Empleo
El precio de los activos de una empresa varía en función del propósito y el alcance que se persiga con la tasación. Esta estimación se puede realizar por diferentes motivos. Puede ser necesaria para concretar la cobertura de un crédito hipotecario, para determinar el valor contable de los activos o bien para regularizar los balances, por ejemplo.
En un proceso riguroso de valoración debe existir coherencia entre las hipótesis de cálculo y la situación real del activo, ya que se pueden dar situaciones que, si no se analizan correctamente, conduzcan a resultados erróneos.
Plusvalías de los terrenos
Los terrenos, cuando son activos operativos, es decir, cuando están en explotación, se tienen que tasar según el uso al que se hallan ligados. No es posible aplicar teóricas plusvalías del terreno ante una potencial recalificación urbanística, y a la vez seguir manteniendo la actividad industrial.
En el cálculo del valor de reposición de las edificaciones, instalaciones, maquinaria y equipos es muy importante analizar la depreciación experimentada por los activos en sus tres vertientes: física, funcional y económica.
En aquellos sectores en los que la innovación tecnológica mejora los diseños y los procesos productivos se origina una pérdida significativa de valor en los activos que quedan obsoletos. En la valoración de activos en función de usos alternativos, fórmula que se aplica en empresas en liquidación, o en compañías en marcha cuando se trata de bienes no operativos, es necesario ser muy coherente con las hipótesis de cálculo.
Los terrenos vacantes y los que están ocupados se pueden evaluar para otros fines que aporten mayor valor, aunque en el caso de los suelos ocupados implicaría la suspensión de la actividad y la demolición de las edificaciones existentes en ellos.
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