La luz ilumina el almacén

01 sep 2008

De una buena iluminación con la que se busque la eficiencia y, sobre todo, el ahorro energético, al mismo tiempo que se respeta el medio ambiente, resulta básico en un entorno empresarial como el actual: altamente competitivo en productividad y control de costes.

Estas razones tienen suficiente peso como para que las empresas quieran instalar lámparas que consuman la menor energía posible y que les ofrezcan un ahorro económico considerable. Osram, por ejemplo, ha desarrollado unas lámparas halógenas que, en contraste con las halógenas normales,son capaces de economizar hasta un 30% de energía aportando una mayor eficacia lumínica.

Asimismo Philips comercializa las luminarias EFix, que persiguen el mismo objetivo en oficinas y edificios.Esta orientación a la eficiencia ha llegado también a la industria y a los almacenes, puesto que elegir una iluminación adecuada gastando la mínima cantidad posible de energía repercute en el rendimiento de los empleados y en los costes operativos.Y, por consiguiente, en el ejercicio económico de la compañía.

Lo primero que se tiene en cuenta es la actividad que los trabajadores van a llevar a cabo, ya que ese es uno de los factores que determina la cantidad, la disposición de la luz o el tipo de luminaria que se deberá usar. Por ejemplo, no es lo mismo alumbrar una fábrica donde se manipulan alimentos que otra en la que se efectúan tareas de calidad. Aunque en ambas se exige una excelente reproducción cromática para detectar matices e impurezas, en la primera se requiere, además, que las lámparas allí emplazadas cuenten con una funda de protección que salvaguarde los alimentos de cristales rotos o de otras sustancias que puedan contaminarlos.

El segundo aspecto que se ha de considerar son las características que posea la nave: el color de las paredes, el suelo, el techo, si existen aperturas que facilitan la entrada de luz solar, las dimensiones, etc. Sopesando todos estos factores se elabora un estudio lumínico en el que se tiende a homogeneizar la luz que se utilizará. Es decir,si en todas las zonas tiene lugar una actividad, se tratará de instalar una luminaria semejante en cada una de estas áreas para que su mantenimiento sea el mismo y, por lo tanto, se pueda ahorrar en costes.

El paso siguiente es que los ingenieros de luminotecnia creen un proyecto básico en el que se definan las luminarias que se van a emplear y dónde se ubicarán en función de los anteriores parámetros. Finalmente, se diseña un plano de ejecución, que es el que se entrega a los instaladores eléctricos para que lleven a la práctica las decisiones tomadas.

 

Campanas y regletas

En las naves se usan normalmente campanas industriales y regletas fluorescentes por su grado de protección y rendimiento lumínico. “Como la altura de las naves suele ser elevada,por ejemplo, de seis o nueve metros,la potencia que se ha de aplicar en ellas también ha de ser alta, dependiendo del emplazamiento de las mismas”,explica Pedro González, jefe del departamento lumínico y de promoción de la empresa fabricante Secom Iluminación.

Pero siempre sin perder de vista las características de la propia instalación así como la actividad laboral que allí se realizará”, matiza Pedro González. En el momento de elegir cuál de estos dos sistemas se puede instalar hay que saber que “las campanas tienen un reducido tamaño respectoa su alta emisión, pudiéndose colocar más separadas que las regletas,que han de disponerse más próximas las unas a las otras para evitar la pérdida de luz”, puntualiza Miquel Fábregas, responsable de proyectos de la compañía Lamp Lighting.

Esta firma productora de aparatos de iluminación técnica cuenta con el modelo de campanas Hangar indicadas para el ámbito industrial; el mismo entorno para el que están diseñadas las luminarias de suspensión de Secom Iluminación.

 

Cortes de luz

Todos estos sistemas de alumbrado son lámparas de descarga que, en el momento de su encendido, no obtienen su plena potencia, sino que tardan en alcanzar el máximo rendimiento,aproximadamente, entre cinco y siete minutos. Uno de los grandes problemas que presentan es que si se produce una falta de suministro de energía en la instalación, las lámparas también se apagarán, por lo que volverán a invertir un tiempo en lograr su cenit lumínico, una vez se haya restablecido la energía.

