e indios y los idiomas oficiales son el inglés, el mandarín y el malayo. La renta per cápita asciende a 26.500 dólares. El último año el país ingresó unos 137.000 millones de dólares gracias a la exportación de productos petrolíferos y equipos informáticos y de telecomunicaciones. Además, gastó unos 127.000 millones de dólares en importaciones. Sus principales socios comerciales son Malasia, Estados Unidos, Japón y China.

Singapur se ha visto altamente posicionado en las principales encuestas del mundo. En una medición de 2002 de la revista The Economist, que comparaba sesenta economías, ha obtenido la calificación de mejor ambiente para los negocios de toda Asia. Además, fue distinguida como la economía más competitiva por el Foro Económico Mundial, que anualmente se reúne en la ciudad suiza de Davos. Sus especialistas remarcaron la gran capacidad de innovación del país, así como su sólida macroeconomía.

The Economist consideró asimismo que la ciudad estado posee una mejor calidad de vida que Londres o Nueva York, teniendo en cuenta la estabilidad política, la libertad personal, la contaminación del aire, la calidad de la medicina, la educación, los restaurantes y los teatros. Otra ventaja competitiva es su ubicación: estar en el corazón de Asia le permite acceder a un mercado de 500 millones de personas.

En lo que respecta a tratados de libre comercio, hay que destacar que el país firmó un acuerdo con Japón en 2001 y otro con Suiza, Islandia, Liechtenstein y Noruega en 2002. También es socio de sus vecinos gracias a la ASEAN (Association of Southeast Asian Nations) en la que participan Brunei, Camboya, Indonesia, Laos, Malasia, Vietnam, Tailandia, Filipinas y Myanmar.

Hace dos años, los responsables de esta asociación se comprometieron con el Gobierno chino a establecer un tratado de libre comercio en menos de una década. Actualmente, el país que nos ocupa también negocia con Estados Unidos, Australia, México y Canadá. De cara al futuro, Singapur intenta perfilarse como una economía que apunta a la innovación y al desarrollo en el marco de una potente industria de la propiedad intelectual.
 

El reto: desarrollar la propiedad intelectual

“"Nuestra intención es que la industria de la propiedad intelectual sea el motor de crecimiento del país, lo que incluye la creación, explotación, protección y adquisición de licencias, auditorías y transferencias de tecnologías",explica Ko Cheng Hwa, director de la Junta de Desarrollo Económico de Singapur.

"Queremos erigirnos como una economía globalizada basada en la alta cualificación de nuestra población que crece gracias a los emprendedores y a la innovación. Esto será un valor añadido para el desarrollo de la industria nacional”", añade.

Al igual que el funcionamiento de sofisticados servicios financieros es fundamental para la economía actual del país, sus dirigentes se plantean que el desarrollo de la propiedad intelectual sea irremplazable en lo que respecta al impulso de un crecimiento basado en la innovación. Consecuentemente, será el capital intelectual la base de ese plan. Los ingenieros y especialistas en patentes y tecnologías se convertirán en recursos humanos muy necesarios.

Con casi seis mil compañías multinacionales localizadas en esta ciudad estado, el Gobierno cuenta con sobradas garantías de éxito. Se espera que muchas de estas empresas decidan invertir sus activos corporativos en investigación y desarrollo (I+D) en el país.

Éste les ofrece diversas ventajas y beneficios, como una infraestructura legal especialmente diseñada para tratar estos temas; una localización muy provechosa en Asía-Pacífico, donde además encontrarán a los mejores socios en lo que se refiere a electrónica, química, biomedicina y tecnologías de todo tipo; incentivos y descuentos impositivos para este tipo de firmas.

Además, también ofrece formación y universidades especializadas en propiedad intelectual (una delegación del reconocido Massachusetts Institute of Technology se instalará en la ciudad estado); y la cofinanciación del Gobierno en muchos proyectos y empresas. En 2001, se destinaron a esta última tarea 7,6 billones de dólares. Es por esas causas que el 20% de las compañías tecnológicas creadas el año pasado son de origen extranjero.

Procter & Gamble, por ejemplo, tiene sus oficinas regionales en Singapur. Esta subsidiaria es la encargada de toda la cadena de servicios relacionados con I+D, que incluyen prestaciones como la creación de nuevos nombres de marcas, logotipos, eslóganes y, por supuesto, la garantía del cumplimiento de los derechos de uso de la propiedad intelectual, como el copyright. La oficina regional de Siemens AG dedicada a la innovación también está situada en ese país.


De acuerdo con el "Informe de la competitividad de los países del mundo 2001-2002", elaborado por el Foro Económico Mundial, Singapur es el segundo país de Asia-Pacífico que mejor protege la propiedad intelectual, después de Australia, y el decimotercero del mundo en lo que respecta a ideas novedosas.

