Virutas de reciclaje

27 mar 2014

La biomasa ha sido la fuente de energía más importante desde el descubrimiento del fuego hasta la revolución industrial. En los últimos años ha vuelto a suscitar gran interés por la obligación de reducir costes de producción en la industria de transformación de la madera, pero también por una mayor conciencia medioambiental de la sociedad y la necesidad de más diversificación energética”, se puede leer en el informe La biomasa forestal en Galicia elaborado por el Centro de Innovación y Servicios Tecnológicos de la Madera de Galicia.

Una de las maneras que existen de obtener biomasa es mediante el proceso de recuperación de la madera. Esta práctica surge de la necesidad de sacar partido de los desechos que se generan fundamentalmente en la industria maderera y del mueble.

 

Reciclar paso a paso

Pero ¿cómo se recicla? En primer lugar, en la instalación donde se producen los desechos ha de adecuarse un lugar de almacenamiento aposta. Éste puede ser un contenedor o un silo (para el caso del serrín y las virutas). Asimismo, otro paso es el de determinar un centro logístico de recogida destinado a pequeños productores, como sucede en los puntos limpios de los municipios o de los polígonos industriales.

Una vez lleno el dispositivo de acopio, el recuperador de madera lo transporta a la planta de tratamiento. Allí, el residuo es sometido a procesos de clasificación, limpieza, trituración y almacenamiento. El producto obtenido es una astilla de madera, de aproximadamente 5 cm. La demanda de este tipo de astillas es absorbida por diversos sectores.

El principal destino es la fabricación de tableros de partículas. La producción de abonos a partir de residuos de madera y la viruta para hacer camas de ganado son otras opciones para el uso de este material recuperado. Otra posibilidad a medida es su empleo como biomasa con el fin de obtener energía eléctrica y térmica.

 

Madera recuperada

El Parque Científico-Tecnológico del Aceite y del Olivar, Geolit, situado en la localidad jienense de Mengíbar, cubrirá sus necesidades de energía térmica durante todo el año, tanto de frío como de calor, con biomasa como combustible. Astillas del olivar, residuos forestales y agrícolas y cultivos energéticos alimentarán la central termo frigorífica.

La Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa, a través de la Agencia Andaluza de la Energía, apoyará este proyecto con 2,29 millones de euros. Esta instalación, que se pondrá en marcha antes de finales de 2007, es la primera de España que producirá frío y calor a partir de biomasa.

Necesitará un suministro de más de 800 t al año y, en consecuencia, implicará el desarrollo de nuevas iniciativas económicas en la zona para satisfacer esta demanda de combustible. “El uso de este tipo de biomasa es frecuente en España dado que somos el primer productor de aceite de oliva y, por tanto, el primer generador de biomasa procedente de residuos del olivar y de las almazaras”, explican en el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE).

Por su parte, la Asociación Española de Recuperadores de Madera (ASERMA) firmó a finales de 2002 un convenio con la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) para gestionar los residuos de madera que se generan en los municipios a través de los puntos limpios y vertederos y, a mediados de 2003, otro con la Asociación Española de Empresarios de Demolición (AEDED) para tratar los residuos de madera que se produzcan en las obras de derribo.

 

Aplicaciones térmicas

Tal como se analizó en la jornada “Logística, preparación y suministro de biomasa para usos energéticos”, organizada por ASERMA, las centrales térmicas españolas están evaluando la posibilidad de sustituir parte de su combustible fósil por residuos renovables para reducir sus emisiones de CO2.

Antonio García Martínez, perteneciente a la dirección de ingeniería e I+D de Endesa, afirma: “Todas nuestras centrales son susceptibles de usar biomasa siempre que dispongan de suministro de materia prima en su zona”. Esta posibilidad –prevista en el Plan de Energías Renovables (PER) 2005- 2010 – se denomina “co-combustión” y consiste en reemplazar parte de los combustibles fósiles que se queman normalmente en la caldera de una central térmica (por ejemplo, el carbón) por residuos agrícolas, forestales o industriales como paja, restos de madera o serrín.

Según los expertos del IDAE, cuando se habla de las aplicaciones térmicas de la biomasa “los números suelen salir bien”, ya que los precios son competitivos frente a los que tienen los combustibles fósiles para las mismas aplicaciones.

Por ello, aunque los gastos de inversión de las instalaciones sean superiores a los correspondientes a energías fósiles, éstos se compensan con la reducción de los costes de combustible, más aún si se considera que existen ayudas para la instalación de calderas en el sector doméstico dentro de muchas comunidades autónomas.

