Innovar tiene premio

27 mar 2014

España mejora en I+D. Pero los 13.600 millones de euros que dedica a esta actividad, según los últimos datos disponibles, no son aún suficientes. En este panorama, algunas empresas consiguen destacar y lograr premios tan prestigiosos como los de ENISA o el Príncipe Felipe de Excelencia Empresarial. Son, sin duda, un espejo de innovación donde mirarse.

Actualmente, nos encontramos ante un nuevo entorno empresarial más competitivo caracterizado por la globalización de los mercados, una mayor complejidad de los problemas empresariales y una creciente aceleración del cambio, que refuerza la necesidad de flexibilidad y diferenciación. En consecuencia, las fuentes tradicionales de ventaja competitiva como los mercados protegidos, los activos físicos, financieros e incluso la tecnología han pasado a un segundo plano en favor del conocimiento, pues tienden a estar, cada vez más, a disposición de todo el mundo y en igualdad de condiciones.

La supervivencia y la obtención de ventajas en este nuevo entorno requieren que las empresas sean capaces de innovar y asimilar nuevos conocimientos que les permitan hacer las cosas de forma diferente. A nivel teórico, son numerosos los autores que consideran el aprendizaje organizativo como un proceso duradero y lo vinculan a la adquisición del conocimiento.

En el último informe de Instituto Nacional de Estadística (INE), publicado en diciembre de 2006, vio la luz una encuesta sobre innovación tecnológica en las empresas como estudio integrado en los planes de estadística de la Unión Europea.

Se trata de un trabajo que recoge una muestra de más de 37.700 empresas de diez o más asalariados del sector industrial, de la construcción y de servicios, donde se pone de manifiesto el estado del mercado empresarial de nuestro país. En él se señala que el gasto en innovación tecnológica de las firmas españolas creció un 9,2% en 2005, hasta alcanzar los 13.636 millones de euros, y aparece otro dato aún más reseñable: el 27% de las sociedades españolas fueron innovadoras de producto o proceso en el periodo 2003-2005, porcentaje que se eleva al 28,2% si adicionalmente se consideran las compañías con innovaciones en curso o no exitosas.

Gasto en innovación

Por comunidades autónomas, Madrid (27,9%), Cataluña (25,6%) y el País Vasco (9,9%) fueron las regiones con mayor gasto en innovación. Y Baleares (126,4%), Canarias (46,3%) y La Rioja (33,7%), las que mayor crecimiento presentan con respecto al año anterior. El gasto de inversión rozó, en 2005, el 1,7% de la cifra de negocio de las empresas con actividades para la innovación.

Entre las iniciativas innovadoras destacaron las de I+D, interna o externa (que representaron el 56,2% del total de gasto en actividades para la innovación) y la adquisición de maquinaria y equipo para innovar (30,4%). Por sectores de actividad, las empresas de fabricación de vehículos de motor representaron el mayor porcentaje del total del esfuerzo económico en innovación (con un 12,4%), seguidas por las compañías químicas (farmacéuticas y productos químicos) con un 9,7%.

Por otra parte, el sector servicios significó el 40,8% del total del gasto en innovación. También se observa que, en el caso del ámbito industrial, un 71,8% de las empresas de construcción aeronáutica y espacial y un 70,8% de las de aparatos de radio, TV y comunicación fueron innovadoras. A nivel internacional, la competitividad de los países desarrollados no puede ya estructurarse en torno a una competencia en precios basada en bajos costes y salarios.

De esta forma, en naciones como España, el excelente crecimiento económico de la segunda mitad del siglo pasado, que se produjo gracias a la utilización de estas estrategias competitivas, ha elevado el nivel de vida hasta cotas cercanas a las de los países líderes de la UE, pero que son incompatibles con los precios y costes laborales que ofrecen actualmente ciertos enclaves de Europa del Este, Asia, China, India, etc.

Vías y estrategias

Por tanto, los países desarrollados con el fin de mantener o incrementar su competitividad y su crecimiento económico deben recurrir a otras vías y estrategias. En este sentido, existen numerosos modelos de competitividad y crecimien to económico; siendo los que disfrutan de una mayor aceptación aquellos que reconocen el papel crucial de la innovación.

Esta situación también se ve reflejada en la estructura de los indicadores de competitividad que se utilizan a nivel internacional; por ejemplo, el 50% del valor del Growth Competitiveness Index –elaborado por el World Economic Forum (WEF) anualmente y cuya acepción en español sería índice de crecimiento de la competitividad– se explica a través de indicadores relacionados con la innovación y la tecnología.