Su relación entre el PIB y el gasto en I+D se duplicó en los últimos diez años, alcanzando un 2%, cantidad similar a la que invierte el Reino Unido en la misma área. Asimismo, su número de científicos e ingenieros por cada diez mil trabajadores es comparable al de Estados Unidos.

Fuente: Johana Kunin
 


Un enclave logístico de primera calidad
 

Casi tres mil firmas, entre nacionales y extranjeras, componen el entramado logístico singapurense. El 9% del PIB nacional se centra en las industrias de logística y transporte, que, además, emplean a 118.000 personas. Estas áreas han reportado unos ingresos de 450 millones de euros en 2001.

La isla se encuentra a un radio máximo de siete horas de vuelo de un mercado con acceso a 500 millones de personas. Unas seis mil empresas multinacionales tienen su sede allí; por lo que constituye un lugar ideal para que se instalen los proveedores de servicios logísticos.

Al mismo tiempo, el aeropuerto de Changi, que conecta Singapur con otras 146 ciudades en 50 países, es el que cuenta con la mayor cantidad de enlaces de toda el área de Asia-Pacífico. En 1998, ganó trece premios como el mejor aeropuerto del mundo.

Además, en el parque logístico perteneciente al aeropuerto existe una zona de libre comercio que permite a las compañías del sector allí instaladas brindar servicios de valor añadido como el control del inventario sin tener que efectuar el pago de impuestos aduaneros.

En tanto, el puerto concentra unas 400 líneas de barcos a más de 700 instalaciones portuarias mundiales y es el mayor enclave del planeta en lo que concierne al trasbordo de contenedores. El año 2000 supuso un movimiento de 17 millones de TEU.

Estas instalaciones han recibido también varios galardones: al mejor operador de terminales de contenedores de Asia —por undécima vez— y al mejor puerto de la región —por decimotercera ocasión— en los premios Asian Freight Industry de 2001. En lo que respecta a tonelaje, en 1999, fue el puerto más activo del mundo.

Por otra parte, en la isla de Jurong se ha desarrollado un polígono logístico para las 55 empresas petroleras y químicas allí presentes, que se perfila como una zona estratégica para el sector en el continente. Los responsables de las instalaciones gestionaron los flujos de 22 millones de toneladas de productos químicos en 2001.


Poco territorio pero muchos planes para maximizar su uso/ Poco territorio pero muchos planes de optimización
 

Con una superficie de tan sólo 660 km2, el Gobierno singapurense ya se ha planteado cómo enfrentar el problema de la insuficiencia territorial. Se prevé que la demanda de suelo seguirá incrementándose mientras la economía continúe creciendo y la población aumentando. Las autoridades aseguran, no muy optimistas, que la superficie nacional puede ampliarse un 15% más, teniendo en cuenta que su espacio costero no está muy alejado del de sus vecinos.

Consecuentemente, la Autoridad de Transporte Terrestre de Singapur ya ha comenzado a implementar diversas medidas para mejorar las carreteras nacionales. Sostiene que autopistas sin atascos, altos estándares de transporte e infraestructuras para mercancías son fundamentales para el crecimiento económico del país y, además, ayudan a que Singapur pueda mantener su posición de enclave competitivo en el mundo.

La pequeña extensión territorial no les permite soñar con grandes expansiones de redes viales. Actualmente un 12% del suelo se dedica a carreteras y un 15% a viviendas. Por eso han concluido que necesitan desarrollar un Sistema de Tráfico Rápido (Rapid Transit System o RTS). Además, se construirán unos 200 km de autopistas en los próximos diez años y se promoverá el ferrocarril como eje del sistema de transporte público.

Para garantizar la fluidez de las vías, la compra de un vehículo debe ser autorizada por el Estado, que controla que el aumento de automóviles se incremente tan sólo un 3% al año. Además, desde 1975 se han establecido peajes en muchas de las autopistas y, a partir de 1998, el sistema electrónico de pago de tasas permite que se descuenten automáticamente de la cuenta del conductor los cada vez más altos gastos ocasionados por el uso de las arterias congestionadas. Singapur ha sido el primer país en implementar tal sistema extensivamente.

Asimismo, se ha logrado coordinar y cambiar, ordenador mediante, las señales de tráfico a voluntad dependiendo de los atascos o incidentes que se monitorizan desde una central. A través de Internet los conductores también pueden saber el estado exacto de las carreteras.

Por otro lado, los planes de edificación de urbanizaciones y carreteras están coordinados de tal forma que minimicen la necesidad de “viajar” para ir a trabajar. De esa forma, se espera reducir los índices de atasco en las vías. Para la ciudad es más prioritario y realista atenuar la necesidad de traslado que aumentar las infraestructuras de transporte.