Carlos Reinoso, Director General de ASPAPEL

01 may 2002

Entrevista a Carlos Reinoso, director general de la Asociación de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (ASPAPEL)
 

En su calidad de director general de la Asociación de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón (ASPAPEL), Carlos Reinoso conoce mejor que nadie las claves de este sector en nuestro país. En esta entrevista nos habla de la situación actual de la industria papelera española que ha entrado en una dinámica de grandes proyectos industriales y persigue aumentar su presencia en el mercado exterior, sin dejar de intentar cubrir totalmente las necesidades del mercado nacional.

¿Qué objetivos industriales pretenden las empresas papeleras a largo plazo en nuestro país?

Aunque el sector papelero está ya muy consolidado, sigue teniendo un gran potencial de crecimiento porque desde 1995 hasta el año 2000 el consumo de papel en España aumentó en un 32%. Por ello, el principal objetivo es intentar atender plenamente la demanda nacional, ya que el 20% de las ventas se cubren con la importación de otras empresas extranjeras.

Debemos disminuir este porcentaje, para lo que se están realizando grandes inversiones que permitan satisfacer las necesidades sin perder competitividad ni rentabilidad. Además, el sector está sufriendo un gran cambio de mentalidad abandonando su histórica política de importantes volúmenes de fabricación y centrándose en elaborar, con el menor coste posible y el mínimo impacto medioambiental, otro tipo de productos más útiles (papeles especiales) para el consumidor actual.

Sin embargo, en el año 2001, se produjo una desaceleración del consumo de papel. ¿A qué fue debido?

La principal razón es que el papel está directamente ligado al desarrollo de la economía. Si ésta sufre una ralentización, baja su consumo en el país, al igual que el crecimiento provoca un aumento en los volúmenes de ventas. De esta forma, la desaceleración económica actual ha afectado a las cifras del sector papelero, que en el primer semestre de 2001 han disminuido un 4,4% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

¿El mercado español presenta alguna peculiaridad respecto a otros mercados europeos?

Creo que el mercado papelero es muy global en Europa. Los clientes españoles suelen requerir lo mismo que los franceses o los de los países nórdicos. Por ejemplo, las cooperativas agrícolas de Valencia y Murcia pueden tener sus peculiaridades debido a sus campañas estacionales pero, en general, no hay grandes diferencias entre unos y otros.

En cuanto a las materias primas, el 27% de la madera y el 17% del papel recuperado que se emplearon en la nueva producción en el año 2000 procedían de la importación. ¿Qué medidas se tomaron para resolver este déficit?

Para reducir este déficit es necesario cultivar especies forestales de crecimiento rápido, —eucalipto y pino radiata,— utilizadas por los fabricantes del sector, en terrenos ahora baldíos por el abandono de las labores agrícolas.

Actualmente estamos importando estas mismas especies de árboles de países sudamericanos como Uruguay, Chile o Argentina. Incrementando en 200.000 ha la superficie destinada a tal fin podríamos hacer frente a todas las necesidades del mercado español. Por otra parte, también es esencial aumentar el reciclaje del papel usado, que hoy alcanza el 49%.

De esta forma, ASPAPEL, junto con el resto de los miembros que forman parte de la Confederación Europea de la Industria del Papel (CEPI), se ha comprometido a incrementar esta actividad hasta un 56% para el 2005.En este mismo sentido, la legislación europea reconoce la Ley de Envases y Embalajes, que obliga a que un porcentaje determinado del papel destinado a estas aplicaciones sea reciclado en todos los países miembros.


Teniendo en cuenta que España recupera dicho 49% del papel para su reciclaje, ¿en qué situación nos encontramos respecto a la UE y al resto del mundo?

La industria papelera española garantiza el reciclaje de todo el papel y el cartón que se recupera en España. Sin embargo, todavía nos queda mucho camino por andar en este aspecto. En el año 2000, este volumen supuso un total de 3,3 millones de toneladas de papel, por lo que estamos situados cerca de la media europea, pero lejos de países como Alemania, Austria, Noruega, Suecia o Japón. Sus habitantes llevan mucho tiempo sensibilizados con esta necesidad y, además, de otro modo disminuiría mucho su capacidad productiva.

Por otra parte, la industria española se sitúa a la cabeza del reciclaje en la UE. De todo el papel recuperado, utiliza el 81% en la nueva producción, aunque esta materia prima es inferior a la demanda nacional. ¿Qué iniciativas se están desarrollando para incrementar el reciclaje?

Nuestra asociación ha propuesto al Ministerio de Medio Ambiente que se lleven a cabo una serie de medidas progresivas encaminadas a fomentarlo: lograr una adecuada dotación de contenedores, tanto en número como en localización; mejorar la calidad de los servicios de recogida y asegurar su correcto uso por parte del ciudadano mediante el aumento de campañas de sensibilización; sistematizar la recogida de envases de cartón en pequeños comercios; organizar la recogida en establecimientos docentes y de la Administración; introducir una tarifa que penalice el vertido de papel; así como evitar penalizar también el reciclado al gravar los residuos generados en la fabricación.

En enero de 1997 ASPAPEL suscribió la Declaración Ibérica para una Gestión Sostenible de los Bosques. ¿Qué otras decisiones se han tomado en este aspecto medioambiental?

