La industria piensa en verde

01 jun 2005

Los impactos sobre el medio ambiente se producen en cualquiera de los puntos de la actividad empresarial, desde el emplazamiento de la industria pasando por las emisiones al agua o al aire. Pero ¿qué sucede cuando el producto llega al final de su vida? ¿Quién se encarga de su aprovechamiento, reciclaje o eliminación?

Recientemente se ha aprobado en España una ley sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos que hace a los fabricantes responsables del producto al final de su vida. Es sólo un ejemplo de cómo la legislación actual y el mercado internacional, cada vez más sensibles a los aspectos ecológicos, obligan a la empresa española a reformular su cadena de suministro, a repensar en verde todos los flujos y operaciones que consiguen poner a disposición del usuario final un producto determinado.

De todos modos, es un proceso lento. Según datos del "Informe Entorno 2003" sobre la gestión ambiental de la empresa española, la actitud general de la industria es todavía clasificada como reactiva. Aún predomina entre las empresas la idea de que los cambios hay que hacerlos porque la ley lo exige, aunque la tendencia indica una evolución positiva en los próximos años.

El Índice de Entorno Ambiental –que evalúa el grado de compromiso de la empresa con el medio ambiente– ha subido más de 10,6 puntos entre 2001 y 2003, lo que hace pensar que, si sigue la tendencia, pronto la industria será considerada proactiva, y habrá integrado el medio ambiente en la gestión empresarial.

Esta creciente actitud de respeto por el medio ambiente la resalta también AENOR, la Asociación Española de Normalización y Certificación. Fue creada en 1986 por Real Decreto con la intención de motivar y promover mejoras en la relación de las empresas con el medio ambiente. Por este motivo creó la marca AENOR.Gestión Ambiental, como instrumento voluntario para las empresas que quieran certificar su sistema de gestión conforme con la norma ISO14001.

Esta norma, de la Organización Internacional de Normalización, proporciona elementos que permiten conseguir objetivos medioambientales y económicos. Según datos de AENOR,que emite un 48% de las ISO 14001 en nuestro país, España era en 2003 el cuarto país en el mundo con más certificaciones de este tipo, 4.860, por detrás de Japón, con 13.416, Reino Unido (5.460) y China (5.064). Y por delante deAlemania, Estados Unidos y Suecia.

 

Crecen las certificaciones

Paloma Marcos, responsable de comunicación de AENOR, explica que "en gestión medioambiental estamos notando que el número decertificados aumenta rápidamente en España".En un solo año se dieron 556 certificados. Por comunidades autónomas, Madrid y Andalucía, con un 16%, son las que más acumulan, seguidas muy de cerca de Cataluña (12%). Raquel Aranguren es la directora técnica de la Fundación Entorno, que trabaja desde 1995 en la creación de valores sostenibles en el sector empresarial y es pionera en ayudar a la implantación de la cadena verde de suministros en España.

Asegura que "aunque todavía es importante el peso de la legislación, los factores que empujan a la industria española a pensar en clave ecológica se encaminan cada vez más a la mejora de la imagen de marca y a la exigencia del mercado. Además, el creciente reconocimiento por parte de las administraciones públicas, que piden más garantías ecológicas en sus contratos, ayuda también a las empresas a tomar la decisión de cambiar a verde".

Según el informe bianual que prepara la Fundación Entorno, existen grandes diferencias entre sectores de actividad con respecto a su compromiso medioambiental. Los valores más elevados del índice los obtienen el sector químico y el de material de transporte, con más del 75% ambos, seguidos por el de la construcción, que registra un incremento espectacular en dos años (ha pasado del 49 al 74%).

Parece que ha tenido mucha influencia, a la hora de adjudicar contratos con la Administración, la introducción de bonificaciones por parte de ministerios como el de Fomento y Medio Ambiente a empresas con sistemas de gestión ambiental implantados.Los sectores más rezagados son el textil, cuero y calzado. AENOR destaca también el incremento de certificados ISO 14001 en el sector del transporte, (han pasado de un 4% a un 12% entre 2003 y2004) y remarca que la construcción obtuvo el 17% durante 2004.

 

Un problema de inversión

Es evidente que implantar mejoras ambientales supone una inversión, y ése es el principal argumento que frena de momento en España la adopción de compromisos por parte de algunas empresas. Concretamente más de la mitad de las consultadas consideran un obstáculo la elevada inversión en recursos humanos y materiales que han de realizar.