Hasta entonces, esto supone una pérdida de dinero, tiempo y producción para la empresa. “Con el fin de evitarlo se incorpora una segunda lámpara auxiliar de encendido automático que se activa en el momento en el que se recupera el servicio eléctrico. Esta se mantiene en funcionamiento hasta que la principal haya alcanzado la potencia que necesita para obtener su máximo rendimiento lumínico. Justo en ese instante, la de refuerzo se apaga”, describe Pedro González.

Por ejemplo, Secom Iluminación incluye este sistema en sus campanas industriales Konic, en concreto el KLA (Kit deLámpara Auxiliar). Igualmente, para ahorrar dinero se pueden colocar temporizadores que enciendan las luminarias cuando la escasez de luz natural impida desarrollar las tareas en el interior de las fábricas y las naves.

Pero dentro de estas últimas se pueden producir repentinos cambios de luz, que repercutan sobre los operarios. Al pasar de un entorno a otro, los ojos de los trabajadores se han de adaptar a las características del espacio, y si estas son muy variables pueden ocasionarles fatiga visual. Un buen remedio son las luminarias de Osram Lumilux Skywhite con color de luz 880, cuyas prestaciones solventan este problema.

 

Automáticos a oscuras

Aparte de estas cuestiones, en los almacenes hay un componente añadido: las sombras. Dado que la fuente principal de alumbrado es vertical y de ella emana la luz, a medida que se va acercando al suelo pierde intensidad;a la vez que va topando por el camino con estructuras y cargas que impiden que fluya de forma correcta. Es así como se crean sombras, que constituyen el principal inconveniente de los almacenes.

Las zonas oscuras se acentúan más en los almacenes automáticos, tanto en los pequeños, para cajas, como en los de paletas. Al funcionar por sí solos se prescinde de la iluminación, ya que no precisan intervención humana, excepto cuando se produce una avería y en las labores de manutención.

Otra salvedad se refiere a algunos transelevadores, que incorporan un foco que alumbra los espacios donde se guardan las mercancías.Con respecto a los almacenes de dimensiones superiores como, por ejemplo, de 30 m de altura, el tamaño determina que, en caso de que se pusieran lámparas, la luz no llegaría hasta las zonas inferiores.

Solamente se alumbraría el primer nivel. No obstante, hay zonas que sí que se prestan a ser iluminadas. Por ejemplo, en los pasillos de los transelevadores se puede disponer una línea de pantallas fluorescentes para quelos operarios caminen con seguridad.En este caso, Mecalux recomienda que las luminarias se localicen por debajo del primer nivel de carga de las estanterías para que los trabajadores vean la zona de paso.También se ubican pantallas fluorescentes en las propias cabeceras del almacén donde se efectúan las operaciones de picking o se extrae el contenido de las cajas.

 

Tareas manuales

En cambio, en las instalaciones con estanterías de picking, donde los empleados necesitan luz para llevar a cabo su tarea, los condicionantes cambian al tener que situar la iluminación por encima de los pasillos con el fin de que se refleje luz suficiente sobre las zonas de trabajo. El sistema que se instale debe evitar producir deslumbramientos, ya que en muchas ocasiones los operarios han de mirar hacia arriba para confeccionar los pedidos, almacenar los materiales,etc.

En alturas de cinco metros o más, se recomienda el uso de luminarias con reflector faceteado antideslumbramientos, equipadas con lámparas fluorescentes compactas, como, por ejemplo, Osram Dulux Ho, o lámparas de descarga de alta presión Powerstar HQI de Osram. En aquellas zonas de riesgo o donde se procede al etiquetado y al picking, se necesita un flujo luminoso mayor que garantice a los trabajadores una perfecta y clara visión de los productos y que, a la vez, ofrezca seguridad mientras desempeñan su labor.