Las patentes solicitadas no es un indicador absoluto de resultados de la innovación sino un baremo de la innovación de productos. Sin embargo, su estudio es muy útil como primer acercamiento al análisis del proceso de innovación y de cara a conocer el nivel de dependencia de un país con respecto a las patentes exteriores que tienen efectos sobre el mismo.

España mantiene un bajo nivel de solicitudes de patente y, lo que es más preocupante, ha experimentado una evolución insuficiente a lo largo de la última década con una tasa de variación media anual del 6%. Aun así, ocupamos el sexto puesto dentro de la Unión Europea todavía a bastante distancia de los líderes (Alemania, Reino Unido y Francia).

El empuje de Enisa

Ya en nuestras fronteras, contamos con la Empresa Nacional de Innovación, S.A. (ENISA), que es una compañía de capital público adscrita al Ministerio de Industria, Turismo y Comercio, a través de la Dirección General de Política de la Pequeña y Mediana Empresa. ENISA fue constituida en 1982 y desde entonces ha venido de sarrollando su actividad en el campo de las inversiones financieras, fundamentalmente en proyectos que se encuentran en las etapas de nacimiento y crecimiento de las empresas.

En esta misma línea, se organizó la reciente convocatoria de ENISA, con motivo del 25 aniversario de su creación, y que reunió hasta 219 candidaturas empresariales con innovadoras iniciativas que correspondieron a cinco ámbitos tecnológicos especializados: Ciencias de la vida; Energía y medio ambiente; Tecnología industrial y de los materiales; Tecnologías de la información y de las comunicaciones; y Tecnología en medios de transporte, quedando, sin embargo, este último ámbito desierto.

Las empresas galardonadas, por categorías, fueron las siguientes: Ciencias de la vida: Proteomika, de Derio (Vizcaya), por la identificación de biomarcadores para diagnóstico clínico. Crystax Pharmaceuticals, de Barcelona, cuya plataforma tecnológica permite obtener proteínas anticancerígenas. Energía y medio ambiente: Iden Carbohydrate Biotechnology, de Pamplona, por el descubrimiento de nuevos mecanismos de producción de plantas con alto contenido de almidón.

Tecnología industrial y de los materiales: Nanogap Sub-NM-Powder, de Santiago de Compostela (La Coruña), que desarrolla agrupaciones de partículas de tamaño atómico. Neoker, de Milladoiro-Ames, La Coruña, por su tecnología de producción de fibras monocristalinas de alúmina. Tecnologías de la información y las comunicaciones: Baolab Microsystems, de Terrasa (Barcelona), por el desarrollo de microrrelés electrostáticos de baja tensión de activación. Iber Wifi Exchange, de Sevilla, por su centro de gestión de roaming para redes Wi-Fi y móviles.

Hasta 8.000 euros

La dotación económica conjunta que han recibido asciende a un millón de euros pero, además, cada una de las empresas premiadas tendrá la posibilidad de obtener financiación adicional en condiciones ventajosas, por un importe individual de hasta 800.000 euros para inversiones en I +D. El esfuerzo de desarrollo que todo esto significa pone de manifiesto la capacidad generadora de nuevos proyectos en el tejido emprendedor español y la proyección para el mercado que supone la creación de nuevas empresas y puestos de trabajo que tengan un elevado contenido tecnológico.

 

La I+D en siete pasos

Las actividades para la innovación tecnológica constituyen el conjunto de disciplinas que conducen al desarrollo o introducción de innovaciones tecnológicas. Incluyen los siguientes siete ámbitos:

• Investigación científica y desarrollo tecnológico (I+D interna).

• Adquisición de I+D(I+D externa).

• Compra de maquinaria, equipos y software.

• Adquisición de otros conocimientos externos. • Formación. • Introducción de innovaciones en el mercado.

• Otros preparativos para producción y/o distribución.

 

Nuevos procesos

Las innovaciones tecnológicas comprenden los productos ( tanto bienes como servicios) y procesos tecnológicamente nuevos así como las mejoras técnicas significativas de los mismos. Una innovación se considera como tal cuando se ha introducido en el mercado (innovaciones de productos) o se ha utilizado en el proceso de producción de bienes o de prestación de servicios (innovaciones de proceso). En ellas intervienen toda clase de actividades científicas, tecnoló- gicas, organizativas, financieras y comerciales.