Además, un 40% reconoce que la dificultad de traducir estos esfuerzos en beneficios tangibles limita también su capacidad para actuar de forma respetuosa con el medio ambiente. De momento, las inversiones ambientales continúan siendo de escasa entidad, y no superan los 30.000 euros en el 90% de las empresas.Pero lo que está claro es que cualquier actividad industrial genera un impacto sobre el entorno.

Según el ingeniero industral y máster en finanzas de la escuela de negocios ESADE, José MaríaSuris, los principales impactos ambientales se plantean en cuatro medios: atmósfera, aguas, suelos y naturaleza. Pueden variar desde la combustión de derivados del petróleo y uso de combustibles, que generan emisiones de CO2, a los vertidos que contienen aceites, sales y disolventes.

Para minimizar este tipo de impactos, todos los puntos de la cadena de suministro deben unir esfuerzos. Y ahí es donde entra la cadena verde de suministro o Green Supply Chain. Es el proceso de incorporar criterios o conceptos ecológicos en las decisiones de organización, compras y relaciones a largo plazo con los distribuidores.Para ello es necesario aproximarse a la cadena de suministro desde tres puntos de vista:medio ambiente, estrategia y logística.

Elmedio ambiente, porque mantenerlo es el objetivo principal; la estrategia puesto que implica decisiones a largo plazo, y la logística ya que se refiere a movimiento de material, distribución, almacenaje, recuperación de material y eliminación del mismo. Según el consenso de los expertos, la cadena verde de suministro plantea beneficios para las empresas que la aplican, dado que aporta ventajas de competitividad, costes más baratos, productos más ecológicos y mejor integración con los distribuidores.

 

Pacto Mundial de la ONU

Jesús Moya es director de certificación de Sistemas de Gestión de Calidad y Medio Ambiente de SGS ICS. Explica que "el punto de partida de este movimiento fue el Pacto Mundial de la ONU, liderado por Kofi Annan, en el que las firmas que querían se adherían a un acuerdo incorporando una serie de principios de respeto del medio ambiente. En Europa, la cadena verde de suministro se está implantando desde hace unos cuatro o cinco años. Las guías que usan las compañías son las llamadas GRI –Global Reporting Intiative–, que establecen las pautas para desarrollar una memoria de sostenibilidad".

En pocos años defuncionamiento, Jesús Moya ha sido testigo de cómo empresas de gran volumen, entre las que cita a Inditex o Red Eléctrica Española, hacían esas auditorías. En su opinión: "Las empresas informan cada vez más de sus resultados sociales y medioambientales, además de los económicos".Recomienda hacer siempre una triple memoria: económica, social y ambiental, porque "las firmas que no intenten ecologizar su cadena de suministro perderán el tren". Especialmente, puntualiza, si se trata de compañías que están en el punto de mira, bien porque son susceptibles de entrar en Bolsa, bien porque están participadas por fondos de inversión importantes. Además, según José María Suris, está comprobado que las empresas con un perfil medioambiental más desarrollado aumentan su valor por encima del resto, se calcula aproximadamente un 4% más que la media.

La United States Environmental Protection Agency (EPA) recomienda cuatro pasos fundamentales para implementar una cadena verdede suministros. En primer término hay que identificar los costes ambientales de la acción de la empresa, haciendo un repaso sistemático del proceso para determinar cuáles son y dónde están esos costes. Un segundo nivel consiste en determinar qué áreas de la compañía ofrecen oportunidades para mejorar y desarrollar soluciones específicas que reduzcan costes ecológicos e impactos medioambientales negativos.

En este segundo paso la EPA aconseja preguntar a los distribuidores de los materiales clave y pedir su ayuda para disminuir todos esos impactos. En tercer lugar hay que valorar las diferentes opciones existentes y, finalmente,es necesario decidir, implementar y controlar el progreso.

 

Gestión de residuos peligrosos

Otra parte esencial es la cantidad de residuos que genera la transformación. Situémonos en el caso de una industria que pinta muebles y utiliza mucho aguarrás, un residuo que se acumula en las empresas, acompañado de sus respectivos recipientes y aguas contaminadas, generando un serio problema. En Valencia, el gobierno de la comunidad autónoma, y más de 200 empresas del sector de la madera y el mueble, crearon en 1999 una compañía de participación pública y privada, con la intención de reutilizar,revalorizar o reciclar los residuos.

Damián Rodado es el director de esa empresa, RIMASA, unoperador logístico de residuos peligrosos. "Se trata de recoger y homogeneizar estos productos para buscarles una mejor salida técnica, medioambiental y económica". La firma es, según Rodado, "pionera en Europa porque los fabricantes de los residuos son los accionistas de la empresa, y colaboran activa e inteligentemente en la gestión de los mismos, factor que disminuye la inversión que tienen que hacer en su tratamiento".

