Congelados de Navarra. Frigorífico autoportante para 9.000 paletas

28 mar 2014

Congelados de Navarra, empresa dedicada al procesamiento de verduras congeladas, ha duplicado su capacidad de almacenaje bajo cero con la construcción de un almacén automático autoportante de 33 m de altura y capacidad para cerca de 9.000 paletas. Con esta nueva instalación, ya no es necesario tener carretilleros trabajando en condiciones de frío extremo (-20ºC), de modo que se evita la manipulación de mercancías; mejora el orden y se minimiza la rotura de paletas.

En la localidad de Arguedas (Navarra), en plena vega del río Ebro, Congelados de Navarra ha construido una almacén automático de grandes dimensiones (70 m de longitud, 30 m de anchura y 33 m de altura) que trabaja a temperaturas inferiores a -20ºC. Gracias a esta cámara frigorífica, que cuenta con cuatro pasillos de estanterías atendidos por sendos robots transelevadores, la empresa ha logrado casi duplicar su capacidad de almacenaje para mercancía paletizada, así como mejorar los procesos internos y ganar rapidez en la preparación de los pedidos.

Congelados de Navarra, que tiene tan sólo cinco años de vida, se vio en la necesidad de aumentar la superficie de almacenaje debido a la impresionante evolución que está experimentando su volumen de negocio: pasó de producir 4.320 toneladas de verduras en 1999 (con una facturación de tres millones de euros), a las 35.000 toneladas de 2002 (con unas ventas de 27 millones de euros). Así, el nuevo almacén viene a completar las instalaciones de frío artificial de la compañía, que cuenta con otras dos cámaras para la conservación de alimentos: una con estanterías de paletización compacta, donde la mercancía se mueve con la ayuda de carretillas retráctiles, y una segunda cámara automatizada, que dispone de un transelevador y un carro satélite para transportar la carga.

La nueva cámara automática no sólo complementa la ya existente, sino que permite mayores prestaciones. En esta sentido, Cristina Figueroa, adjunta a la dirección de Congelados de Navarra, afirma que “con la cámara número tres podemos cargar un camión con 33 paletas en aproximadamente una hora y seguir haciendo a la vez otros movimientos, algo que no nos permite la cámara dos”. Entre las ventajas que el nuevo almacén aporta a la operativa de la empresa, Figueroa también destaca “la disminución de los tiempos de espera para cargar las expediciones y el aumento del número de ciclos por hora de la instalación, que se traduce en menor tiempo de espera del producto antes de entrar en cámara y en mayor agilidad en el tráfico de mercancías por la planta.

Sobre los motivos que han llevado a esta empresa de la ribera de Navarra a apostar de nuevo por un sistema automático para equipar sus almacenes de producto, Figueroa asegura que “consideramos que es la forma óptima de almacenaje, porque se elimina el personal que tiene que trabajar en condiciones de frío (conductores de retráctiles) y se evita la manipulación de mercancías por personas dentro de las cámaras, con todo lo que ello conlleva: mayor orden (en cada ubicación está la mercancía que dice el programa de gestión), minimización de rotura de paletas, etc.”. “Además –concluye Figueroa–, en condiciones normales nos es posible asegurar un número “x” de ciclos por minuto, algo que no puedes hacer con un carretillero”.

Mayor altura sin obra civil

El nuevo silo tiene una estructura autoportante, lo que significa que está concebido para que las estanterías formen un grupo compacto junto con las cubiertas y los laterales del propio almacén, evitando de este modo la obra civil. Este tipo de edificación es la que permite una mayor altura para el almacenaje, puesto que la única limitación son las normas locales o el alcance de los medios de manipulación que se utilicen. En esta obra de ingeniería, las estanterías soportan la carga de las mercancías y de los diversos elementos de la construcción, así como los empujes de los medios de manipulación y los agentes externos: fuerza del viento, movimientos sísmicos o sobrecargas de peso como las que puede provocar la nieve. En definitiva, se evitan pérdidas de espacio, puesto que el almacén se proyecta para ajustarse a las medidas necesarias.

El almacén de Congelados de Navarra está formado por cuatro pasillos de estanterías y otros tantos transelevadores. La capacidad total de la instalación es de 8.944 paletas, con un peso máximo de 1.000 kg por unidad. Todas las referencias se almacenan por igual en los cuatro pasillos, para evitar que una avería en un robot impida sacar o meter cualquier mercancía. El silo trabaja con 1.000 referencias distintas, cuya rotación fluctúa entre un día y un año, dependiendo del producto.

Por medio de la periferia, formada principalmente por caminos de rodillos automáticos, se recogen las paletas y se dejan al alcance de los transelevadores correspondientes. Entonces, las máquinas recogen con sus horquillas las unidades de carga, que se encuentran en una posición que el sistema reconoce como cualquier otra ubicación del silo. El almacén no hace picking.

Referente para otras empresas

La construcción de un almacén automático autoportante para temperaturas por debajo de -20ºC y con dimensiones tan grandes no es tarea sencilla. La responsable de Congelados de Navarra afirma al respecto que, a la hora de elegir al proveedor de soluciones de almacenaje para acometer la obra, su empresa “hizo una clara apuesta por Mecalux” y que el almacén “podrá servir de referencia a otras empresas a la hora de decidir con quién hacer una cámara”.