Una manera de lograr más alumbrado es situar las campanas de una forma más seguida y continua o bien colocarlas a menor altura, pero siempre evitando las sombras”, precisa Pedro González, de Secom Iluminación. Si bien, a la hora de disponerl as luces, éstas se han de distribuirl o más homogéneamente posible, evitando las sombras en el nivel del plano de trabajo, es decir, a 0,85 m del suelo.

En almacenes donde la altura de lainstalación suele ser reducida, la mejor opción son los fluorescentes, en concreto pantallas estancas con el mismo grado de protección contra el polvo y el agua, IP 65. Se ubican en el centro de los pasillos como iluminación de paso y alumbran con un efecto bañador hacia las estanterías,es decir, de forma homogénea.

De acuerdo con el Real Decreto 486/1997 de Lugares de Trabajo, los pasillos de circulación (que se usen como tales) en los que no se requiera atención ninguna para la lectura tendrán una iluminación mínima de 50 lux, mientras que en aquellos en los que se necesite leer texto de algún tipo el nivel base será de 100 lux.Estos índices de iluminación serán superiores, dependiendo de la atención requerida para una correcta percepción visual.

 

Estanterías alumbradas

También se ha de facilitar un trabajo efectivo para poder identificar los embalajes, los códigos de barras o las cargas que reposan en las estanterías.Dada su importancia en el funcionamiento del almacén, han de contar con un buen sistema de alumbrado que cree ese efecto bañador, desde el suelo hasta el techo.

Por ejemplo, las bandas luminosas de ángulo reducido con lámparas fluorescentes Lumilux T5 conectadas a Ece Quictronic Intelligent de Osram alumbran las estructuras, a la vez que resisten encendidos y apagados frecuentes.En las vigas transversales resulta posible instalar una iluminación adicional con lámparas fluorescentes que proporcionen luz en todas las filas de las estanterías, incluido el fondo.

Otro alumbrado auxiliar se conseguiría con el empleo de lámparas LED encima de las baldas de las estanterías con el fin de minimizar los errores en el trabajo. De esta forma, se perciben con exactitud los números de los códigos de barras.En definitiva, la iluminación en el almacén es fruto de un estudio completo en el que se toma en consideración la actividad, la naturaleza de la instalación, sus dimensiones, las zonas donde se desempeña la labor y las estructuras, sin olvidar aquellas áreas de sombras que puedan surgir.

 

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FORD ENCIENDE LAS LUCES

La empresa Ford Motor tiene un centro de distribución en Daventry (Reino Unido). Esta instalación se compone de cuatro almacenes comunicados entre sí, sobre una extensión aproximada de 140.000 m2, en los que existen zonas diáfanas para clasificar y embalar, así como estanterías y muelles de carga de camiones.

Hasta entonces el sistema de alumbrado que se utilizaba alcanzaba de media 150 lux, lo cual, resultaba ineficiente. Así que la empresa recurrió a la compañía Philips Lighting para modificar la iluminación, pero, a cambio, puso una condición: el consumo energético por luminaria no debía superar los 133 W.

Iluminación vertical Philips reemplazó las luminarias ya existentes por regletas HF dobles T8 (26 mm) de 70 W, equipadas con reflectores especulares para estantes de gran altura. Estas se instalaron en los carriles que existían a una altura de 7,2 m,pero en perpendicular, y empleando un soporte de fijación diseñado para ello. De este modo, se optimizaba el alumbrado del plano vertical de los frontales y se incrementaban los niveles medios de iluminancia entre lineales hasta los 200 lux, además de reducirlos costes operativos y de mantenimiento.

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ILUNINAR LA CONSTRUCCIÓN

A diferencia de otros sectores en los que el diseño de las lámparas y las luminarias es importante, en el ámbito industrial éste pasa a un segundo plano en detrimento de la eficiencia energética. “El futuro irá ligado a ello. Por esta razón, se está buscando que entre más luz solar y se aprovechen mejor los recursos, lo cual supone que también las naves industriales se adapten a esta situación”, describe Pedro González, jefe del departamento lumínico y de promoción de Secom Iluminación.

