Plástico: oro translúcido

27 mar 2014

Barato, moldeable e impermeable,cubre o envasa gran número de los productos que consumimos y es una parte esencial de otros.Aun así, el plástico puede morir de éxito ya que su base,elaborada con petróleo, y la necesidad de reciclarlo han provocado que la industria y los recicladores descubran el oro que lleva dentro.

Es casi la primera materia que vemos al abrir los ojos: el despertador,el frasco de champú y el tetrabrik de leche, por empezar con lo más cotidiano. Seguimos viendo y tocando plásticos en el coche, en la oficina (en el material que recubre los bolígrafos, las pantallas del ordenador o las impresoras); paramos y comemos en artículos envueltos en más plástico,que vienen en bolsas de plástico y así...hasta llegar a consumir por persona y año unos 600 kilos en España.

El consumo nacional total está cerca de los cinco millones de toneladas.Se fabrican otras dos, que se exportan. Está por todas partes en el mundo occidental, incluso cubre extensos campos de cultivo llegando a constituir mares –como en el sur de España– y todo porque es económico, flexible, moldeable, impermeable y un excelente aislante térmico.

Eso en la bandeja de los puntos positivos; ya que también hay que decir que algunos no son biodegradables,y que otros se reciclan muy mal.En esta batalla,industria y ecologistas no coinciden y mientras unos hablan de que son mejores que otras materias puesto que reducen la tala de árboles;otros hablan de que los más nocivos son peligrosos.

Corazón de petróleo

El problema en la actual sociedad de consumo de usar y tirar radica en sus residuos,dado que una bolsa de plástico no tratada podría tardar decenas de años en descomponerse en un vertedero,y si es quemada, sus emisiones de gas pueden ser contaminantes (depende del tipo de plástico y tratamiento que se le dé a la hora de incinerarlo).

De ahí que la Unión Europea decidiese a comienzos de los años noventa frenar o paliar una máquina que producía plásticos de forma ilimitada y sin una solución ambiental.Por ello, en 1994 Europa dispuso una directiva que hace responsable del reciclaje al envasador que pone los residuos en el mercado.

Así,en 2008 los países de la Unión tendrán que reciclar el 55% de sus envases (tanto plásticos,como vidrios o latas). Pero además del ambiental, otro gran argumento ha hecho que el reciclaje de este componente sea un negocio. Se elabora a partir de una materia prima cada vez más escasa:el petróleo.

Hemos pasado de ser vistos como chatarreros y como una industria sin tecnología, a todo lo contrario.Con el petróleo a más de 70 dólares por barril todo el mundo quiere reutilizar y buscar formas para amortizar sus compras”, señala José Miguel Isabel, director técnico de Overtécnica, una compañía de reciclaje plástico situada en Barcelona.

El proceso de reciclar

José Miguel Isabel explica cómo a su negocio llegan todo tipo de plásticos, cuyos precios dependerán de su calidad a la hora de volverlos a vender y cómo los reconvierten en materia orgánica.

Primero lo rompemos,triturándolo; luego se lava para quitarle el tóxico que pudiese tener o cualquier sustancia que quede pegada a sus paredes, no importa; a continuación lo secamos en unas centrifugadoras y pasa a ser grajeado –hecho pepitas– como si fueran lentejas”, describe de forma didáctica.

Según el directivo, el comprador no recupera el precio de su materia prima al cien por cien, pero sí un 70% de lo que vale, y teniendo en cuenta que hablamos de petróleo, cada vez más escaso y caro, el porcentaje resulta interesante. De esta manera, las empresas se encuentran con la opción de reutilizar las botellas de plástico, limpiarlas y volver a llenarlas de agua, por poner un ejemplo; reciclarlas, fundirlas para hacer un nuevo objeto (perchas, macetas, tejidos...) o reducirlas y buscar el mejor postor que quiera quemarlas para vender calor.

Convertir en energía el plástico utilizado en la agricultura,la automoción, los electrodomésticos, la construcción o en otras aplicaciones varias,y en los envases y embalajes supone quemarlo, aprovechando sus altas propiedades caloríficas. Su precio depende de su valorización energética, que variará según el tipo de plástico y el precio de mercado.

El problema en este caso reside en los gases que se emiten al incinerarlo; nocivos según los ecologistas, y controlados y un mal menor, para la industria. Ramón Sancho,director comercial de Reyval Ambient (Castellón), coincide también en señalar cómo la subida de los precios del petróleo y el hecho de que cada vez sea un bien más inestable ha puesto en auge su negocio, constatando además que ahora el plástico reciclado es buscado por los compradores.

Respecto a su venta para generar energía, considera que quizás no sea la mejor opción aunque asegura que el problema no radica tanto en su quema como en los filtros necesarios para que los gases que se emiten al incinerarlo no sean dañinos. Y de nuevo los números son contundentes. Un horno incinerador cuesta unos dos millones de euros; unos filtros adecuados, 15 millones, apunta el directivo.

Tratar 700.000 toneladas

Según los informes de la Confederación Española de Empresarios de Plásticos, el consumo de este material en España entre 1999 y 2004 experimentó un crecimiento anual del 3,27%. Según esta fuente, considerando el total de aplicaciones (envases, agricultura, automóvil...) se reciclaron, en el último año, 712.810 t al llegar a su primera vida útil (primer uso), de las cuales, el 59% fue mediante reciclado y el resto por la vía de la recuperación energética.

El interrogante es obvio:¿qué sucede con el resto? Para la industria la respuesta está en la longevidad del plástico, ya que una gran mayoría del material fabricado corresponde a productos de larga vida (sector de la construcción e industria automovilística), lo que supone que la cantidad de residuos generados para reciclar es inferior.

En cuanto a su recuperación, Cicloplast, sociedad sin ánimo de lucro que trabaja para el reciclaje de plásticos, indica, por ejemplo, que en 2004, de un consumo de 3,7 millones de toneladas,se produjeron 2,8 millones de residuos, de los cuales, 1,1 fueron recuperables. Y más datos, según las mismas fuentes, durante ese periodo el consumo de envases plásticos aumentó en un 5,28% de media anual, y el reciclaje el 13,9%.

_______________________________________________________________________________________

BIOPLÁSTICOS: ¿LA UTOPÍA DEL FUTURO?

De lo que no cabe duda es de que estamos forzados a reciclar, especialmente si seguimos consumiendo al ritmo que lo hace Occidente y basando el motor de nuestra energía en recursos que dependen de no renovables como el petróleo, materia básica, en mayor o menor proporción, de la mayoría de los plásticos.

Bajo ese esquema, los plásticos biodegradables sustentados en recursos renovables (azúcares, almidón, celulosa, patatas, cereales, melazas...), elementos no fósiles que se degradan rápidamente, parecen ser una alternativa prometedora para los productos de plástico que tienen un ciclo de vida corto o no se pueden reciclar.

Según recoge en un informe Cristina Ventura Esteban –directora del Instituto de Diseño, Innovación y Tecnología–, Hewlett Packard (HP), Fujitsu, Nestlé o Toyota son algunas de las empresas que ya cuentan con diferentes aplicaciones fabricadas con este material; al igual que varias cadenas de distribución de Francia, Gran Bretaña, Italia y los Países Bajos, donde han comenzado a utilizarlos para el envasado de productos frescos.

De momento, como toda nueva tecnología en fase de experimentación resulta más cara, pero existen ya empresas que están reforzando sus áreas de I+D+i buscando un material que sea muy abundante, que no se agote fácilmente y que no dependa del precio del petróleo.