El futuro de nuestro sector pasa por una estricta adecuación a los niveles exigidos por la UE al respecto. Actualmente participamos en la implantación en España del Sistema de Certificación Forestal Paneuropeo (PEFC) para confirmar la gestión sostenible de las masas forestales de los diferentes países europeos.

Este sistema proporciona una marca que asegura el origen sostenible de los productos que se acojan al mismo y responde al compromiso de las empresas con el respeto medioambiental. De hecho, hoy día en España por cada dos árboles que se cortan, se plantan tres.

ASPAPEL y el Ministerio de Medio Ambiente firmaron un convenio, en enero de 2000, para la regularización y el control de vertidos. ¿A qué empresas hace referencia?

La adhesión a este convenio público, con un periodo de vigencia de cuatro años, es voluntaria. Hemos conseguido que el 75% de las compañías a las que afecta lo suscriban porque supone que lleva implícito su compromiso para reducir los vertidos por debajo de los límites legales aplicables en cada caso.

Además, pretende servir de puente a las industrias del sector para su adaptación gradual de cara a la futura aplicación de la Directiva de Prevención y Control Integral de la Contaminación que será efectiva en el año 2007. Hoy día, los vertidos de las empresas que se rigen por el convenio ya se encuentran por debajo de los niveles fijados.

En el ejercicio de 2000 el sector exportó 0,8 millones de toneladas de pasta y 1,5 millones de toneladas de papel que correspondieron al 43% de la facturación. ¿Seguirá siendo la UE su principal destinatario en los próximos años?

Sí, sin duda, ya que el mercado papelero mundial está subdivido en tres grandes submercados que se autoabastecen: América, Asia y Europa. El empresario no puede enfrentarse a los cuantiosos costes que le supone el transporte o la distribución del papel fuera del ámbito europeo. Los países de la UE seguirán recibiendo casi el 80% de la producción nacional porque los empresarios españoles cubren de este modo sus necesidades al respecto.

¿Quiénes son sus principales competidores fuera de nuestro país?

España es actualmente uno de los grandes productores de la UE, pero los mayores vendedores de papel y cartón son Alemania, Austria y los países nórdicos, aunque el principal exportador mundial es Canadá. En cuanto a la comercialización fuera del territorio nacional de pastas papeleras, nuestros competidores en el mercado europeo son los países nórdicos, en cambio, superamos en volumen de exportación a Alemania y a Austria.

¿A qué necesidades logísticas se enfrentan las empresas del sector para atender a sus clientes?

Por una parte, la producción papelera necesita de una logística de aprovisionamiento de materias primas muy organizada porque la mayor parte de la madera y del papel recuperado llega siempre a las instalaciones que fabrican grandes volúmenes para una gran diversidad de clientes.

Estas materias primas se convierten en bobinas de papel de 7 m de largo, que son la base de la industria y que pasan a otro tipo de bobinadoras que realizan los cortes según las exigencias de los almacenistas y los distribuidores.

Después, depende del tipo de empresas, ya que las dedicadas al sector del papel para impresión y escritura miman su red de distribución porque es, curiosamente, más importante que su capacidad productiva. En muchos casos subcontratan la operativa a operadores logísticos para poder satisfacer las necesidades de sus clientes.

Sin embargo, los productores de papel para envases y embalajes tienen más concentrado su proceso de distribución porque venden directamente al fabricante.

En poco tiempo estará en funcionamiento PAPINET, ¿en qué consiste esta iniciativa de la industria papelera? y ¿de qué forma va a influir en el sector y en su organización logística?

PAPINET es un macroproyecto europeo en el que, a través de Internet, se facilitará el intercambio de información y las relaciones comerciales entre proveedores y clientes del sector en toda Europa, cuya coordinación depende de la CEPI.

Están ya desarrollados los patrones básicos del sistema que se va a difundir entre las diferentes empresas para que todas gestionen sus pedidos de la misma forma. Evidentemente, a partir de este año, se va a revolucionar el mercado y los que hasta ahora eran empresarios locales verán cómo pueden ampliar su cuota de mercado, disminuyendo sus costes. Por supuesto, PAPINET va a suponer la creación de una infraestructura logística mucho más compleja.

Al servicio de los fabricantes

ASPAPEL (Asociación de Fabricantes de Pasta, Papel y Cartón) es una organización empresarial de ámbito nacional que agrupa a las principales empresas del sector papelero y que fue fundada hace 20 años.

Sus 45 miembros representan el 90% de la producción de celulosa y el 80% de la fabricación de papel y cartón de España. Su finalidad es servir de interlocutor válido ante las autoridades económicas, legislativas —intentando dar a conocer entre sus asociados las nuevas leyes que les afectan— y medioambientales, tanto nacionales como europeas.

La asociación, además, es miembro de la CEPI (Confederación Europea de Industrias del Papel) y se encarga también de la negociación del convenio colectivo del sector papelero. Entre sus principales actividades destaca la puesta en marcha de un plan de gestión medioambiental en las fábricas.

Es un compromiso voluntario por el que se permite la revisión, por parte de un gabinete externo dependiente de AENOR (Asociación Española de Normalización y Certificación), del cumplimiento de todas las normativas relativas a este ámbito en la factoría. Actualmente, se ha implantado en el 45% de ellas y se estima que para el año 2003 este porcentaje se sitúe en torno al 75%.

Fuente: Olga G. Braojos