Esta tendencia se plasma plenamente en el Código Técnico de la Edificación (CTE), marco normativo que establece las exigencias básicas de calidad, seguridad y habitabilidad de los edificios y sus instalaciones. Aprobado el 17 de marzo de 2006, regula la construcción de todas las edificaciones nuevas y la rehabilitación de las existentes.

 

Control y eficacia

El CTE introduce la obligación de incorporar sistemas de control de alumbrado con el propósito de ajustar el encendido a la ocupación real de la zona, más allá de aquellos relativos al encendido y apagado en cuadros eléctricos, incluyéndose asimismo los temporizadores y detectores de presencia.

También obliga a establecer sistemas de alumbrado para optimizar el aprovechamiento de la luz natural, regulando el nivel de iluminación en función del aporte de este tipo de luz. “Se colocarán en la primera línea paralela de luminarias que estén situadas a una distancia inferior a tres metros de la ventana, y en todas las ubicadas bajo un lucernario”,se puede leer en el Código Técnico. Igualmente, el CTE limita las instalaciones en función de su eficiencia energética.

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LUZ A BAJAS TEMPERATURAS

Algunos almacenes son neveras en las que los alimentos y los productos que allí se guardan soportan muy bajas temperaturas. En consecuencia, todo lo que se instale en su interior (equipos, luz, cables…) ha de tener una capacidad elevada para resistir la temperatura que se pueda alcanzar.

Ocurre lo mismo con el alumbrado que se establezca.Usar luminarias adecuadas y con un nivel de protección apto para las frías temperaturas puede impedir acortar la vida útil de tubos y balastos, prevenir una baja eficiencia de las lámparas e incluso evitar las dificultades de encendido.

También es esencial tener en cuenta dónde se van a colocar las luminarias en las cámaras frigoríficas, ya que si se ubican cerca de las áreas de difusión de aire, las temperaturas que se experimentan en esta zona son mucho más bajas y, en consecuencia, el funcionamiento del sistema de iluminación podría verse afectado.

 

Philips y Aura Light

Como solución en las cámaras frigoríficas, la compañía Philips incorpora una familia de luminarias llamadas Master TL-D XtraPolar indicadas para trabajar en el interior de las cámaras frigoríficas a -10 ºC. Permiten ahorrar más del 70% de energía y reducir los costes de mantenimiento, ya que su vida es larga.

Por su parte, Aura Light, firma que fabrica soluciones de iluminación, dispone del modelo Aura Thermo Long Life, que está específicamente diseñado para estos entornos. Se trata de una lámpara fluorescente Long Life envuelta en un tubo de vidrio exterior, el cual proporciona un aislamiento térmico que crea un rendimiento lumínico excelente a bajas temperaturas.

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EL BUEN PAPEL DE LA PLANTA

En más de una ocasión, el verdadero tesoro que esconden con celo las estanterías de los almacenes es la documentación (ya sea de organismos públicos o empresas privadas) que se guarda en el interior de las cajas. En consecuencia, dada su inflamabilidad, tanto del continente como del contenido, se han de adoptar notables medidas de seguridad para que no se quemen fácilmente, como, por ejemplo, contar con un buen sistema antiincendios y con cajas resistentes a la humedad para salvaguardar el material que custodian.

Además de estos aspectos, también se ha de valorar mucho la iluminación, ya que si se elige una luz fija que esté encendida durante todo el tiempo se corre el grave peligro de que los documentos se calienten y ello pueda provocar un incendio.

 

Temporizadores

Por esta razón, en aquellos almacenes donde se aloja esta clase de material se instala un temporizador en cada pasillo, excepto en el central, que suele estar casi siempre iluminado. De este modo, los operarios cuando se adentran en busca de documentos sólo tienen que pulsar el mecanismo y efectuar su búsqueda durante un determinado intervalo de tiempo, hasta que la luz se apaga automáticamente.

Este mecanismo está programado para que el trabajador tenga margen suficiente para coger el documento y salir de la instalación. Igualmente se recurre a los sensores inteligentes, que se encienden cuando detectan los movimientos de los empleados. Así, se consigue un ahorro energético y mayor eficacia.