Una persona por turno de trabajo se encarga de controlar las cámaras de frío 2 y 3. En el caso de la número tres, si en lugar de disponer de un sistema automático con transelevadores se usaran carretillas elevadoras, “para mover el producto se necesitarían, por lo menos, cuatro personas (carretilleros) adicionales por turno”, asegura Figueroa. A esa constatación hay que añadir, claro está, las limitaciones de las carretillas, que jamás podrían alcanzar los 33 m de altura del almacén automático.

Como en el ideario de Congelados de Navarra la tecnología es un elemento diferenciador con respecto a la competencia, los navarros también se refieren a su planta de Arguedas en estos términos: “queremos que la inversión en tecnología punta sea nuestra ventaja competitiva y, en función de ello, podemos afirmar que contamos con una de las plantas de procesamiento de verduras congeladas más modernas de Europa”. Para llevar a la práctica esta filosofía, la empresa se ha dotado de sofisticados equipos de producción, envasado y trazabilidad para dar el tratamiento adecuado a cada verdura.

La planta consta de una área de producción dividida, a su vez, en cuatro zonas. La primera de ellas es la de recepción, adonde llegan las materias primas directamente desde el campo o bien procedentes de las cooperativas. La recepción de esta materia prima es el primer puntal sobre el que se asienta el resultado final del procesamiento. La empresa dispone de su propio departamento agrónomo, formado por técnicos que planifican, deciden y coordinan los cultivos conjuntamente con los agricultores. De este modo, se forma equipo con los profesionales del campo y se garantiza el seguimiento continuo para recibir las mejores verduras.

La siguientes zonas en el esquema de producción son, por este orden: la de preparación, donde se procede al lavado y la inspección de los alimentos; la de corte y acondicionamiento del producto; y la de tratamiento final antes de la congelación (escaldado, prefritura u horneado). Así, la gama de productos de Congelados de Navarra se basa en tres familias de verduras: las tradicionales en todos los formatos, las prefritas y las asadas al horno. En los tres casos, las referencias se comercializan bien a granel para el suministro industrial, bien en formato mezcla (mixtura de ingredientes para diversas referencias), tanto para consumo directo como para suministro industrial. El área de envasado de la planta posee actualmente cuatro líneas.

Conectando las áreas de envasado y producción encontramos una precámara, que habilita una entrada de producto a las cámaras de frío (o bien una salida para su expedición o acondicionamiento). Esta precámara hace al mismo tiempo de nexo de unión de las tres cámaras frigoríficas.

La instalación cuenta igualmente con un almacén de materias auxiliares: cajas de cartón, film plástico para el envasado de alimentos, bolsas de plástico, etiquetas, precintos, etc. Por último, el recinto tiene una zona dedicada a servicios generales (trasformadores de electricidad, salas de instalaciones de frío, calderas de vapor, vestuarios y oficinas).

Trazabilidad y cadena de frío

Para asegurar que no se rompa la cadena de frío, las zonas de preparación, envasado y precámara se encuentran refrigeradas. Al mismo tiempo, se intenta minimizar el tiempo que transcurre desde que la unidad de carga está lista para entrar en cámara y el momento en que se hace efectiva su entrada en el almacén. Entre los próximos retos que se plantea la compañía figura, precisamente, automatizar también los flujos de materiales dentro de la planta.

En cuanto a la trazabilidad del producto, éste se controla mediante el número de paleta: cada unidad de almacenaje tiene asignada una etiqueta con un número correlativo, al cual se fija toda la información referente a la paleta. Además, numerosos controles realizados durante todo el proceso productivo garantizan también la trazabilidad.

Congelados de Navarra distribuye sus productos a toda España y a los principales países de Europa occidental (Francia, Bélgica, Italia, Reino Unido, Holanda). Sus clientes son principalmente industriales y distribuidores, aunque Cristina Figueroa añade que, desde hace año y medio, la empresa está haciendo “grandes esfuerzos –de los que estamos recogiendo frutos– para trabajar también con las grandes cadenas que suministran al consumidor final”.

La planta procesadora trabaja por campañas, siguiendo las estaciones de recolección de los diferentes cultivos. Por tanto, debe producir en campaña y guardar stock en los almacenes para servir a los clientes durante todo el año. Por este motivo, la compañía ha trabajado y sigue trabajando con cámaras de congelación de alquiler, para poder ofrecer servicio a lo largo de toda la temporada.

Según su disponibilidad, los pedidos se pueden suministrar en el mismo día. Pero generalmente se procuran durante la jornada siguiente o en el plazo de dos días, si se dispone del producto a granel y sólo hay que envasarlo. Para productos fuera de campaña no existe plazo, debido al problema de disponibilidad de materia prima. En cuanto al transporte, la mercancía puede ir directamente al cliente o recalar en plataformas intermedias.

Los almacenes de Arguedas tienen durante la semana dos días clave para la carga de camiones, el lunes y el viernes. Estos dos días, la empresa puede despachar hasta 17 vehículos completos, mientras que los martes, miércoles y jueves no suelen ser más de seis. La flota puede ser subcontratada o pertenecer al cliente.


Ficha técnica del almacén autoportante automático para paletas

Longitud de las estanterías: 70 m
Anchura de las estanterías: 30 m
Altura de las estanterías: 33 m
Nº de pasillos: 4
Unidad de carga: Paleta de 800 x 1.200 mm
Carga máxima: 1.000 kg/paleta
Capacidad total: 8.944 paletas
Transelevador: 4 unidades
Entradas al día: 1.750 paletas
Salidas al día: 2.100 paletas
Total movimientos al día: 3.850 paletas movidas