En cambio, cuando se trata de aplicaciones eléctricas, tanto los gastos de inversión como los del combustible hacen que éstas no sean competitivas frente a la generación eléctrica a partir de algunos combustibles fósiles. Por ello, y teniendo en cuenta los beneficios medioambientales de su utilización, existen unos incentivos para la generación eléctrica con biomasa. “Pero éstos no son suficientes para promover todos los tipos de biomasa existentes”, precisan desde el IDAE.

 

Primas insuficientes

Roberto de Antonio García, miembro de Factor Verde, una de las principales empresas españolas de logística y aprovisionamiento de biomasa, está de acuerdo con el anterior análisis:

Las primas son totalmente insuficientes al no internacionalizar todos los ahorros que este tipo de energía implica, lo que en consecuencia ha provocado que estemos muy por debajo de los objetivos de producción de energía que el propio Gobierno había establecido en su plan de energías renovables. Actualmente se están revisando esas primas y todo el sector se encuentra a la expectativa”, comenta García.

Sin embargo, José Bonmatí Durà, responsable de la Comisión de Energía de ASERMA, hace una aseveración: “No estoy de acuerdo en pagar una prima a favor de las renovables en el recibo de la luz para que luego se traiga la biomasa de Brasil; las ayudas deberían estar sujetas a la trazabilidad de los materiales”, concluye.

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Residuos que produce la madera

Recortes: es el residuo más frecuente. Se trata de trozos de madera de forma variada y de dimensiones que van desde varios centímetros a más de un metro. Se generan fundamentalmente en las empresas relacionadas con el sector de la madera y el mueble. Serrín y viruta: el serrín es madera en polvo creada en los procesos de transformación y de corte. La viruta tiene un tamaño algo mayor.

Paletas: la paleta de madera es una plataforma horizontal que se emplea como base para el transporte de mercancía, y que, con un uso frecuente, tiene un periodo de vida concreto. Envases de madera: pueden ser de pequeño tamaño (cajas de fruta) o de gran tamaño (transporte de piezas de maquinaria). Los mercados de alimentación son puntos importantes de generación de pequeñas cajas como residuo.

Muebles y puertas: son en general residuos voluminosos y pesados. Los generan los propios ciudadanos al deshacerse de su mobiliario.

Restos de construcción y derribo: en construcción se utiliza madera para encofrado, vigas-soporte, puertas y ventanas, etc. Tras su uso, son desechadas.

Restos de poda: con las tareas de mantenimiento y cuidado de los árboles, tanto en el monte como en los núcleos urbanos, se generan residuos de madera en forma de ramas.

Bobinas: las grandes canalizaciones de material flexible (cables, mangueras, etc.) son enrolladas en bobinas de madera que pasan a ser un residuo una vez utilizadas.

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¿Qué hacer cuando se generan desechos de madera?

1. Concienciarse de la necesidad de gestionarlos.

2. Contactar con un gestor autorizado.

3. Informar a los trabajadores sobre la importancia de su colaboración.

4. Adecuar la zona de almacenamiento.

5. Separar y almacenar selectivamente los residuos.

6. Llamar al gestor cada vez que haya suficiente cantidad almacenada.

 

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El norte encabeza la explotación forestal

Suecia y Finlandia son los dos países europeos en los que se producen los avances más destacados en tecnología aplicada a la explotación forestal, como consecuencia de la intensa búsqueda de una mayor rentabilidad para las empresas del sector y un mejor aprovechamiento del árbol.

Sus centros tecnológicos –VTT y SkogForsk– y firmas privadas especialistas en la fabricación de maquinaria forestal, por ejemplo, Timberjack, con sus respectivas filiales dedicadas exclusivamente a I+D –tal es el caso de Plustech– son los verdaderos artífices de este gran avance, que favorece la competitividad de las industrias madereras nórdicas.

Los residuos son utilizados en fabricación de tableros y como combustible. El desecho en forma de ramas, hojas y raberones se usa en una buena parte en centrales de cogeneración.

 

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Diferentes tipos de biomasa

Respecto a las posibles fuentes de aprovechamiento de la biomasa, hay tres grandes grupos:

Biomasa natural: se produce en la naturaleza sin la intervención humana. Este tipo de biomasa no es la más adecuada para su aprovechamiento masivo ya que podría originar una rápida degradación de los ecosistemas naturales, además del desequilibrio económico que ocasionaría en la cadena de usos tradicionales de la madera.

Biomasa residual: es la generada en cualquier tipo de actividad humana relacionada con los procesos productivos de los sectores agrícola, forestal o ganadero, así como la producida en los núcleos urbanos. La utilización de este tipo de biomasa aporta, en principio, perspectivas atractivas tanto por el respeto al medio ambiente que ofrece como por el aprovechamiento de una parte para crear nuevos productos.

Biomasa producida: es la cultivada con el objetivo de fabricar combustible, en vez de producir alimentos. Es el caso de la caña de azúcar en Brasil, orientada a la elaboración de etanol para carburante.