Durante el primeraño de funcionamiento, RIMASA gestionó un millón y medio de residuos peligrosos entre empresas valencianas. El año pasado se hizo cargo de más de 7.000 toneladas de residuos. A lo largo de la cadena de suministro, llegamos a la distribución. Como explica José María Suris,"en función del esquema logístico, la empresa utilizará el avión, el tren o el transporte por carretera. Pero es muy complicado planificar las rutas para aprovechar al máximo los recorridos. En más de una ocasión se ha probado rrellenando paletas o containeres con residuos a la vez que se hacía la ruta de distribución, pero nunca ha funcionado".

Existen otras cosas que sí se pueden hacer, apunta Suris, como revender los productos usados como una línea de bajo coste de la empresa, reutilizar el material para nuevos artículos e incluir la recogida y reciclaje como parte del servicio.

 

Renovación de vehículos

El transporte desempeña también un papel básico en este entorno ecológico de la cadena de suministro. Según el último "Análisis de los Resultados Medioambientales", que elaboró la OCDE para el Ministerio de Medio Ambiente, la integración económica en la UE ha conducido a un crecimiento del 77% del volumen de transporte de mercancías por carretera. Sin embargo,se han reducido las emisiones de monóxido de carbono procedentes de fuentes móviles gracias a la renovación de la flota promovida por el Gobierno.

Julio Villaescusa es presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España. Asegura que "cada vez se trabaja más con vehículos que requieren unas prescripciones técnicas controladas por la Unión Europea". En la mayor parte de las ocasiones son las propias empresas las que llevan a cabo los procesos de renovación y mantenimiento, logrando certificaciones o siguiendo los procedimientos que dicta la ley.

Según relata el responsable de la Federación, en cuatro años "se pasó de tener una flota con una antigüedad media muy elevada, de 9 ó 10 años, a la actual, que tiene unas condiciones bastante aceptables".

La adopción delas normas de emisiones EUROI-III y de especificaciones para los combustibles deberían conducir, según la OCDE, a mejoras tecnológicas y de la calidad de los mismos.

 

Programa E+5

Para ello han puesto en marcha el E+5, un programa piloto que contó con el apoyo del Ministerio de Industria, Turismo y Comercio y el Fondo Social Europeo, por el que han pasado ya 800 pymes. En este trabajo conjunto, cuatro grandes compañías como Coca-Cola, Ericsson,Gas Natural y Grupo Eroski se unieron a la Fundación para extender el criterio de responsabilidad empresarial a su cadena de proveedores.

Un centenar de ellos debían acreditar ante estas grandes firmas una mejora ambiental progresiva que incluyera la reducción de riesgos, mejora de procesos productivos o certificación ambiental.

"Esto nos garantiza dos cosas" –explica RaquelAranguren–: "por un lado creamos cultura medioambiental dentro de la compañía y porotro cada uno de los cinco pasos del programa E+5 supone ya una mejora en el medio ambiente reconocida por la empresa. De esta manera, se llega de forma escalonada y sencilla al final del camino: obtener la certificación EMAS (Reglamento 761/2001 del Parlamento Europeo y del Consejo, que establece un sistema comunitario de gestión y auditoría medioambientales). Pero las mejoras no se han hecho con el objeto de ir a la caza del certificado, sino con la intención de crear una dinámica de trabajo ecológica".

Los cinco pasos deeste programa son: compromiso ambiental y planificación; identificación y acuerdo de cumplimiento de requisitos ambientales; programa de gestión ambiental y control operacional; implantación y operación efectiva del sistema y, casi al final, comprobación, auditoría y revisión.

Después llega el sexto y último, la certificación EMAS.Algunas empresas, como las que se han acogido a esta iniciativa, han ayudado ya a que su cadena de suministro se tiña de verde. Pero ¿dónde están los beneficios? ¿Vale la pena el esfuerzo?Un 42,8% de las firmas dice haber obtenido algún beneficio económico como consecuencia de la mejora de su comportamiento medioambiental.

Según el "Informe Entorno 2003", la ganancia más destacada continúa siendo el ahorro por la recuperación de productos o energía, que ha sido obtenida por el 25% de las empresas.

A éste le siguen de cerca los ingresos por la venta de subproductos, materiales o energía, con un 23%. El beneficio intangible es el que más se percibe. Un 90% de las empresas que instalaron algún sistema de gestión del entorno percibieron una mejora de su imagen, y un 70% valoraron la disminución de los riesgos ambientales.